domingo, 26 de febrero de 2017

Agradecida a la terapia regresiva ❤

Me siento agradecida enormemente a la terapia regresiva, gracias a ella he alcanzado un estado de aceptación a lo que me ocurra, he logrado aprender a vivir en el presente, he conseguido amar a la muerte, he descubierto la energía del amor y del perdón, he comprendido que no hay que ver para creer, sino que hay que creer para ver, he sentido el amor incondicional, he experimentado lo que es ver la luz...y así podría continuar, porque la lista es interminable.
No tengo palabras para expresar lo que ha significado para mí abrirme a descubrir esta otra realidad que rechazaba e incluso difamaba.
Gracias a ella he adquirido una nueva perspectiva de la vida, no sé, a día de hoy, si realmente sirve o no para tratar fobias, porque no tengo evidencias propias al respecto, ni he tenido la oportunidad de poder adquirir suficiente experiencia como terapeuta, por lo que no he podido aprender todo lo que me hubiese gustado hasta día de hoy, pero lo que sí que sé y doy fe, es que te cambia la mentalidad, te abre la posibilidad de ser capaz de admirar la magia de la vida, de ser consciente del presente, de valorar el día a día, de no dar tanta importancia al dinero, al trabajo, a las banalidades de la vida...y por el contrario dar importancia al amor, a un abrazo, a los momentos del ahora, a los pequeños detalles, antes imperceptibles, y ahora imposibles de obviar...
Este sentimiento me resulta muy parecido al que sienten las personas que han sufrido alguna enfermedad, accidente...y dicen que han vuelto a vivir, que ahora valoran la vida diferente...pues yo soy una afortunada porque no he tenido que sufrir nada para darme cuenta de ello, sino que simplemente formándome en el mundo de la terapia regresiva, he alcanzado esta misma percepción de la vida, así que desde lo más profundo de mi alma, no tengo palabras para describir mi agradecimiento a esta terapia.
El único pequeño inconveniente es que la mayoría de las personas están en otro nivel de evolución, siguen absortas en su mundo material, viviendo media vida, porque la otra mitad la desconocen...y eso me hace estar más agusto en soledad que en sociedad, a pesar de ser una chica muy extrovertida y sociable...puesto que ahora me maravilla encontrar personitas "especiales", y con esto no pretendo despreciar a nadie, para nada es mi intención, pero a día de hoy, simplemente, ya no tengo la necesidad de ir a la moda o hablar de ella, de pasar una tarde yendo de compras con amigas, de ir a tomar algo para tener conversaciones con personas que solo hablan del trabajo, o de las parejas, o de los hijos, o para juzgar al resto, o para criticar a los de más allá...me aburre enormemente la mayoría de la población, porque sus vidas están basadas en seguir las reglas marcadas por el sistema, la familia, los miedos, los prejuicios...
Me encanta coincidir en la vida con esos seres "especiales", aquellos que rompen las reglas, tienen criterio propio, ideas extrañas que pueden que no encagen en esta sociedad basada en un camino de baldosas amarillas, y que salen del camino marcado para experimentar, sentir, reflexionar...es decir, para tener evidencias propias de las ideas y del criterio, para así poder defender, argumentar, sentir y crear sus propias baldosas para poder recorrer su viaje, porque el viaje es personal, intransferible, único y excepcional.
Me siento agradecida por haber adquirido esta confianza en mi alma, esta seguridad de que todo es un proceso, esta aceptación a que nada es casualidad sino que todo es causalidad, todo pasa por algo, aunque no lo entendamos, esta convicción de que la muerte no es el final, sino que es un proceso más de la vida, esta firmeza para expresar que el cuerpo es mi parte física, pero dentro existe mi alma, mi parte espiritual, este convencimiento de que no he nacido porque me lo digan para estudiar, trabajar, tener pareja, casarme, tener hijos, jubilarme, tener nietos y morirme, sino que lo he de sentir así, he de decidir según sienta mi interior, mi alma, porque soy esa alma que ha decidido encarnar y vivir esta experiencia para algo más que para seguir un camino de baldosas amarillas que ni siquiera siento que debo seguir...y todo ha sido gracias a contactar con mi alma, y se lo debo todo a la terapia regresiva. GRACIAS, GRACIAS Y GRACIAS.

