martes, 23 de enero de 2018

Discute mi ego...no yo.

Siempre que he tenido algún enfrentamiento con alguien, mi forma de actuar era dejar que mi ego pilotase de forma automática. Mi respuesta era atacar para defenderme.

Os aseguro que ahí siempre me he movido como pez en el agua. Para mí es muy sencillo, en una discusión, agredir verbalmente, atacar a los puntos débiles del otro y hundirlo psicológicamente antes de que tenga la oportunidad de hacerlo conmigo. Suena muy macabro...pero es la realidad.

Supongo que mis años de barrio, moviéndome en ambientes de pandillas, drogas, chulería...donde el lema era "pisas o te pisan", han tenido un gran protagonismo en el desarrollo de esa característica de mi ego...no lo sé.

Pero desde que le he descubierto y nos vamos conociendo (a mi ego digo) sé que no me siento agusto haciendo daño, que no tengo que quedar por encima de nadie, que no tengo que defenderme de nada, que en realidad nadie podrá atacarme, puesto que nada es contra mí, sino que soy la herramienta que alguien tiene enfrente para sacar toda esa agresividad e ira que habita en su interior.

Y lo veo así porque yo estaba antes en ese otro lado.

En plena adolescencia estás contra el mundo en general. Es la época de ser rebelde, descuidarte, incluso me atrevo a decir que es la época de agredir contra tu cuerpo, comiendo comida basura a menudo, bebiendo alcohol los fines de semana, en mi caso también drogarte, estar peleando con los padres, sentirte perdido porque no sabes qué estudiar, por donde tirar, no te conoces, te acompañan los complejos...vamos un caos...

Yo puedo decir que salí de la adolescencia a los 31...un poco tarde...lo sé...pero desde esa edad he empezado a ser consciente de que iba en piloto automático...y cuando he cogido los mandos he sentido que no puedo atacar al prójimo, que no puedo elevar el tono de voz para imponer mi criterio, que debo contar hasta diez y calmar a mi ego, que es el que se siente atacado, y contactar con mi Alma, que ella no juzga y respeta la experiencia ajena...pero siempre lo he visto muy difícil de llevar a la práctica, e incluso decía "yo soy así y punto". Típica frase que solo indica las limitaciones que tenía en aquel momento, sin yo ser consciente de ellas.

Ahora, gracias a que la vida me ha puesto una experiencia en mi trayecto, he podido ser consciente de que estoy preparada para esta nueva forma de actuar que siempre tenía en mi interior, pero que nunca he sido capaz de llevarla a la acción. Siempre me repetía la misma frase:
- O saco esta rabia diciendo lo que pienso o peto por dentro.

Pues no...no pasa nada, no he petado...e incluso he experimentado paz interior.

Me han agredido con un tono de voz dictador y autoritario, han intentado defenderse atacándome...y mi piloto automático hubiese sacado a esa Cristina que se mueve como pez en el agua discutiendo, sacando a la luz los puntos débiles y morir matando como suelen decir.

Pero no. Esta vez me he permitido vivir la experiencia desde mi interior, siendo espectadora.

He dejado que la otra persona se desahogue, que me ataque ya que decía que se había sentido agredida por decirle que no la comprendía. Simplemente he sido consciente de que todo lo que proyecta es parte de su interior y que utiliza esta oportunidad para sacar toda esa ira y agresividad que habita en su interior, que vive limitada y que no dispone de la capacidad de debatir, de comentarme desde la paciencia que se ha sentido criticada, de hacerme consciente desde su comprensión que ella percibe que estoy equivocada, de expresarme desde la compasión su perdón, si llegase el momento, y mostrarme desde el amor su capacidad de aprendizaje.

Cuando una persona se enfada, eleva el tono de voz y se defiende atacando, no es más que su ego defendiéndose del miedo. Miedo a que le hagan daño de alguna manera, ya que en realidad el miedo es como la culpa, son pensamientos que pueden dominar a nuestro Ser.

Estoy agradecida por no haber dejado que mi ego me pilotase y haber manejado la situación desde mi Alma. Agradeciéndole el paso por mi vida, por todo el trayecto recorrido y deseándole lo mejor para su proceso y su experiencia.

