martes, 25 de abril de 2017

El ego, amigo o enemigo...

A día de hoy el tema del ego es parte fundamental de casi todo, es un tema que parece que se ha puesto de moda y no deja de aparecer por todos lados: artículos, vídeos, libros, talleres, conferencias...
Nunca olviden que todo lo que yo pueda decir, no es más que mi opinión, una opinión más del mundo. Carezco de titulación alguna relacionada con el mundo de la psicología, del coach, y por ello mi intención nunca es imponer mi verdad, porque si algo sé a día de hoy, es que no sé nada, y que no debo olvidarme de puntualizar la expresión "hasta el día de hoy", ya que mañana puede que mi idea sea diferente...no olviden que estamos en continua evolución, aprendizaje, progreso...todo es un proceso, sin más.
Partiendo del punto de que todo es un proceso, seguramente lo que vaya a decir puede que no tenga ningún sentido y que me esté equivocando, pero yo lo siento así, y así se lo transmito...el ego está bien tal y como está, porque si no tuviese que existir, no existiría, ¿no creen? Todo es un proceso, y al final todo estará bien, sino no será el final...
Cada persona es un mundo, vive su experiencia, tiene sus propias creencias, lleva su propio camino recorrido, y no tenemos el derecho de juzgar a nadie...pero eso no quita que yo desde mi experiencia, pueda afirmar que antes mi ego formaba parte de mi inconsciente, y a día de hoy soy consciente de él, y cuando siento que me domina...respiro y me vuelvo a conectar con mi esencia, que siente que no es más que un alma como cualquier otra, que no vivimos para competir, sino que existimos para experimentar, sin más.
La vida no va tan en serio como nos hacen creer, este capítulo de mi vida llamado Cristina, no son más que unas páginas más del libro de mi vida, y lo que no consiga trabajar en esta vida, no se preocupen que ya lo trabajaré en otra. Pero desde lo más profundo de mi ser, sí que siento cuando voy por el camino de la luz, y cuando me desvío, dejándome llevar por mi oscuridad, y siento que mi ego, en muchas ocasiones, no es positivo para mí.
Para mí, no es positivo en el momento en el que consigue dominar mi esencia, intenta imponer mi criterio como el más valido, consigue sacar mi vanidad, mi egoísmo, me hace luchar por tener la verdad, creerme mejor que el prójimo en ocasiones, sentirme mejor si los demás me adulan...en definitiva, si dejo que me domine, pierdo el control, dejándole como dueño y señor de mi ser, y yo no soy solo ego...así que siento que tenemos que convivir todas mis cualidades en armonía y equilibrio.
Y se preguntarán, ¿cómo lo consigues? Pues la respuesta es muy sencilla, siendo consciente de que todos somos seres de luz experimentando una experiencia a través de un cuerpo físico, que nadie es mejor ni peor, que ninguno tenemos la razón, que no hemos venido a competir, sino a convivir, que me acepto como soy físicamente y no dependo de que los demás alimenten mi ego, que no he de imponer mi verdad, porque no la tengo; que he de tratar al prójimo como a mí mismo, con compasión, comprensión, paciencia y amor...y una vez que van conectando de nuevo con esa esencia interior...el ego se debilita, se convierten en observadores; pasan a estar despiertos y atentos al presente; dejan de competir, no intentan poseer la verdad, ya que no necesitan sentir el poder, porque se hacen conscientes de que la verdad absoluta no existe; desaparece ese ansia de ser mejor, de llegar más lejos, porque con existir ya se sienten privilegiados; aceptan lo que les ocurra, y no con resignación, sino con amor; se desvanece la necesidad de mostrar solo la felicidad, ya que se mostrarán tal y como son, sin olvidarse de que encarnados en cuerpos físicos no somos felicidad en estado puro, somos norias emocionales y eso es lo maravilloso de estar vivo, sentir emociones, sean las que sean; se detendrán a pensar que nos pasamos la vida juzgando al prójimo, cuando en realidad puede que aquello que nos molesta tanto de él, sea un reflejo de una parte de nosotros, porque todos somos uno...
Así se darán cuenta de que el ego forma parte de nosotros, igual que puede formar parte el egoísmo, la vanidad, la bondad, el amor...pero que como todo en la vida, los extremos nunca son buenos, siempre es mejor estar en equilibrio, pero que pasar de un extremo a otro tampoco es malo...porque al fin y al cabo...ya volvemos a estar juzgando, ¿no creen?
Que cada uno haga lo que sienta, yo ya les he intentado transmitir mis emociones al respecto, ahora que cada uno se detenga a escucharse, sentirse, observarse...si lo sienten así, sino, sigan en quinta o sexta velocidad, dejándose arrastrar por el exterior...ustedes deciden, pero nunca olviden una cosa, que lo que no trabajen ahora, lo harán en algún momento, este no es más que un capítulo de nuestro libro llamado Vida...y yo sigo aquel dicho que decía: no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.


