Mi
rechazo a ser madre me ha acompañado durante toda mi edad adulta, y sobretodo
desde que según la sociedad “ya me tocaba”.
He
puesto medios siempre para no quedarme embarazada y además he sido de las que
se ha cansado de repetir que en pleno s. XXI quedarse embarazada sin querer es
ridículo con la de precauciones que hay.
Pues de
nuevo el Universo me ha puesto un punto en la boca y me ha demostrado, más si
cabe, que él dirige mi trayecto. Que antes de nacer, desde mi libre albedrío,
organicé mi plan de Alma y ahora llevarlo a cabo es mi decisión.
Pero
hace tiempo que recordé que estoy aquí para vivir aquello que me ocurra. Que la
vida y la muerte no están bajo el control terrenal de forma natural, y yo no me
siento una semidiosa para otorgarme un poder que en realidad, para mí, a día de
hoy, le pertenece al Universo.
Así que
por sorpresa, sin desearlo y con rechazo me enteré de que estaba embarazada
hace unas semanas…
Al
principio yo lo viví desde mi parte exclusivamente terrenal, mientras que mi compañero de vida, desde el principio, me dio una lección de aceptación acerca de vivir aquello que ocurra.
A mí, mi parte terrenal, me llevó a
enfadarme porque no entraba en mis planes, porque un montón de mujeres desean
ser madres y no se quedan embarazadas…y yo por un fallo de los métodos
anticonceptivos me quedo embarazada a la primera…quiero la hoja de
reclamaciones ya, por favor…no puede ser…
Solo
veía que se acaba mi tiempo por y para mí, y si no fuese por la terapia
regresiva y todo lo que me ha enseñado y recordado estaría todavía furiosa,
rabiosa, enfadada con el mundo…e incluso abortaría sin pensármelo mucho más…
Pero la
noticia me ha servido para ser consciente de mi primera gran lección: soy una
egoísta; me creo que he nacido para organizar mi vida y dedicar mi tiempo a lo
que deseo o quiero, sin ladrones de tiempo; me he olvidado de que ese es mi
ego.
En
realidad, a día de hoy, tengo claro que un ser me ha elegido para ser su canal
para poder experimentar su experiencia de vida terrenal, y yo en su día, antes
de nacer, lo acepté así y ahora no puede vencer mi ego terrenal creado aquí en
esta sociedad donde prima la individualidad.
Así que
después de unos días de reflexión, de charla interna y de conexión con mi
esencia he llegado a la aceptación desde el amor, aquí y ahora, de que si el
Universo me ha puesto delante esta experiencia, yo lo único que debo hacer es
vivirla.
Mi vida
va a cambiar si todo llega a ser…ya que las madres primerizas corren el riesgo de
pérdida. Pero a mí ese dato no me preocupa, porque sé que no ha sido mi
elección ni mi deseo…y de igual manera que ha venido, ese ser tiene total
libertad para decidir venir o no finalmente. Esa decisión a mí no me pertenece.
Yo solo aceptaré la decisión que tome.
Pero
esta experiencia me está sirviendo para evidenciar el egoísmo terrenal. Me
preguntan si deseo que sea niño o niña…mi respuesta que me da igual lo que sea,
simplemente que sea…y entonces lo único que contestan es que sobretodo el bebé
venga sano. Y ahí yo entro en conflicto interno porque ¿y si ese ser necesita
venir con alguna discapacidad o patología para poder vivir su experiencia de
vida? ¿Tengo que aceptarlo o rechazarlo? ¿Debo aceptar todo lo que venga o debo
elegir solo aquello a lo que yo esté dispuesta a criar, por ejemplo solo si
viene sano y sin patologías iniciales?
Pues no
lo sé…pero sí que sé que decida lo que decida estará bien, siempre y cuando se
lo explique…pero a día de hoy tiene mi aceptación para venir como necesite para
vivir su experiencia de vida humana. Siento que me he creído el centro del
universo, me he creído que el tiempo me pertenece y hacer lo que me apetezca es
mi derecho…y puede que sea así en parte…pero en realidad ahora siento que hemos
nacido para servir, que esa es nuestra esencia, servir a quién nos reclame y
nos necesite, servir a todos aquellos a los que podamos echar un cable…
El
egoísmo es un sentimiento exclusivamente terrenal creado por un sistema, por
nuestro recorrido, por nuestras creencias…pero no es nuestra esencia.
De
momento me esperan siete meses de atención plena a mis emociones para cada vez
que sienta algo hacerle consciente a ese ser de que las emociones buenas o malas
son solo mías y a él no le pertenecen, que ahora somos dos seres independientes
regidos durante nueve meses por mi sistema emocional…así que ya puede tener
paciencia…
La
primera conversación que hemos tenido ha sido acerca de mi rechazo inicial ante
su aparición. Le he intentado explicar que una vez que encarnamos empezamos a
sentir diferente a como sentimos estando en la luz. Que sobretodo nos rige el
egoísmo personal porque hemos olvidado que somos Unidad. Que aquí nos forman
para ser individuales, para competir entre nosotros, para mirar por nuestro
propio beneficio única y exclusivamente…pero que gracias a su aparición he sido
consciente de esto y que supongo que viene a darme un master en aprendizaje…y
aquí estoy dispuesta a seguir aprendiendo.
Sobretodo
no voy a competir por ser buena madre, ya que si algo tengo presente es que si
llega a venir será un ser independiente con su propia experiencia de vida
terrenal personal e intransferible…y yo no seré buena o mala madre, sino que
solo seré madre, sin más.