Sobrevivimos en una sociedad donde la mayor parte del día la pasamos desconectados de nuestra conciencia, nos movemos en piloto automático.
Intentar recordar lo que hemos hecho durante el día de hoy puede llegar a ser un ejercicio de desgaste energético, ya que sabemos de forma instantánea lo que hacemos cada día, pero relatar lo que hemos hecho hoy...puede llevarnos unos minutos para traerlo a nuestra mente...
Somos zombies en una sociedad donde cada mañana seguimos rutinas, conducimos por las mismas carreteras camino al trabajo o cogemos el mismo transporte público...y cuando queremos darnos cuenta casi llegamos a la salida de la autovía o a la parada del autobús y no sabemos ni cómo hemos llegado hasta ahí...
Nuestro día a día es como nuestro sistema respiratorio, funciona sin nuestra consciencia plena, y de vez en cuando somos conscientes, pero solo en ocasiones contadas...
¿Qué curioso todo no?
Me llama la atención cómo una gran parte de la población cree vivir una vida plena cuando ni siquiera se cuestionan que cabe la posibilidad de que solo busquen alicientes o motivaciones para ser capaces de sentir esa plenitud, cuando en realidad esa sensación de plenitud reside en nuestro interior y solo parando, se conecta con ella.
Este porcentaje de la población que vive en piloto automático, al que durante años he pertenecido sin ser consciente de ello, está motivado cuando se va a casar o a vivir en pareja, mientras decoran el piso, adquieren mascotas o van teniendo hijos, cuando organizan viajes, se compran coches, se apuntan al gimnasio, logran algún sueño...en resumen, cualquier novedad que aporte desde el exterior una motivación en su vida pilotada por el automático...
Van pasando los años sin más...pero interiormente algo no va bien y lo saben, pero lo ignoran y lo camuflan con motivaciones externas...
Una gran parte de la población llega a su edad adulta sintiendo que no han hecho o no han vivido la vida que les hubiese gustado vivir, otras creen que viven la vida que siempre han deseado, pero en realidad si solo has dedicado tu tiempo de vida a trabajar en tu exterior y no has destinado tiempo a trabajarte interiormente simplemente llegarás al lecho de muerte habiendo sobrevivido en esta sociedad donde muchos somos o hemos sido “pollos sin cabeza” deambulando para alcanzar ingresos, para así lograr consumir, normalmente por encima de nuestras necesidades básicas...
Pero el día que las personas apaguen el piloto automático y empiecen a trabajar su propia esencia interior, comenzarán a escucharse, sentirse, conocerse...apagarán ese ruido externo que les dirige y siguen de forma incondicional.
Ese día recuperarán la cabeza y dejarán de necesitar tanto el TENER para empezar a sentir el SER.
Es muy curioso observar cómo estamos desconectados de nuestra propia energía interior, cuando en realidad eso es lo que somos, pura energía.
Pasar de vivir en piloto automático a vivir reduciendo marchas es una elección que conlleva un trabajo interno duro y constante, por eso siempre repito que no hemos nacido para trabajar ni para tener como nos han hecho creer...el trabajo es un simple intercambio de tiempo por dinero para poder vivir dentro de este sistema de consumo, pero la experiencia de Vida va mucho más allá.
Existe, a día de hoy, una falsa apariencia de que debemos seguir nuestros sueños porque luchando por ellos alcanzaremos todo aquello que deseemos...y por cada persona que nos anima a perseguir nuestros sueños porque ellos lo hicieron y lo lograron, existen miles que lo intentaron y fracasaron...y es porque solo escuchamos a los que se creen vencedores, cuando en realidad no hace falta vivir trabajando de aquello que nos guste, sino solo hacerlo porque nos hace sentir bien.
El trabajo es un concepto que intentan cambiar para que sigamos en piloto automático sin parar, sin reducir marchas...en definitiva, sin seguir el propio ritmo que lleva el Universo acompañado de silencio, calma, paciencia, lentitud...todo es un proceso.
Si te gusta cantar, canta.
Si te gusta escribir, escribe.
Si te gusta bailar, baila.
Si te gusta grabar vídeos, grábalos.
Si te gusta dibujar, dibuja.
Si te gusta coser, cose.
Haz lo que te guste sin la necesidad de ser reconocido, admirado, valorado, ni sorprender a nadie...simplemente haz aquello que te haga vibrar y jamás sentirás que fracasaste ya que no vivirás de un sueño futuro, sino que vivirás el instante presente tal y como se presente, pero sintiendo que realizas todo aquello que interiormente te hace sentirte bien.