Yo no cierro las puertas del vagón de mi trayecto de vida, porque no sé lo que es el rencor, a día de hoy, y recordé mi capacidad de perdón ya hace tiempo. Siento que a mí  nadie me puede agredir verbalmente si yo  no se lo permito...las palabras son palabras y transmiten simplemente lo que el interior de esa persona posee...si estás en paz no entrarás en guerras, y si estás en guerra no sabrás estar en paz.

Yo no me he sentido atacada, a pesar de que sus palabras y su tono no eran para adularme...pero desde hace un tiempo siempre digo lo mismo...si alguien me dice algo y me siento atacada es síntoma de que tengo que trabajarme algo porque me ha resonado...de igual manera, si alguien me dice algo y me siento alabada es porque me gusta esa virtud.

Los demás no tienen poder si tú no se lo das.

Atacar para defenderme era una herramienta que utilizaba mi ego para protegerme de mis inseguridades y miedos.

Querido ego, estoy muy agradecida de que hayas llevado el piloto automático todos estos años, pero va siendo hora de que me conecte con mi conciencia, mi interior, y siga todas aquellas actuaciones que me generan paz. La guerra terminó hace tiempo en mi interior, y eso se refleja en mis actos, no solo en mis palabras.

Me queda mucho por aprender, pero ahora comprendo a todas aquellas personas que cuando discutía con ellas, no se rebotaban, y siempre me sacaban más de mis casillas. Era un reflejo de aquello mío que rechazaba, pero no era consciente de ello...los catalogaba de cobardes porque no se enfrentaban, no se defendían...

Ahora los veo como sabios. No tenían que defenderse de nada, era yo la que peligraba. Me tenía que defender de mí misma las 24 horas del día, porque no sabía lo que era la paz interior, conectar con mi Alma y abrazar a mi ego.

Vivía en alerta constante, a la defensiva, limitada...debido a mis miedos e inseguridades. Me sentía atacada, pero todo era mi propia percepción.

Así que, gracias por cruzarte en mi camino y permitirme seguir aprendiendo. Yo te amo, yo te bendigo y yo te perdono.

Y con esta frase cargada de paciencia, comprensión, compasión y amor, simplemente no se puede seguir peleando. Pelearse es cosa de dos, y yo ya no estoy por la labor.

lunes, 15 de enero de 2018

El plan magistral de la vida...

Que en la vida suceden acontecimientos de los cuales nosotros no tenemos el control...es una realidad. Estar atento y ser consciente, forma parte de la actitud de cada uno, y yo no he venido aquí para convencer a nadie, pero sí que me gusta exponer mis evidencias. Ellas son la fuente de mi verdad.

No creo en las casualidades. Estoy convencida de que los encuentros diarios entre las personas y las experiencias que nos suceden son causales. Es decir salir de casa y encontrarme con fulanito es un encuentro programado desde algún plan maestro superior. Y de igual manera todo lo que nos sucede.

Siento, a día de hoy, que existe un plan maestro que mueve sus hilos para tejer esos acontecimientos de los que no tenemos el control, pero luego, nuestra actuación, en ese momento, forma parte de nuestro libre albedrío. Dependiendo de nuestras decisiones seguimos un camino u otro...caminos ya creados con anterioridad por nuestro plan de Alma.

Si miro atrás, tengo mil ejemplos de mi vida que corroboran esta teoría...lo que no sé es que hubiese vivido si mi elección hubiese sido otra...pero en el caso de Max, tengo la respuesta.

El 1 de enero del 2011 apareció en la puerta de mi antigua casa un perro abandonado. Salí a media mañana a poner una lavadora y allí estaba, en la puerta de casa, un perro sentado y mirándome con cara de pena, mientras Jara, la rotweiller que me acompañaba en mi viaje de Vida, le ladraba como una loca.

Puse mi lavadora y pasé de él. En la urbanización aparecían a menudo perros abandonados, y me prometí no implicarme porque sino mi casa acabaría siendo una perrera...

Al cabo de hora y media salí para tender la lavadora, y mi sorpresa fue al ver al perro allí sentado todavía. Estaba esquelético, las costillas se le marcaban de una forma descomunal, tenía roales sin pelo, garrapatas...vamos el perro estaba en unas condiciones lamentables. Y se medio mareaba, supuse que de hambre...así que entré en casa, cogí un trozo de pan y salí. Al salir el perro se quedó quieto y me dejó darle el pan. Se lo tragó como en los dibujos animados, entero...se le marcó por el cuello la forma del trozo de pan...y aún me dio más pena.