domingo, 16 de abril de 2017

Estudiar es importante, no solo sirve para poder ganar dinero...

Vivimos en un momento en el que parece que estudiar está perdiendo su valor, y me entristece ver a la generación que me sigue pensando solo en ganar dinero...debido a ello su propósito en la vida ya no es estudiar, ya que se justifican diciendo que hoy en día hay muchas personas con estudios y sin posibilidades laborales, y se preguntan ¿y para qué voy a estudiar?
Pues porque el saber no ocupa lugar, porque no hay que estudiar solo para ganar dinero el día de mañana, sino que estudiar engloba muchas otras variantes.
A los 18 años acabé COU y les dije a mis padres que no quería seguir estudiando, que yo quería ponerme a trabajar y ganar dinero, puesto que mi única prioridad era ganar dinero para salir de fiesta, comprarme ropa y vivir la vida de adolescente. Todos mis colegas del barrio trabajaban y yo era la única que estaba estudiando COU, así que todos manejaban dinero, mientras yo iba con mi semanada, imagínense lo bien que aprendí a cuadrarlo todo para poder comprar hachís y que me saliesen las cuentas con mis padres, porque me preguntaban en qué me gastaba el dinero y tenía que darles explicaciones convincentes.
Así que expuse en casa mi deseo de ponerme a trabajar en lo que fuese, pero que estudiar no quería...ahí mis padres ejercieron de guías, porque esa es una de sus funciones, guiar sin imponer, aconsejar sin presionar...y me propusieron un plan, me acompañaban a visitar varias universidades y si nada me llamaba la atención, me buscaba un trabajo, pero antes les hacía el favor de ir a ver varias universidades. Y así lo hicimos.
Fuimos a ver un par o tres universidades, y me llamó la atención la última, un centro adscrito a la universidad de Barcelona donde impartían Diplomatura en Turismo, y podías decantarte o bien por dirección y gestión hotelera o por agencias de viajes. Me enseñaron las instalaciones, el plan de estudios...y me encantó.
Así que empecé mi diplomatura, en la especialidad de dirección y gestión hotelera, súper motivada, a pesar de seguir con mi semanada.
A partir de los primeros meses empecé las prácticas en un hotel, y a las semanas me contrataron, así que empecé a ganar mi dinerito para salir los fines de semana...aquí se cumplió mi deseo de ganar dinero, y olvidarme de la semanada de mis padres.
Estudié tres años de carrera y me quedaron un par de asignaturas y el proyecto final de carrera pendiente, pero dejé los estudios, porque me salió una oferta de trabajo y la acepté, porque por aquella época lo único que me importaba era ganar dinero, no pensaba en nada más...y ha sido así hasta hace unos tres o cuatro años, que desperté de la inducción a la que permitía que me sometiese el sistema.
Al cabo de unos tres o cuatro años cambiaron los dueños y me echaron de una empresa, donde estaba por aquel entonces, porque me fui moviendo de puesto de trabajo según me iban saliendo ofertas donde me pagaban mejor...y al echarme me fui al paro, y en aquel momento decidí terminar mis estudios, ya que después de tres años de estudios, qué menos que conseguir la titulación...así que aproveché el año de paro para acabar la carrera.
Y justo al acabarla accedí gracias a mis estudios a trabajar en el eropuerto, una de las mejores experiencias a nivel laboral que he tenido hasta el día de hoy.
A día de hoy, no tengo palabras suficientes de agradecimiento a mis padres por haberme sabido guiar tan sutilmente, sin imponerme nada, simplemente aconsejándome y reflexionando juntos, y por supuesto no le resto importancia a mi mérito por haber sabido escoger entre el saber y el dinero...porque no sé si servirá o no estudiar para alcanzar un buen puesto de trabajo, pero lo que sí que tengo muy claro es que gracias a estudiar aprendes a expresarte mejor, gramaticalmente adquieres una gran sabiduría, cultivas la mente, memorizas agilizando el cerebro,  consigues mayor comprensión a nivel escrito y oral, aprendes a exponer en público a través de los trabajos que realizas durante la formación, obtienes responsabilidad y organización, y muchas más oportunidades a la hora de trabajar, sin duda alguna, sobretodo en determinados puestos...pero no hay que estudiar solo para conseguir un trabajo y ganar dinero, sino que puedes estudiar porque te atraiga algo, cualquier formación, aquello que te guste...la finalidad no ha de ser solo ganar dinero, sino, la motivación de estudiar, aprender, descubrir...
Estamos atrapados por la creencia de que el dinero te da la felicidad, y la felicidad que les da el dinero es muy vulnerable, nunca llegarán a alcanzar la felicidad verdadera a través del dinero, ya que todo lo que consigan tener será maravilloso mientras lo tengan o lo alcancen, pero luego volverán a intentar alcanzar o tener lo siguiente, y siempre estarán en esta rueda...la felicidad es una actitud, un estado, que solo se alcanza una vez que acepten todo lo que les ocurra, bueno o malo, una vez que dejen el miedo a un lado y aprendan a vivir, porque hasta ahora la mayoría solo respiraban...y sobretodo nunca olviden que el saber no ocupa lugar.