Si el interior está nutrido, el exterior deja de ser indispensable, pasando a ser solo un escenario donde poder interpretar la mejor versión de ti mismo.
Bienvenidos a mi lugar favorito... esos momentos, en soledad, donde reflexiono y me reconecto con mi Ser
viernes, 12 de octubre de 2018
domingo, 19 de agosto de 2018
Generación de madres conscientes
En mi generación existían los padres que deseaban darles a sus hijos todo lo que ellos no tuvieron.
Venían de una época en la que pasaron carencias económicas y debido a ese motivo muy jóvenes ya emigraban a otras ciudades para trabajar y así envíar dinero a sus padres, o simplemente para buscarse la vida ellos, ya que en sus casas no había abundancia y, en muchas ocasiones, el campo no era el tipo de vida que ellos deseaban.
De ahí surgió una generación de padres cuyo objetivo era darles estudios a sus hijos. Ese era el deseo, tener hijos con estudios. Eso les hacía sentirse orgullosos como padres, y se llenaban la boca diciéndolo...en definitiva...puro ego.
Supongo que de ahí viene esta generación donde lo que más abunda son los títulos universitarios...la mayoría hemos pasado por la famosa “titulitis”.
Pero ahora es diferente. Ahora viene una generación donde el movimiento ya no es tanto con los estudios sino con criar conscientemente, madres conscientes se hacen llamar, a pesar de que la mayoría sigue moviéndose desde el ego igualmente.
Madres defensoras de la lactancia materna, de criar siguiendo el famoso “slow life”, respetando los ritmos de aprendizaje, como por ejemplo los “free schoolers”, o la moda del método Montessori...madres que solo desean mejorar ellas mismas para así darles lo mejor a sus hijos, y no por ser buenas o malas madres, dicen, sino para que crezcan felices.
Madres que se pasan el día autoevaluándose y juzgándose ya que defienden que sirve para hacer balance de las cosas y cambiar...pero la clave no es el cambio...sino la transformación...y eso no viene desde el ego.
Me resulta agotador ver este movimiento, ya que parece ser que todavía no se han dado cuenta que la mayoría lo hacen para satisfacer su necesidad de sentirse “buena madre”, la mayoría se mueven desde el ego y no lo ven.
No son conscientes de que lo único que necesita un ser es amor, que si la base del hogar está basada en esa energía todo fluirá como tenga que fluir, pero no como a nosotros nos gustaría, sino como el Universo/Dios tenga planeado para nosotros, ya que hemos encarnado para experimentar, no para tener vidas sin problemas, entre algodones y cargadas de la palabra “lo mejor” por doquier.
Estamos aquí para experimentar, para equivocarnos, para aprender, para evolucionar...y toda situación que vivamos y el trayecto recorrido nos irá convirtiendo en lo que seamos en cada momento.
He tenido una infancia feliz, o eso creo, porque en realidad no recuerdo mis primeros años y lo que logro recuperar es a través de fotos o vivencias que me han explicado y las he almacenado como recuerdos propios.
He tenido una adolescencia cargada de aprendizaje, juzgada por la sociedad como descarrilada, ya que salí de fiesta a drogarme, me relacioné con lo más complicado de cada barrio y mis vivencias no son las que mis padres hubiesen deseado para su única hija.
Estoy en una edad más madura y lo veo todo como un trayecto cargado de aprendizaje donde lo único que recordaba en mis peores momentos era la calidez de mi hogar en casa de mis padres, esa sensación placentera de los viernes por la noche recién duchada y con pijama sentada en el sofá con mis padres, sin prisas ya que al día siguiente no había cole y no teníamos que madrugar.
Ese calor lo desprendía el amor de mis padres, nuestro hogar...ese era el recuerdo más valioso en mis peores momentos una vez que me independicé.
Las broncas, los malos rollos, las malas contestaciones, la falta de paciencia de mi madre en muchas ocasiones por ir agobiada con el trabajo y la casa, el poco tiempo de ocio que les quedaba o las pocas ganas de jugar conmigo en otras ocasiones porque las tareas del hogar eran necesarias para empezar la semana...todo eso son experiencias que he vivido y no ha pasado nada.
De todo mi trayecto de vida he sacado aprendizaje y el trabajo ha sido mío, es decir, mi propio esfuerzo personal para afrontar mis sombras e incluso sanarlas en muchas ocasiones. Es un trabajo y esfuerzo personal. Nada de lo que me ha sucedido o he vivido es culpa de nadie, y eso incluye a mis padres.
Echarle la culpa al prójimo es lo fácil. La realidad es que nadie tiene culpa. La única responsable de mi experiencia soy yo misma.