No sé muy bien porqué ni cómo, pero entré en casa para comentarle la situación a mi ex, que era mi pareja por aquella época. Su respuesta, que ni de coña lo metiese en casa...pero le dije que lo iba a dejar entrar por lo menos para darle de comer y bañarlo...y luego acabé convenciéndole de que si Jara lo aceptaba, lo dejábamos vivir en el jardín...que no nos suponía nada, y menos para él...el perro no le iba a quitar su Play Station...

Bajé al jardín, subí a Jara a la terraza de arriba y dejé libre la planta de abajo para poder estar con el perro. Me dejó cogerle, bañarle con la manguera, en pleno enero y con agua fría, ya que en casa no podía meterle en aquellas condiciones...le puse una pipeta y le puse comida...devoró la comida. Bajé a Jara pensando que o lo aceptaba o lo mataba...pero por lo menos el perro habría tenido su último baño y comida...y no es broma, ese fue mi pensamiento...todo dependía de ella para poder quedarse con nosotros...se acercó, se olieron y se hicieron compañeros de viaje hasta febrero del año pasado que Jara nos dejó en este plano.

Pero lo curioso de esta historia no es que acogí a Max, sino que seis meses después me separé de mi ex, y por tener a Max y a Jara, es decir por tener dos perros, en lugar de uno, no pude irme a casa de mis padres. Max fue el causante de que me quedase a vivir en aquella casa. Y haberme quedado allí fue la pieza fundamental para que mi compañero de viaje pudiese venir a vivir con su perro y venderle su piso a su ex.

Si aquel día yo no hubiese acogido a Max, me hubiese ido a vivir a casa de mis padres seguro...y todo hubiese sido diferente. Pero de esta forma todo fluyó de forma muy ordenada. Estuvimos en esa casa hasta que nos salió la posibilidad de venirnos a vivir aquí, encajando todo perfectamente con la idea de mi ex de quererse quedar la casa en lugar de venderla...mi precio fue cederle mi parte y perder todo el dinero invertido en casi diez años...pero no hay dinero en el mundo que pague la paz interior...perdí dinero, pero gané tranquilidad.

Cuando las cosas se hacen desde el corazón...sale siempre todo bien.

Voy a contaros otro ejemplo, de este plan maestro que rige nuestras vidas.

 Estudié Diplomatura de Turismo y estuve, mientras estudiaba, trabajando haciendo bolos de extra de camarera. En uno de esos bolos, conocí a una chica. Pasa el tiempo, y un día me suena el teléfono. Es ella. Me llama para ofrecerme un puesto de camarera en un hotel de Barcelona, donde su novio es el nuevo Maître y está formando equipo. Acepto. Al cabo de los meses el Maître tiene problemas con el director y les echan a los dos. Debido a estas sincronicidades acabo de Maître con 23 años en un hotel de cuatro estrellas de Barcelona.

Tuve que entrevistar a candidatos para poder formar mi equipo...y mi madre me comenta que el hijo de su jefa, un francés, está buscando trabajo y que ya ha trabajado en hostelería. Le hago la entrevista a él y un amigo y les ficho sin dudarlo, les sobran aptitudes para el puesto.

Su incorporación me permitió delegar y empezar a tener más tiempo libre, ya que yo cubría todos los turnos porque no encontraba a nadie que se implicase en el puesto y fuera lo suficientemente responsable...es una cualidad que no está muy de moda, y en ocasiones es fundamental.

Al cabo del tiempo, se alojaron, durante una semana, en el hotel un grupo de directivos de una multinacional noruega. El último día de su estancia me ofrecen la posibilidad de incorporarme a su empresa, trabajar de lunes a viernes con horario de 8 horas por el mismo sueldo que me estuviesen pagando en el hotel, les daba igual...querían en su empresa mi perfil, una persona que se implicase con las necesidades del cliente, atenta, servicial, educada...me dijeron que era perfecta para su empresa de ventas.

No me lo pensé. Hablé con el director, le agradecí la oportunidad de haber confiado en mí, siendo una chica tan joven para llevar la restauración del hotel, y a pesar de que me ofreció subirme el sueldo...preferí calidad de vida a dinero, elegí disponer de tiempo. Con 26 años ya tenía claro que en la vida no todo es dinero.

