domingo, 17 de julio de 2016

Cara a cara con mi propia oscuridad...

Ahora después de casi 6 años miro atrás y tengo mis propias evidencias para poder asegurar que el alma te habla, te manda mensajes a través de sensaciones y pensamientos, pero aún siendo conscientes de que la vida que llevamos no nos hace felices, continuamos en ella principalmente por un motivo...salir de nuestra zona de confort, es un acto de valentía y confianza en el universo, y pocas personas somos capaces de dar el paso y seguir nuestras sensaciones...pero os aseguro que todo lo que se hace desde el alma, al final, sale bien...y sino, tengo muy claro que no es el final todavía...
A mis 31 años tenía todo lo que había deseado, una casa con jardín, tres perros, una pareja y trabajo estable los dos...porque hasta ese momento de mi vida, lo único con lo que había soñado era con TENER, no sabía lo que significaba SER.
Ahora me parece casi irreal, pero esa era yo hace unos años, era yo infeliz, llena de carencias emocionales, porque la primera carencia con la que convivía era el poco amor hacia mí misma, y esa era la causa fundamental de atraer a personas con esa misma vibración, personas infelices, personas con poca autoestima, personas que a través de las drogas intentábamos vivir una vida que no era real, una emociones irreales creadas por los estupefacientes, en fin, una vida muy vacía donde el amor no existía en realidad, pero yo no era consciente, y en la vida, por mucho que te digan otras personas y te quieran hacer ver la realidad, no sirve de nada, mientras no seas tú capaz de verla por ti misma.
Me fui a vivir con 24 años con mi expareja, y os aseguro que a los 2 meses ya me hubiera ido...pero ¿cómo rompes una hipoteca de 40 años? ¿Cómo les dices a tus padres que tenían razón? Y lo más difícil, aunque parezca irreal, ¿sí me voy, cómo podré consumir?
Los tres primeros años de relación se basaron en trabajar fuera de casa, trabajar dentro de casa, y en comunicarnos a través de mis vivencias, porque él lo máximo que me llegaba a explicar cada día cuando llegaba del trabajo y le preguntaba: ¿Qué tal te ha ido?, su respuesta era "bien"...esa era su conversación, su aportación al día a día en casa...pero no le daba importancia, ya que yo con los perros y con llevar la casa, suplía toda carencia por su parte...porque luego llegaban los viernes y la cocaína era la actriz principal de mi película todo el fin de semana, solos o con amigos, eso era lo de menos, ya que la única imprescindible era ella.
Y de este modo, mi vida de lunes a jueves volvía a ser trabajar, cuidar de él, de los perros y de la casa...así más o menos cuatro años, cuatro años en los que en mil ocasiones habían broncas, malos rollos, me sentía su madre y no su pareja, se pasaba las horas libres jugando a la Play, en casa no puso una lavadora, no planchó ni un trapo, no cocinó, no fregó...y se llenaba la boca diciendo que él había hecho las obras de casa y yo no, que él ya había trabajado mucho allí, que la casa estaba bien y no hacía falta limpiar tanto, que venía de trabajar y se merecía jugar un poco y estar tranquilo...y yo simplemente me enfadaba, pero continuaba ahí, me daba cuenta que no era feliz, que no quería a mi lado a alguien que no me valorase, no me cuidase, no se comunicase conmigo, no me mimase, no colaborase...en fin, que no me amase, porque a día de hoy conozco ese significado, y soy consciente de lo equivocada que estaba, ya que el problema lo tenía yo, y todo lo externo era un reflejo de mi misma, y mi excusa perfecta para no enfrentarme a mi propia oscuridad.
Los últimos meses ya fueron insoportables, todo estalló más, porque mi nivel de paciencia ya no existía, porque todo seguía porque yo aguantaba, su vida era muy fácil, trabajar, una casa limpia, ropa limpia y planchada...vamos igual que un hotel, y sexo cada vez que lo buscaba, porque de mí no salía, ya que todo él era una decepción, yo sentía que solo daba y no recibía nada, lo único que me aportaba era consumir los fines de semana...estaba harta de tener un hijo y no una pareja, y encima de tener que estar dispuesta a nivel sexual de vez en cuando porque es lo que toca estando en pareja, o esa era mi idea en ese momento...hasta que todo explotó, le dije que no podía seguir así y que se acababa, que no quería una pareja que no me valorase, no me cuidase, no me mimase, no se preocupase por mi...y para hacerme daño y defenderse, me empezó a echar en cara el dinero, que él pagaba la droga siempre, que mi sueldo era inferior y él había pagado muchas más cosas en la casa que yo...y durante unas semanas convivimos en la casa, en habitaciones separadas, cada uno se pagaba sus vicios, él salía y llegaba a las mil, y yo acabé consumiendo sola en mi habitación...pasé días en esa situación y una noche desde lo más profundo de mi ser, en mi cabeza retumbó: ¿Qué estás haciendo con tu vida?