Sentirte mejor madre por ofrecerle lactancia materna, sentirte mejor por darle biberón y turnarte con tu pareja, llevar a tus hijos a un colegio donde sigan el famoso método Montessori, conducirles hacia el veganismo...o cualquier movimiento que ahora esté de moda...es puro ego siempre que te haga sentir mejor que los que lo hagan diferente a ti.
Tus hijos van a vivir experiencias y sean las que sean formarán parte de su trayecto de vida, sin más.
El día que nos demos cuenta de que vinimos a amar el mundo y no a cambiarlo, ese día el amor será la energía que nos mueva y puede que veamos que estamos aquí para vivir experiencias, que todo tal y como sucede al final está bien.
En definitiva, que vinimos a Ser...así que no nos distraigamos con nuestro ego personal.
Venían de una época en la que pasaron carencias económicas y debido a ese motivo muy jóvenes ya emigraban a otras ciudades para trabajar y así envíar dinero a sus padres, o simplemente para buscarse la vida ellos, ya que en sus casas no había abundancia y, en muchas ocasiones, el campo no era el tipo de vida que ellos deseaban.
De ahí surgió una generación de padres cuyo objetivo era darles estudios a sus hijos. Ese era el deseo, tener hijos con estudios. Eso les hacía sentirse orgullosos como padres, y se llenaban la boca diciéndolo...en definitiva...puro ego.
Supongo que de ahí viene esta generación donde lo que más abunda son los títulos universitarios...la mayoría hemos pasado por la famosa “titulitis”.
Pero ahora es diferente. Ahora viene una generación donde el movimiento ya no es tanto con los estudios sino con criar conscientemente, madres conscientes se hacen llamar, a pesar de que la mayoría sigue moviéndose desde el ego igualmente.
Madres defensoras de la lactancia materna, de criar siguiendo el famoso “slow life”, respetando los ritmos de aprendizaje, como por ejemplo los “free schoolers”, o la moda del método Montessori...madres que solo desean mejorar ellas mismas para así darles lo mejor a sus hijos, y no por ser buenas o malas madres, dicen, sino para que crezcan felices.
Madres que se pasan el día autoevaluándose y juzgándose ya que defienden que sirve para hacer balance de las cosas y cambiar...pero la clave no es el cambio...sino la transformación...y eso no viene desde el ego.
Me resulta agotador ver este movimiento, ya que parece ser que todavía no se han dado cuenta que la mayoría lo hacen para satisfacer su necesidad de sentirse “buena madre”, la mayoría se mueven desde el ego y no lo ven.
No son conscientes de que lo único que necesita un ser es amor, que si la base del hogar está basada en esa energía todo fluirá como tenga que fluir, pero no como a nosotros nos gustaría, sino como el Universo/Dios tenga planeado para nosotros, ya que hemos encarnado para experimentar, no para tener vidas sin problemas, entre algodones y cargadas de la palabra “lo mejor” por doquier.
Estamos aquí para experimentar, para equivocarnos, para aprender, para evolucionar...y toda situación que vivamos y el trayecto recorrido nos irá convirtiendo en lo que seamos en cada momento.
He tenido una infancia feliz, o eso creo, porque en realidad no recuerdo mis primeros años y lo que logro recuperar es a través de fotos o vivencias que me han explicado y las he almacenado como recuerdos propios.
He tenido una adolescencia cargada de aprendizaje, juzgada por la sociedad como descarrilada, ya que salí de fiesta a drogarme, me relacioné con lo más complicado de cada barrio y mis vivencias no son las que mis padres hubiesen deseado para su única hija.
Estoy en una edad más madura y lo veo todo como un trayecto cargado de aprendizaje donde lo único que recordaba en mis peores momentos era la calidez de mi hogar en casa de mis padres, esa sensación placentera de los viernes por la noche recién duchada y con pijama sentada en el sofá con mis padres, sin prisas ya que al día siguiente no había cole y no teníamos que madrugar.
Ese calor lo desprendía el amor de mis padres, nuestro hogar...ese era el recuerdo más valioso en mis peores momentos una vez que me independicé.
Las broncas, los malos rollos, las malas contestaciones, la falta de paciencia de mi madre en muchas ocasiones por ir agobiada con el trabajo y la casa, el poco tiempo de ocio que les quedaba o las pocas ganas de jugar conmigo en otras ocasiones porque las tareas del hogar eran necesarias para empezar la semana...todo eso son experiencias que he vivido y no ha pasado nada.