Pero antes de irme dejé cerrado que el francés y su amigo se quedarían al mando del departamento. Me fui tranquila, quedaba en buenas manos.

Pasaron ocho años. Ocho años viviendo mi trayecto de vida sin tener contacto con él. Pero gracias a Facebook nos reencontramos. Él fue el que me devolvió la confianza en el sexo masculino en aquel momento. Descubrí que existía otra clase de hombres que yo en mi barrio no había conocido, educados, respetuosos, cargados de caballerosidad...Él fue mi luz para recuperar la confianza en mi misma y acabar por fin con la relación con mi ex. Le guardaré cariño siempre porque fue una pieza fundamental en aquel momento para mí.

Después de unos meses cada uno hizo su vida, y todo sucedió de forma muy natural. He llegado a la conclusión de que simplemente estuvo en el momento adecuado para realizar su misión en mi trayecto de vida, igual que yo tuve la mía en su vida ocho años antes seguramente.

Y para terminar tengo otro ejemplo...mi más bonita casualidad, como suelen decir, pero para mí es mi más bonita causalidad.

Llevaba trabajando en el aeropuerto de Barcelona de coordinadora mucho tiempo...y jamás me había cruzado con él, hasta ese día. Voy al avión para coordinarlo y se cruza en mi vida Él, mi compañero de vida, del que ya he hablado en otras entradas.

Todo fue demasiado ordenado también...nos cruzamos en ese avión por primera vez, y a partir de ahí nos encontramos en muchos...y a los pocos meses cierra Spanair, y dejo el aeropuerto. Igual que estuvimos años sin cruzarnos en el aeropuerto...podríamos no habernos cruzado nunca...pero no fue así. Nos cruzamos y desde ahí compartimos viaje en el mismo vagón y un asiento al lado del otro...

Por estos ejemplos y muchos más que podría explicar, pero no quiero ser pesada...a día de hoy, estoy convencida de que cada uno de nosotros está dentro de un plan magistral tramado por el Universo o Dios o como queráis llamarle...un plan magistral donde tienen cabida todos los planes de las diferentes Almas, y por ello, los encuentros y acontecimientos no son casuales, sino causales...todo está organizado, todo está colocado como un puzzle, todo va encajando...y nuestro libre albedrío está en nuestra forma de actuar en cada uno de esos sucesos, y soy consciente de que actuando desde el corazón todo fluye, sin más.

La vida no hay que juzgarla, sino vivirla.

Estamos aquí encarnados para aprender y evolucionar, no para tener y poseer.




miércoles, 10 de enero de 2018

Aceptar la voluntad

Hace unos días me dijeron que cuando se pide la voluntad por lo que hacemos, de forma subliminal, estamos diciendo que nuestro trabajo no vale nada, que nos den lo que quieran, que sean ellos los que nos valoren y pongan un precio a nuestro trabajo, que en este mundo las personas valoran tu trabajo por lo que cobras, el que mejor me cura es el medicamento más caro...

Desde el principio no me sentí identificada con ese significado, yo no percibo lo mismo.

Puede que esa lectura sobre "la voluntad" sea la adecuada para definir un trabajo material, físico, creativo...o para cualquier trabajo que esté aceptado y regulado legalmente dentro de nuestro sistema, basado en una enseñanza legal con un título oficial dentro del sistema de educación que nos rige...pero la terapia regresiva, para mí, es una terapia en la que trabajo desde un estado expandido de conciencia...de Alma a Alma...y ahí el precio, el dinero...son conceptos que no me encajan.

Y como siempre hablo desde mi experiencia y mis evidencias...

Al llegar aquí a Cantabria, nos instalamos por causalidad en un pueblecito de cuento, (las sincronicidades existen, es un tema que desarrollaré próximamente), cerca de éste, hay otro pueblo también de cuento, aquí todo parece sacado de los dibujos de Heidi...y allí vive un personaje, para mí al principio, irreal...una bruja, la bruja de Beranga, la llaman. Una curandera que con una crema, cuya composición es top secret y jamás ha vendido ni ha hecho negocio con ella, a pesar de que le han ofrecido muchísimo dinero, cura quemaduras de diferentes grados.

Una curandera que gracias al boca a boca se ha ido extendiendo su fama, y a día de hoy, llegan pacientes de diferentes puntos de España para pasar por sus curas...son milagrosas. Les deja la piel como si jamás hubiesen tenido ninguna quemadura. Y todo a cambio de la voluntad, y aquel que no puede darle ni eso porque económicamente vaya muy ajustado, le lleva vendas, gasas...y así colabora con el material que usa.

