sábado, 1 de octubre de 2016

Terapia regresiva (Parte 3)

A raíz de esa sesión de contacto directo con mi alma, continuaron las dudas por supuesto, e incluso no han cesado a día de hoy, y espero que no se acaben porque son el motor de continuar buscando respuestas, y a eso le llamo aprender.
En ese momento mi experiencia en terapia regresiva se basaba en asistir a un taller, donde fui testigo de seis regresiones (una de ellas la mía propia, en la que no me permití continuar y ya expliqué en un post anterior), en las que mi alma trabajó en cada una de ellas, puesto que empaticé con casi todas, y surgieron muchas emociones de mi interior, por lo que estoy convencida que mi alma trabajó sentada en una silla siendo simple observadora de las cinco regresiones, y por eso os animo a asistir a algún taller de ese tipo, ya que es una manera de poder experimentar y tener evidencias propias, porque supongo que muchas personas estarán de acuerdo en que para poder tener una opinión sobre este  tema, necesitan evidencias personales, ya que lo que los demás experimenten y nos cuenten, o compartan en libros, nos sirve para tener curiosidad, pero para poder creer y alcanzar mi verdad necesito tener mis propias evidencias, y estoy convencida que así pensamos la mayoría que tenemos una mente más racional.
Gracias a ese taller, me surgieron más dudas, y ellas me hicieron pedir hora e ir a hacer una sesión de terapia regresiva individual, que también expliqué con anterioridad, y a partir de ahí algunas dudas se disolvieron, pero otras aparecieron.
Para ir depejando dudas leí libros sobre vida después de la muerte, vidas pasadas, vidas entre vidas, casos reales de personas que han tendido experiencias cercanas a la muerte, libros sobre personas que han trabajado muchos años cerca de personas en el lecho de muerte...pero por muchos libros que leía o por mucha información que absorbía, no dejaban de ser experiencias ajenas a mi, que puedo creer o no, depende de mi propia fe, y les aseguro que en ese momento no era suficiente.
Así pasaron los meses y volvió el taller de terapia regresiva, pero esta vez solo íbamos a asistir mis padres, mi pareja y yo a la charla gratuita del viernes, y el motivo principal no era escuchar otra vez lo mismo, sino que por "casualidad" mis gafas de sol se quedaron olvidadas en la sala de espera de la consulta del doctor y, por supuesto, quería recuperarlas.
Así llegamos a la charla, escuchamos otra vez lo mismo que el año anterior, y lo mismo que en los vídeos de YouTube, saludamos a compañeras del taller del año anterior y nos enteramos que quedaban dos únicas plazas para el taller, y por supuesto, recuperé mis gafas de sol.
Nos quedamos a cenar con mis padres y en esa cena se decidió, así sin más, que era la oportunidad de que mi padre, incrédulo de todo ésto, pudiese asistir, ya que por "casualidad" este año era justo en un local de su barrio, y además en su misma calle...el universo no se lo podía poner más sencillo.
Y así asistimos los dos, yo por acompañarle, y él para poder tener alguna evidencia, y así pude seguir siendo observadora de esta terapia.
No puedo explicar los casos que salieron porque no me pertenecen y es un trabajo personal que respeto muchísimo, pero volví a ser observadora de seis regresiones a lo largo del fin de semana, y pude tener más información sobre el alma y todo lo que la rodea, y a la vez mi alma trabajó en cada una de esas regresiones, porque volví a empatizar con más de un caso.
Gracias a asistir a este taller me pude informar sobre la formación de terapeuta en regresiones, taller que tenía una larga lista de espera, y a la que me podía apuntar con la libertad de que si en el momento que me llamasen no me iba bien, podía rechazar la oportunidad, porque lo más probable sería que tuviese que esperar casi dos años, y como bien sabemos en dos años la vida puede dar muchas vueltas...pero en esa formación veía la única posibilidad de indagar más sobre el tema, sin censuras de la sociedad, ya que los libros nunca aportan toda la información, los talleres no tienen el tiempo suficientemente para exponer todo...y me apunté.
Ahora volviendo a revivir toda mi experiencia, sigo quedándome perpleja con la trama tan bien organizada que tiene la vida, como todo está conectado y poco a poco todas las piezas del puzzle van encajando, dejando los hilos que conectan TODO al descubierto, y dando al libre albedrío el papel principal.
Esta es la historia de cómo he llegado hasta aquí, a este punto en el que dentro de quince días asisto al último módulo para alcanzar el título de terapeuta en regresiones, pero no por ello acabará mi curiosidad, ni mucho menos cesarán mis dudas, porque de lo que no me cabe la menor duda es de que siempre voy a dudar, se solventan unas para dar paso a otras, pero como dije antes, ellas son el motor para continuar aprendiendo y para que no cese mi curiosidad.
A día de hoy he perdido el miedo a la muerte, he aprendido que en el vientre materno absorbemos emociones que pertenecen a mamá y no nos corresponden, tengo evidencias para afirmar que he vivido otras vidas, y lo que más me ha sorprendido es que no solo convivimos almas con cuerpos físicos, sino que hay muchas almas perdidas sin cuerpo físico que están muy necesitadas de amor, compasión, comprensión y paciencia.
Así, continúa mi aprendizaje por este mundo que la sociedad no nos muestra, pero no por ello deja de ser real, y lo afirmo porque tengo mis propias evidencias y mi propia verdad, no por ello la verdad absoluta, ya que nadie la tiene, y solo la conoceré el día que llegue la desconexión de mi cuerpo y mi alma, es decir, mi muerte.