viernes, 17 de febrero de 2017

Buen viaje compañera ❤

Hace 72 horas que he perdido al alma con la que más tiempo he compartido, a la que más he amado, la única que jamás me ha reprochado nada y que me ha amado de forma incondicional...porque doy fe de que el amor incondicional existe, y ella me lo ha enseñado.
He perdido a la mejor compañera de viaje que he tenido hasta el día de hoy, una compañera que ha estado a mi lado en los peores momentos de mi vida, en aquellos días en los que me quedé sin amistades, me encontraba sola, estaba enfadada con el mundo y no dejaba a nadie acercarse a mí a darme amor, excepto a ella...era la única que mi alma admitía cerca de mí, a la única que le dejaba mimarme, estar a mi lado y pasar horas y horas en silencio simplemente haciéndonos compañía.
Apareció en mi vida de forma casual, y ahora que se ha marchado, sé que vino para ayudarme a superar una etapa difícil de mi vida, en la que mi alma no admitía a nadie a mi lado, excepto a ella.
Ella ha sido el rayo de luz en momentos oscuros, muy oscuros...soy consciente que salí del mundo de la droga, principalmente, gracias a mí misma y mi fuerza, pero ella fue mi mayor apoyo, fue quien me obligaba a salir día a día, quien me acompañaba en mis paseos a la montaña, en mis reflexiones diarias...porque estaba incondicionalmente a mi lado siempre.
Esa etapa pasó, por suerte ya hace bastante, ahora me he casado, estoy feliz y estable a nivel emocional, he aprendido a quererme, a respetarme, a valorarme...y así, ahora que empieza otra etapa de mi vida, ella ha acabado su misión, se ha marchado en paz, continuando así su propia evolución, y lo digo tan convencida porque todo lo ha dejado muy bien organizado antes de partir, ella lo sabía...
Después de 72 horas, tengo la fortaleza de escribir sobre ella, ya que antes he sido incapaz...he pasado horas en las que me inundó la pena, venía a mi mente y solo podía llorar, nada me consolaba, me daba igual saber que la vida no acaba con la muerte, no me servía de nada todo lo que he aprendido y descubierto gracias a la terapia regresiva, porque mi sensación de pérdida, era mía, y por mucho que haya cambiado mi idea de la muerte, mi egoísmo existe, a pesar de que su vida continúe, ya no podré tocarla, acariciarla, besarla, no volveré a pasear junto a ella, y eso tiene un período de duelo, necesario, sin más.
Pero una vez pasadas esas horas de dolor, pena, desconsuelo...desde lo más profundo de mi ser ha llegado la aceptación, he aceptado su partida, he entendido que ha llegado el final de su trayecto junto a mí, pero que simplemente ha cambiado de vagón, porque mi vida no es la estación, es el tren, y nuestro viaje compartido, ha finalizado.
Hasta ahora no les he presentado a mi gran compañera de viaje, porque quería que no influenciase su cuerpo físico, ya que si algo he aprendido es que nuestro aspecto, es simplemente el vehículo para poder experimentar esta experiencia, y ella en este capítulo de su vida ha sido una perra, una Rotweiller, de nombre Jara, que solo por ser de esa raza, la catalogaron de raza potencialmente peligrosa, y debido a ello tuvo que pagar un seguro, toda su vida, impuesto por el sistema y muchas personas ya ni se acercaron a ella, puesto que estaban influenciadas por toda la información que se ha vendido sobre estas razas, demostrándome, todavía más si cabe, lo poco que experimentamos por nosotros mismos, lo inducidos que estamos por los demás, y la esclavitud a la que nos somete el sistema.
Y ahora que ya he realizado las presentaciones, muchos no entenderán este vínculo entre animal y ser humano, pero no se preocupen, puede que sea su primera evidencia de lo importante que es experimentar y sentir, no solo entender...así, todos aquellos hombres o mujeres que hayan tenido un fiel compañero de viaje, comprenden desde lo más profundo de su ser este vínculo de amor incondicional que se crea entre ambos.
Jara se ha convertido en una evidencia más sobre la magia de la vida, sobre cómo todas las piezas de un puzzle se van ordenando hasta que todo encaja a la perfección...hacía unos diez días que le había venido el celo, por lo que la tuvimos que separar de Max, el macho con el que convivía, y debido a esta "causalidad", Max no ha sufrido tanto su pérdida, a la vez que todo ha cuadrado para que mi marido estuviese de fiesta estos dos días y pudiésemos estar presentes los dos, pudiéndola llevar a dar su último paseo por la playa para que se despidiese de su lugar favorito, rodeada de arena, calma y el sonido del mar, y la coincidencia, no por ello menos llamativa, es que partió el 14 de febrero, el día de los enamorados, porque ese era el estado en el que estábamos las dos.
No existen palabras para expresar la gratitud que siento por haber compartido diez años de viaje con ella, no podía haber tenido mejor compañera, gracias por todo y buen viaje Jara.