Al día siguiente me levanté, desayuné sola (como siempre, desde que fui a vivir con él, porque antes de las 12, jamás se despertó, a no ser que fuese de mañana al trabajo), lloré por sentirme tan desgraciada, por miedo a lo que me esperaba a partir de ahora, por pena y tristeza por irme de la casa que tanto me gustaba, por perder toda mi vida material...pero me armé de valor, porque tenía la motivación de que mi vida sin drogas iba a ser mejor seguro, no sé por qué pensaba así, pero sentía que iba a ser así, y que volvería a encontrar la sensación de "disfrutar y gozar" en pequeñas cosas cotidianas del día a día, y así llamé a mis padres (que no dudaron en apoyarme al 100%), cogí mi maleta y a la perra, y me fui a su casa, sin nombrar nada de las drogas, por supuesto.
Allí estuve casi un año, un año en el que me encerré los fines de semana para no consumir, dejé a todas mis amistades, porque eran tóxicas, y el amor de mis padres y mi perra fueron mi terapia, con ella salía a la montaña, con ella me iba a la casa mis días de fiesta para cortar la hierba y ventilarla, ya que él pasó de todo y se centró en lo mismo de siempre, en él mismo, pero en casa de su madre.
Todavía no sé cómo empezamos a enviarnos whatsapps, y con la excusa de ver a los perros, volvimos a quedar, quedábamos por las noches para sacar a los perros y me sentía bien con él, pero ahora sé que me sentía bien porque era yo la que estaba bien, ya no me drogaba, estaba rodeada de amor por mis padres, y mi vida estaba en equilibrio...y ese fue mi error, creer que sin droga podríamos funcionar como pareja, porque él reconoció todo lo mal que había convivido, y yo quise creérmelo, no quería quedarme con la duda de...y si...así que volvimos a casa los cuatro, esta vez, sin la actriz principal de los fines de semana.
Volví a mi casa con jardín, con mis perros, con mi novio y con nuestros trabajos estables, y sin drogas...y al cabo del tiempo, volví a sentirme su madre, porque su manera de ser es como es y simplemente fui consciente de que cada uno somos como somos y si no encajamos no hay que forzar nada, volvió a jugar a la Play y al póquer on line, suplió la droga por el juego, y su sermón siempre era el mismo: parecemos un matrimonio de 40 años, nuestra vida es muy aburrida sin droga, somos jóvenes joder...así que cada vez que tenía oportunidad, fin de año, una fiesta con amigos...él volvía a consumir, y a mí me servía para darme cuenta de que con mis amigos de toda la vida ya no me sentía agusto, que este año en casa de mis padres, sin drogas, me había servido para darme cuenta de que la vida es maravillosa solo por ser, encontraba la sensación de "gozar y disfrutar" simplemente bebiéndome un café con leche por las mañanas, o yéndome a dar un paseo con los perros, o leyéndome un libro...y con esas sensaciones y pensamientos repitiéndose en mi interior día a día, una mañana desayunando sola, como de costumbre, fui consciente que no necesito a nadie para ser feliz, que si viviese sola me cuidaría, me mimaría, me valoraría y me querría, porque sin él mi vida sería exactamente igual, porque a mí él nunca me había aportado nada, era yo la que lo había estado dando todo, y él solo me dio la facilidad de consumir, pero ahora eso ya no existía, y tambien me di cuenta, que todos estos años mi único miedo había sido perder mi casa con jardín y mis perros...y aunque sonase muy egoísta y material, esa era la realidad y la asumí, y tuve claro que mi felicidad interior era más importante que cualquier cosa material, así que me senté a hablar con él, y lloró, pero esta vez yo no lloré, esta vez estaba segura de mi decisión y lo único que teníamos que decidir era quién se quedaba en la casa hasta que se vendiese, no había nada más que decir.
Pasamos de nuevo días conviviendo, pero esta vez él tenía el poder de decidir, yo le propuse que me iba a casa de mis padres con la condición de que él se quedase un perro viviendo en la casa, ya que los dos no los podía tener en casa de mis padres y él no podía volver a casa de su madre con perro, puesto que su falta de responsabilidad a la hora de sacar al perro fue motivo de muchas peleas en ese año...así que su decisión fue la más fácil para él, y la perfecta para mí, él se iba con su madre sin perros y yo me quedaba en la casa con los perros, y sus motivos fueron: Esta casa tiene mucho trabajo y los perros son demasiada responsabilidad, quédate tú hasta que se venda.
Ese día tuve una de mis primeras evidencias sobre la existencia del universo, sobre la importancia de la aceptación de lo que venga, porque por mucho que intentemos organizar nuestra vida, la vida está llena de señales, de mensajes...y lo único que tenemos que hacer es escucharlos y ser valientes para confiar en el universo y su plan, nuestro plan.
A día de hoy tengo 35 años, vivo de alquiler con mi compañero de vida y tres perros, la casa al final se la quedó mi ex, le cedí mi parte y perdí todo el dinero invertido en ella, pero gané en tranquilidad que no tiene precio, gané la batalla contra las drogas, me llevé a mis perros, me llevé los cuatro años disfrutándola con mi compañero de vida, un chico maravilloso que me puso el universo en mi camino medio año después de romper con mi ex, y con el que me siento amada, valorada, mimada, cuidada, y con el que tengo conversaciones infinitas...y todo es así porque yo aprendí a quererme y ahora mi vibración atrae a otro tipo de personas, personas que suman y no que restan.