De todo mi trayecto de vida he sacado aprendizaje y el trabajo ha sido mío, es decir, mi propio esfuerzo personal para afrontar mis sombras e incluso sanarlas en muchas ocasiones. Es un trabajo y esfuerzo personal. Nada de lo que me ha sucedido o he vivido es culpa de nadie, y eso incluye a mis padres.
Echarle la culpa al prójimo es lo fácil. La realidad es que nadie tiene culpa. La única responsable de mi experiencia soy yo misma.
Sentirte mejor madre por ofrecerle lactancia materna, sentirte mejor por darle biberón y turnarte con tu pareja, llevar a tus hijos a un colegio donde sigan el famoso método Montessori, conducirles hacia el veganismo...o cualquier movimiento que ahora esté de moda...es puro ego siempre que te haga sentir mejor que los que lo hagan diferente a ti.
Tus hijos van a vivir experiencias y sean las que sean formarán parte de su trayecto de vida, sin más.
El día que nos demos cuenta de que vinimos a amar el mundo y no a cambiarlo, ese día el amor será la energía que nos mueva y puede que veamos que estamos aquí para vivir experiencias, que todo tal y como sucede al final está bien.
En definitiva, que vinimos a Ser...así que no nos distraigamos con nuestro ego personal.
lunes, 6 de agosto de 2018
No soy tu diario
A lo largo de mis 37 años viajando por esta experiencia de vida he conocido a muchas personas. Uno de los motivos es que soy una chica bastante extrovertida y para mí es sencillo desenvolverme socialmente.
A día de hoy estoy convencida de que cada una se ha cruzado en mi trayecto para algo, y que el azar no ha sido el actor principal de ningún cruce de caminos.
He compartido con algunas de estas personas solo una parada, con otras he pasado más tiempo, con varias somos compañeros de viaje ocasional, y con mi círculo más cercano comparto viaje cada día.
Pero el tiempo de trayecto que hemos recorrido acompañándonos no es de gran importancia al fin y al cabo...en ocasiones con ciertas personas que casi no conozco se produce una conexión especial y aparece un sentimiento que da la impresión de que llevamos acompañándonos en el viaje una eternidad.
El problema, o bueno, tampoco lo catalogaría de problema...sino de factor determinante que a mí personalmente me hace sentir que el viaje no fluye en esa compañía, sino que he de poner de mi parte para hacerlo fluir...y es cuando aparecen personas que inconscientemente, quiero creer, se sientan ocasionalmente en el asiento de al lado solo para contarme su vida, sus experiencias, su proceso, sus cambios emocionales...y no son conversaciones de unos minutos de forma ocasional, sino que cada vez que se sientan a mi lado se repite la misma situación...minutos, incluso horas de mi vida escuchando detalladamente situaciones que han vivido, porque lo único que ellas necesitan es alguien que les escuche...su único fin es pasar un rato de su viaje acompañados y desahogándose.
Puede que carezca de empatía hacia el prójimo, puede ser, aunque realmente no es mi percepción, sino que simplemente son personas que no disfrutan del viaje conmigo, sino que utilizan ese espacio de tiempo en el que no tienen nada más que hacer para vaciar todo lo que necesitan sacar de su interior...y puede que penséis que eso lo hacemos todos, y puede ser que en alguna ocasión así sea...pero cuando siempre los trayectos compartidos se resumen en lo mismo...a mí me resultan densos y pesados.
Y este tipo de personas no solo transmiten sus dramas, sino también sus alegrías, es decir, personas que te usan como si fueses su diario personal, que te detallan ciertos momentos de sus vidas con todo tipo de detalles, seres que no han trabajado su soledad y no disfrutan de la amistad, sino que para ellas la amistad se convierte en una necesidad, es decir, eres su herramienta para darle un poco de luz a su sombra, ya que aún no son conscientes de que ellos tienen la luz necesaria para alumbrarse.
Es curioso cómo si me paro a visualizar por encima mi trayecto de vida me han aparecido varias personas así...simplemente creo que tengo paciencia para acompañarles, pero en realidad salgo desgastada la mayoría de las veces, y al final acabo sintiéndome mal por no tener la valentía de decirles:
-"Mira sois muy pesados, si os sentís solos adoptar un perro y si necesitáis que os escuchen una vez cada dos o tres semanas acudid al psicólogo, pero para escuchar monólogos me voy a ver alguna función".