viernes, 10 de febrero de 2017

Ama de casa en el s.XXI sinónimo de vaga y vividora...

Como mujer me siento desbordada ahora mismo. Mi mente no consigue comprender cómo hemos pasado de despreciar a la mujer por salir al mundo laboral, a despreciar ahora a las amas de casa.

Esta percepción ha sufrido un giro de 180 grados. Existe un feminismo mal llevado y mal entendido. Por un lado está el "sentirse mal" si no se trabaja fuera de casa. Una presión que nos creamos nosotras mismas. Unas sobre otras, o nosotras mismas con nuestro propio yo. Por otro lado, está la imagen que la sociedad ha creado. No interesa en la economía una persona que no produzca beneficio económico. Esa figura, tan antigua y útil a lo largo de nuestra historia, en la actualidad está obsoleta, no interesa...y cuando algo no interesa, hay que tratar de eliminarlo.

Lo que más me llama la atención es la presión entre nosotras mismas. Siempre viene desde el mismo perfil, mujeres con hijos y trabajadoras. Ellas son "súper mujeres" y yo, una vaga, sin más.

En estos tiempos has de seguir encajando. Parece que has de seguir unas directrices que están impuestas, y si sales del camino marcado, ya eres juzgada, criticada... y porque no existen las hogueras en la plaza del pueblo, sino nos volverían a quemar. Ahora en vez de por ser brujas, por ser amas de casa.

Parece una locura, pero es una realidad, aunque un poco oculta, ya que tal y como se ha estructurado el mundo laboral, pocas son las mujeres que se pueden permitir el lujo de ser ama de casa. Porque hoy en día, se ha convertido en un lujo familiar que una mujer se pueda quedar en casa ejerciendo las tareas que conlleva un hogar. No todos los hogares se lo pueden permitir...y estos son los cimientos de las críticas. La envidia de que alguien esté en su casa sin tener que trabajar ocho horas. Y como ya sabemos, entre mujeres en vez de apoyarnos, nos machacamos, nos envidiamos y nos criticamos.

Me parece muy injusto que yo, exclusivamente porque no trabaje fuera de mi casa, ya sea descrita como una vaga, una mujer mantenida que no colabora económicamente con los pagos, o una vividora, porque vaya vidorra que llevo...

Pues discúlpenme, pero si puedo, no quiero llevar la vida que me impone esta sociedad. No deseo trabajar por la mañana y mi marido por la tarde, para no vernos casi y que los domingos lleguemos a casa cansados y que nuestra vida en pareja no exista a penas. No deseo que si llegan niños, tener que dar trabajo sin remunerar a mis padres o a los suyos porque nuestros horarios no encajan. Me niego a tener una vida donde no exista el tiempo libre. Una donde vayamos en piloto automático y nuestra vida pase hasta llegar a la jubilación. Y llegar a esa etapa, no aguantando a mi marido o él a mí, porque lo que menos hemos hecho en toda nuestra vida es convivir, pasar tiempo juntos, endulzar nuestra relación, avivar esa llama que no debe apagarse, mimarnos, dedicarnos tiempo...

