sábado, 7 de abril de 2018

Mamá por sorpresa


Mi rechazo a ser madre me ha acompañado durante toda mi edad adulta, y sobretodo desde que según la sociedad “ya me tocaba”.

He puesto medios siempre para no quedarme embarazada y además he sido de las que se ha cansado de repetir que en pleno s. XXI quedarse embarazada sin querer es ridículo con la de precauciones que hay.

Pues de nuevo el Universo me ha puesto un punto en la boca y me ha demostrado, más si cabe, que él dirige mi trayecto. Que antes de nacer, desde mi libre albedrío, organicé mi plan de Alma y ahora llevarlo a cabo es mi decisión.

Pero hace tiempo que recordé que estoy aquí para vivir aquello que me ocurra. Que la vida y la muerte no están bajo el control terrenal de forma natural, y yo no me siento una semidiosa para otorgarme un poder que en realidad, para mí, a día de hoy, le pertenece al Universo.

Así que por sorpresa, sin desearlo y con rechazo me enteré de que estaba embarazada hace unas semanas…

Al principio yo lo viví desde mi parte exclusivamente terrenal, mientras que mi compañero de vida, desde el principio, me dio una lección de aceptación acerca de vivir aquello que ocurra. 

A mí, mi parte terrenal, me llevó a enfadarme porque no entraba en mis planes, porque un montón de mujeres desean ser madres y no se quedan embarazadas…y yo por un fallo de los métodos anticonceptivos me quedo embarazada a la primera…quiero la hoja de reclamaciones ya, por favor…no puede ser…

Solo veía que se acaba mi tiempo por y para mí, y si no fuese por la terapia regresiva y todo lo que me ha enseñado y recordado estaría todavía furiosa, rabiosa, enfadada con el mundo…e incluso abortaría sin pensármelo mucho más…

Pero la noticia me ha servido para ser consciente de mi primera gran lección: soy una egoísta; me creo que he nacido para organizar mi vida y dedicar mi tiempo a lo que deseo o quiero, sin ladrones de tiempo; me he olvidado de que ese es mi ego.

En realidad, a día de hoy, tengo claro que un ser me ha elegido para ser su canal para poder experimentar su experiencia de vida terrenal, y yo en su día, antes de nacer, lo acepté así y ahora no puede vencer mi ego terrenal creado aquí en esta sociedad donde prima la individualidad.

Así que después de unos días de reflexión, de charla interna y de conexión con mi esencia he llegado a la aceptación desde el amor, aquí y ahora, de que si el Universo me ha puesto delante esta experiencia, yo lo único que debo hacer es vivirla.

Mi vida va a cambiar si todo llega a ser…ya que las madres primerizas corren el riesgo de pérdida. Pero a mí ese dato no me preocupa, porque sé que no ha sido mi elección ni mi deseo…y de igual manera que ha venido, ese ser tiene total libertad para decidir venir o no finalmente. Esa decisión a mí no me pertenece. Yo solo aceptaré la decisión que tome.

Pero esta experiencia me está sirviendo para evidenciar el egoísmo terrenal. Me preguntan si deseo que sea niño o niña…mi respuesta que me da igual lo que sea, simplemente que sea…y entonces lo único que contestan es que sobretodo el bebé venga sano. Y ahí yo entro en conflicto interno porque ¿y si ese ser necesita venir con alguna discapacidad o patología para poder vivir su experiencia de vida? ¿Tengo que aceptarlo o rechazarlo? ¿Debo aceptar todo lo que venga o debo elegir solo aquello a lo que yo esté dispuesta a criar, por ejemplo solo si viene sano y sin patologías iniciales?

Pues no lo sé…pero sí que sé que decida lo que decida estará bien, siempre y cuando se lo explique…pero a día de hoy tiene mi aceptación para venir como necesite para vivir su experiencia de vida humana. Siento que me he creído el centro del universo, me he creído que el tiempo me pertenece y hacer lo que me apetezca es mi derecho…y puede que sea así en parte…pero en realidad ahora siento que hemos nacido para servir, que esa es nuestra esencia, servir a quién nos reclame y nos necesite, servir a todos aquellos a los que podamos echar un cable…

El egoísmo es un sentimiento exclusivamente terrenal creado por un sistema, por nuestro recorrido, por nuestras creencias…pero no es nuestra esencia.

De momento me esperan siete meses de atención plena a mis emociones para cada vez que sienta algo hacerle consciente a ese ser de que las emociones buenas o malas son solo mías y a él no le pertenecen, que ahora somos dos seres independientes regidos durante nueve meses por mi sistema emocional…así que ya puede tener paciencia…

La primera conversación que hemos tenido ha sido acerca de mi rechazo inicial ante su aparición. Le he intentado explicar que una vez que encarnamos empezamos a sentir diferente a como sentimos estando en la luz. Que sobretodo nos rige el egoísmo personal porque hemos olvidado que somos Unidad. Que aquí nos forman para ser individuales, para competir entre nosotros, para mirar por nuestro propio beneficio única y exclusivamente…pero que gracias a su aparición he sido consciente de esto y que supongo que viene a darme un master en aprendizaje…y aquí estoy dispuesta a seguir aprendiendo.

Sobretodo no voy a competir por ser buena madre, ya que si algo tengo presente es que si llega a venir será un ser independiente con su propia experiencia de vida terrenal personal e intransferible…y yo no seré buena o mala madre, sino que solo seré madre, sin más.