miércoles, 5 de abril de 2017

La importancia que se le otorga al dinero es decisión propia...

¿Qué importancia tiene el dinero para mí? Pues a día de hoy, mucha menos que en otros momentos de mi vida. Les aseguro que no es porque me sobre y debido a ello lo vea así, sino porque he sido consciente de que el dinero no me da la felicidad, y que le da la tranquilidad solo a aquellos que viven desde el miedo...y ninguno de los dos son mi caso.
Tengo claro que el dinero es necesario para vivir dentro de la sociedad en la que me encuentro, pero creo que no tiene tanta importancia como nos han hecho creer, nos hacen ver la vida desde el apego, la posesión, nos muestran que lo ideal es llevar una "vida perfecta", el resumen sería: nacer, ir al colegio para tener estudios, tener un trabajo, tener una pareja, casarte, comprarte una vivienda, tener hijos, tener una buena jubilación y si puede ser, tener una muerte en la que no suframos demasiado...pues discúlpenme, pero yo en todo ese ejemplo de vida solo veo una palabra que se repite hasta la saciedad...TENER.
Porque...¿qué es la perfección? Un juicio gratuito, sin más.
Dentro de esta sociedad basada en la posesión, predomina el apego...una consecuencia de poseer...y lo más curioso de todo es que vinimos sin nada, y nos iremos sin nada, incluso a la hora de morir sería ideal dejar las emociones y sensaciones de esta experiencia de vida en el cuerpo, porque le pertenecen a él y no a nosotros, no a nuestra alma.
Una vez que interiorizas esta visión de la vida, todo cambia, sobretodo el dinero pasa a tener un papel secundario, y mi ejemplo es éste, que les voy a explicar a continuación...seguramente muchos se quedarán con la idea de que fui "tonta", pero yo siento que solo perdí dinero, pero gané salud sobretodo a nivel emocional:
"Me hipotequé a los 23 años, con mi ex pareja al 50%, el banco nos daba el 80%, y necesitábamos el 20% restante, cantidad de la que no disponíamos, pero yo, como hija única, di por sentado que mis padres nos avalarían...primera lección que aprendí, "mis padres no tienen la obligación de avalar mi vida, su dinero es de ellos y ellos deciden, no yo". Esa lección la aprendí después de discutir con ellos y encima permitir que mi pareja fuese un día, sin mí, a casa de mis padres a imponer sus ideas con bastante poca educación y respeto, y de permitir que su madre les dijese por teléfono a mis padres, que su hijo ganaba más dinero que yo...así que imagínense lo bien que empezó todo.
Finalmente un 10% nos lo dejaron mis padres, a pesar de todo, haciendo un contrato legal para devolvérselo en seis años, pero sin intereses, y el otro 10% nos lo avaló su abuelo, devolviéndolo en diez años, pero con intereses...
Durante los seis años que convivimos en total, la casa la amueblamos gracias a la magia de la vida, por aquel entonces yo trabajaba en una empresa y me salió muy bien de precio todo, una causalidad más de mi experiencia, e hicimos obras, casi todo, de la parte de fuera, porque desde su punto de vista era lo que se veía, y tenía prioridad...yo simplemente accedí, él ponía más cantidad económica que yo, puesto que tenía la suerte de que su sueldo era mayor que el mío trabajando los dos las mismas horas, así que decidía él.