Como bien he dicho más veces, no encajo muy bien en esta sociedad. Pero habiendo realizado más de diez regresiones he ido comprendiendo mi rebeldía, mi reivindicación por mi propia libertad y mi negación al adoctrinamiento. A pesar de que en ocasiones me aparecen mis miedos, apuesto por escucharme a mí y sentirme, porque esta experiencia de vida es exclusivamente mía.

Estoy harta del desprecio que existe, a día de hoy, hacia las amas de casa, pero el problema lo tengo yo, y soy consciente. 

La vida es para vivirla como uno la entienda, no como otros nos digan que la entendamos.

También existen otro tipo de mujeres que serían incapaces de ejercer de amas de casa. La casa se les caería encima. No sabrían en qué emplear su tiempo libre, y les ahogaría el aburrimiento. En el fondo detrás de estos perfiles existe muy poco trabajo personal, poca interiorización, muchos miedos por afrontar...Pero es curioso, cómo este perfil no es juzgado, por el contrario es valorado. Este tipo de perfil de mujeres con necesidad de realizarse a nivel profesional, atareadas, sin a penas tiempo para pasar en familia, con el piloto automático encendido, son llamadas "súper mujeres".

 ¿Saben cuál es la única diferencia, desde mi percepción? Que llegará un momento en sus vidas que dejarán de vivir las emociones a través de sus hijos, se acabará su vida laboral, y se darán cuenta de que el trabajo en realidad era intercambio de tiempo por dinero, pero que ese personaje que le otorgaba ese puesto de trabajo, era parte de un eslogan que ha creado esta sociedad para convencerlas de que su realización personal era a través de su vida laboral. Sus hijos se independizarán y vivirán la etapa del "nido vacío". Se encontrarán con ellas mismas. Empezarán a escucharse, a interiorizar, a afrontar sus miedos. Y si son un poco curiosas, empezarán a asistir a talleres de autoestima. Harán el trabajo que hemos de realizar todas las mujeres, porque por mucho que queramos la igualdad, no somos iguales hombres y mujeres. Nosotras tenemos unas necesidades que cuando no están cubiertas, llegamos a la jubilación hartas de nuestra vida de luchadoras, cansadas de ser "súper mujeres", aburridas de un matrimonio donde seguimos siendo el motor de la casa, y esperando algún día a recibir, aunque sea una pequeña porción de todo lo que nosotras hemos dado. Porque no estaremos nutridas.

Mi marido trabaja ocho horas fuera de casa. Intercambia tiempo por traer dinero. De la casa me encargo yo. Y si fuese al revés, no habría ningún problema. Yo trabajando fuera de casa y él de amo de casa. Pero sí que voy a luchar por evitar vivir una vida como la que antes he explicado, donde nuestros horarios casi ni coincidan, nos veamos los domingos y encima nos pueda el agotamiento, porque a parte de trabajar fuera, tendríamos que llevar la casa, y eso sé de sobras, que necesita invertir horas. A parte de las tareas del hogar diarias, nos gustan los cocidos. La comida casera elaborada con tiempo y mimo. Comprar en el mercado. Pasear con nuestros perros. Tener tiempo para disfrutar de conversaciones infinitas...en definitiva, una vida sintiéndonos, y no solo consumiendo, que es para lo que nos han adoctrinado.

Así que mi conclusión sigue siendo la misma que en la época de las brujas...prefiero morir quemada que agachar la cabeza y seguir unas normas que me obligan en este caso a trabajar, solo para consumir más, ya que la diferencia entre un sueldo o dos, en mi caso, es gastar más, porque cuanto más entra en un hogar, más se gasta...y si no observen, si tienen tiempo claro.