martes, 5 de julio de 2016

La oscuridad, esa energía que nunca conseguirá brillar con luz propia...

El mundo terrenal está dominado por el mal, por la oscuridad, y por mucho que me cueste reconocerlo, es así, sin más.
La luz, el bien, es la energía por la que hay que fluir, es el camino que siempre nos han dicho que hay que llevar, es la ruta en la que nos sentimos tranquilos, seguros y en la que nuestra alma fluye con total armonía, porque somos seres de luz encarnados en cuerpos físicos, así que podemos decir directamente que somos luz...pero todo esto es viable siempre que no estés en los más altos niveles de poder, y cuando hablo de niveles de poder, me refiero a esas personas que tienen un gran poder en la sociedad, esas personas con dinero y poder que manejan los hilos de nuestro sistema, de la gran matrix en la que vivimos...y hago esta afirmación porque a día de hoy es la sensación que tengo después de leer artículos, ver series basadas en hechos reales, y ver todos los casos de corrupción que van saliendo poco a poco...por supuesto sin salir, seguramente, los casos más importantes que existan a día de hoy.
Así, después de ser observadora de la humanidad, a día de hoy confirmo que el mundo está manejado por la oscuridad, por el dinero, por el poder, por la corrupción, por seres humanos sin amor incondicional pero cargados de amor por ellos mismos y los suyos, seres que gracias a los más necesitados y a las desgracias ajenas aumentan su poder y riqueza, seres a los que nos les importa de qué forma o en qué condiciones les lleguen sus beneficios, porque lo único que les importa es tener beneficios, personas que tendrían capacidad para erradicar la pobreza, para terminar con la desigualdad económica, social, cultural...porque ellos son los propietarios de todo...pero para los que es mucho más importante conservar y aumentar su alto nivel de poder y riqueza que fluir en la energía del bien, de la luz y del amor incondicional...y ¿sabéis por qué? Porque en el momento que fluyes en esa energía no necesitas tener nada, solo necesitar ser y sentir...y eso es totalmente opuesto al poder y la riqueza en la tierra, ya que por mucho que intentemos ocultar nuestra propia oscuridad y la mayoría se repitan y se convenzan de que ellos nunca serían corruptos, les aseguro que en la tierra TODOS los que somos seres encarnados en cuerpos físicos, tenemos esa cualidad necesaria para llegar a ser corrupto, para abusar del poder, para llegar a la avaricia...y eso lleva a perder los valores, la humildad, la compasión...ya que detrás de los altos cargos del dinero y del poder yo solo veo que está la oscuridad, y lo fácil es entrar en esa energía, porque toda la vida, si pensáis un poquito, nos han mostrado cómo la oscuridad engaña, como engatusa, como usa todas sus armas para llevarnos por su camino...y os garantizo que cuando una energía necesita conquistaros con agentes externos, esa energía no os pertenece, porque a cada uno de nosotros nos pertenece única y exclusivamente nuestro interior, porque aquí estamos de paso y el día que nos marchemos de vuelta a casa lo único que nos llevaremos será aquello que nos pertenece, nuestra alma, y ella únicamente fluye en la luz, en el amor incondicional y como a través de la historia podemos comprobar, para poder ir por el camino correcto hay una lucha constante para no dejarse engatusar por aquellos que intentan brillar sin tener luz propia, brillando con poder y riqueza pero careciendo de amor incondicional, que es la única energía que no se puede comprar, porque no es algo externo, ya que se ha de sentir, se ha de ser y ha de salir del interior.
Así que por mucho que esté convencida de que el mundo terrenal está dominado por la oscuridad, y aquí el dinero y poder sean las formas que tiene la oscuridad de conquistarnos...prefiero no llegar muy alto y seguir en un nivel en el que me pueda permitir llevar los hilos de mi día a día, a pesar de que tenga que prescindir de saborear la riqueza y el poder, porque sin nada es como vine al mundo y como me iré, y quiero poder fluir día a día por el camino de luz, ya que tengo la suerte de ser consciente de dónde vengo y a dónde voy, y de que en el lecho de mi muerte la tranquilidad de mi alma será lo más valioso y gratificante de todo este capítulo de vida que estoy experimentando como Cristina.