Todo el interior de la casa nos lo pusieron mis padres a lo largo de los primeros años, por su parte nadie aportó ni un trapo, y la que llevaba las tareas del hogar era exclusivamente yo...así que pongan ustedes la aportación de cada uno en una balanza, ya que nosotros vivíamos dentro de la generación del 50%, es decir, él una cuenta, yo otra y una en común, donde se ponía dinero para la hipoteca y gastos...en aquel entonces me parecía lo normal.
La primera vez que nos separamos, fue la primera vez que me echó en cara que iba a ser una lista, porque si se vendía, me iba a llevar el 50% de la casa, y él había puesto más dinero, fue el día que también me echó en cara que él había pagado siempre la droga, dejando claro que, desde su mentalidad, el trabajo de llevar una casa, no tiene importancia alguna, solo importa el dinero.
Como ya expliqué, volvimos a intentar seguir con nuestra vida en pareja sin drogas e hipotecados al 50%, pero fue un fracaso, y él tomó la decisión que no quería ningún perro, que me quedase yo en la casa hasta que se vendiese.
En los casi cuatro años, hasta que se acabó mi historia con la hipoteca, él pagaría la mitad de su propiedad y yo la mía más los suministros, y fue así,porque no accedí a su petición de hacerme yo cargo de todo, puesto que su argumento era que yo estaba viviendo ahí y tenía que pagarlo todo, que me estaba aprovechando de él, que era una lista...pero no me convenció, y le dije:
- Chico, vente a vivir tú, cuida de los perros, de la casa y su terreno, que yo en casa de mis padres siendo hija única, vivo como Dios.
Pero eso tampoco quería, él solo quería no tener que poner un euro, ni responsabilizarse de nada...pero la lista era yo.
Así que hablé con mis padres. Le ofrecimos quedarnos la hipoteca y pagarle lo que le correspondiese. Su respuesta:
-Antes muerto que tú quedándote con esa casa, acepto que se la quede otro, pero tú no.
Ante un ser así, existían dos únicas opciones: una, esperar a que algún día se vendiese la casa y se rescindiese la hipoteca, desgastándome emocionalmente, o dos, perder todo mi dinero invertido en esa casa, pero ganar en tranquilidad y salud... y opté por la segunda opción.
Fue muy sencilla la jugada, teníamos claro, mi abogado y yo, que un ser tan apegado al dinero iba a querer quedarse la casa, si se lo enfocábamos en que nos queríamos quedar nosotros la casa, pero que queríamos que nos cediese su parte, estábamos seguros que iba a decir que estábamos locos, pero en ese momento, le diríamos que le ofrecíamos lo mismo a él, y a eso no se iba a negar, él salía ganando económicamente...y así fue, le cedí mi parte de la hipoteca, perdí todo mi dinero invertido en la casa ganado durante 10 años, soportando que en la firma de rescisión de condominio me repitiese que él nunca me hubiese cedido su parte a mi...pero gané en tranquilidad, me quité de encima a un ser tóxico que se alumbraba de mi luz, disfrutamos de la casa los perros y yo cuatro años sin él, y quedo eternamente agradecida a la vida, porque gracias a irme a esa casa, alejada del barrio y los colegas, tuve la opción de salir de la droga, aprendí ahí a ser independiente, llevar una casa, y sobretodo aprendí a que una lucha económica solo me puede hacer ganar dinero, pero mi salud, mi tranquilidad, mi armonía y mi equilibrio emocional no se pagan con dinero, y ellos sí que son vitales para mi, para poder vivir en paz".