Por el contrario existen otros medios, en el mismo pueblo, donde obtener una crema parecida, ya que ellos sí que comercializan y hacen negocio, ese es su objetivo principal, el dinero. Pero estoy convencida de que la crema es un porcentaje del tratamiento, sus manos, su dedicación, sus curas...en definitiva hacerlo con el corazón, es el resto de los buenos resultados.

Si necesitas sus curas solo has de ir a su casa, picar a la puerta y, en ocasiones, hacer cola en la puerta...tiene hasta un banco para que la espera no se haga muy incómoda.

Y ahora venid y decidle a la señora que su trabajo no tiene valor puesto que no pone un precio...

En el mundo existen personas que solo con ayudar al prójimo, ver el agradecimiento y la sanación, ya se sienten recompensadas...existen seres maravillosos que viven desde el corazón y no desde el ego, el problema es que no abundan...y cuando los encuentras te sorprenden, pero haberlos, haylos.

Cuando era pequeña tenía verrugas en todos los dedos de las manos, verruguitas pequeñas, pero varias en cada dedo. Mis padres me llevaron al médico y la solución fue quemarlas. Era pequeñita, pero tengo el recuerdo de ir con mamá al médico y sufrir de una forma descomunal cada vez que me quemaban la raíz de una verruga...fuimos solo dos veces, tengo dos dedos que llevan las secuelas de esas visitas...
Mi padre fue contando la historia al trabajo y un compañero le dijo:
- Mi suegro es curandero, pero ya es muy mayor y está retirado, trabajó toda la vida pero fue curandero en su tiempo libre, solo aceptaba la voluntad, porque él vivía de su sueldo...pero hablaré con él y siendo una niña, alomejor hace una excepción...

Tengo un recuerdo leve, no recuerdo la cara del señor, pero sí su vejez...seguramente fui una de sus últimas pacientes...me cogió las manos, me las acarició durante unos minutos y me dijo.
- Cada vez que te piquen los dedos, mételos bajo el grifo de agua fría...en unos días se irán.

Así lo hice. Me pasé semanas metiendo las manos bajo el grifo cada vez que me picaban...y un día desaparecieron.

Existen personas que no sienten la necesidad de lucrarse económicamente, sino que con tener para vivir de forma sencilla y humilde, ya tienen suficiente...y a mí ese tipo de personas me llegan al Alma y siento admiración...aceptando la voluntad dejan fluir la energía de dar y recibir y el paciente se va más tranquilo, sin sentirse en deuda.

Por estos motivos, a día de hoy, yo me siento en paz aceptando la voluntad por acompañar a las Almas que me eligen y me permiten acompañarlas en regresión. En ningún momento me siento menos valorada, ya que no es el precio el que otorga el valor, sino el resultado.

Trabajando en terapia regresiva no trabajo desde mi ego, sino desde mi Alma directamente con otra Alma...así, he ido recordando desde la consciencia y me he ido liberando, no solo de emociones, pensamientos, sistemas de creencias, sino también a nivel material...al irte liberando cada vez llevas una vida más sencilla desprogramándote del tener, retener, acumular, ganar...ya que eres consciente que aquello más valioso no se puede comprar, como el aire que respiramos, el olor de una flor, un abrazo con los dos brazos bien abiertos, la mirada de un ser querido...

Así que lo siento mucho, pero estoy en desacuerdo con todos lo que me repetís que cobre, que yo he pagado por los cursos, por mis sesiones de terapia regresiva...

Desde lo más profundo de mi ser os digo que el trabajo de Alma a Alma no tiene precio, que acepto la voluntad porque no quiero poner barreras en la energía del dinero y sé que debe fluir, pero que también sé que el dinero y el poder corrompen la esencia del Ser...y a mí, a nivel personal me permiten seguir aprendiendo, continuar evidenciando y completando mi evolución eterna.

Para vivir de forma sencilla a día de hoy tengo, y además vivo con la fe y la seguridad de que el Universo me cuida, me protege y me devolverá por dos todo aquello que dé desde mi corazón.

Siento que trabajando desde el Alma, no puedo vivir desde el ego, por lo menos ese no es mi proceso.