Me gustaría remarcar que entre este grupo de personas no se encuentran todas aquellas que a través de mi blog o de mi canal de Ivoox se sientan de forma ocasional a mi lado y compartimos viaje, ya que estas personas tienen una invitación especial por mi parte para abrir su Alma y sacar sus sombras a través de correos electrónicos, de la misma forma que yo lo hago, y además son correos donde por ambas partes compartimos experiencias, es puro aprendizaje, no habla el ego, sino que son correos desde el Alma, son estados expandidos de conciencia donde todo el exterior desaparece y los realizamos en el momento que nos apetece, en nuestra soledad, conectando con nuestro interior, me atrevo a decir que son incluso sanadores porque ordenamos ideas, pensamientos...las piezas van encajando solas...y siempre acaban con las ganas de recibir respuesta...simplemente todo fluye...
Puede que escribir sobre esto no sea muy ético, no lo sé...pero estoy convencida de que no soy la única que tiene compañeros de viaje de este tipo a los que en realidad si les pusiese un holograma mío seguirían hablando igual, ya que no esperan ni siquiera respuesta, mis respuestas son monosílabos todo el rato, puesto que su única necesidad es hablar de sus experiencias dejando constancia que la soledad, a día de hoy, todavía no la han conocido como la gran maestra que es, y por el contrario, la siguen viendo como una enemiga que les acecha.
A día de hoy estoy convencida de que cada una se ha cruzado en mi trayecto para algo, y que el azar no ha sido el actor principal de ningún cruce de caminos.
He compartido con algunas de estas personas solo una parada, con otras he pasado más tiempo, con varias somos compañeros de viaje ocasional, y con mi círculo más cercano comparto viaje cada día.
Pero el tiempo de trayecto que hemos recorrido acompañándonos no es de gran importancia al fin y al cabo...en ocasiones con ciertas personas que casi no conozco se produce una conexión especial y aparece un sentimiento que da la impresión de que llevamos acompañándonos en el viaje una eternidad.
El problema, o bueno, tampoco lo catalogaría de problema...sino de factor determinante que a mí personalmente me hace sentir que el viaje no fluye en esa compañía, sino que he de poner de mi parte para hacerlo fluir...y es cuando aparecen personas que inconscientemente, quiero creer, se sientan ocasionalmente en el asiento de al lado solo para contarme su vida, sus experiencias, su proceso, sus cambios emocionales...y no son conversaciones de unos minutos de forma ocasional, sino que cada vez que se sientan a mi lado se repite la misma situación...minutos, incluso horas de mi vida escuchando detalladamente situaciones que han vivido, porque lo único que ellas necesitan es alguien que les escuche...su único fin es pasar un rato de su viaje acompañados y desahogándose.
Puede que carezca de empatía hacia el prójimo, puede ser, aunque realmente no es mi percepción, sino que simplemente son personas que no disfrutan del viaje conmigo, sino que utilizan ese espacio de tiempo en el que no tienen nada más que hacer para vaciar todo lo que necesitan sacar de su interior...y puede que penséis que eso lo hacemos todos, y puede ser que en alguna ocasión así sea...pero cuando siempre los trayectos compartidos se resumen en lo mismo...a mí me resultan densos y pesados.
Y este tipo de personas no solo transmiten sus dramas, sino también sus alegrías, es decir, personas que te usan como si fueses su diario personal, que te detallan ciertos momentos de sus vidas con todo tipo de detalles, seres que no han trabajado su soledad y no disfrutan de la amistad, sino que para ellas la amistad se convierte en una necesidad, es decir, eres su herramienta para darle un poco de luz a su sombra, ya que aún no son conscientes de que ellos tienen la luz necesaria para alumbrarse.
Es curioso cómo si me paro a visualizar por encima mi trayecto de vida me han aparecido varias personas así...simplemente creo que tengo paciencia para acompañarles, pero en realidad salgo desgastada la mayoría de las veces, y al final acabo sintiéndome mal por no tener la valentía de decirles:
-"Mira sois muy pesados, si os sentís solos adoptar un perro y si necesitáis que os escuchen una vez cada dos o tres semanas acudid al psicólogo, pero para escuchar monólogos me voy a ver alguna función".
Me gustaría remarcar que entre este grupo de personas no se encuentran todas aquellas que a través de mi blog o de mi canal de Ivoox se sientan de forma ocasional a mi lado y compartimos viaje, ya que estas personas tienen una invitación especial por mi parte para abrir su Alma y sacar sus sombras a través de correos electrónicos, de la misma forma que yo lo hago, y además son correos donde por ambas partes compartimos experiencias, es puro aprendizaje, no habla el ego, sino que son correos desde el Alma, son estados expandidos de conciencia donde todo el exterior desaparece y los realizamos en el momento que nos apetece, en nuestra soledad, conectando con nuestro interior, me atrevo a decir que son incluso sanadores porque ordenamos ideas, pensamientos...las piezas van encajando solas...y siempre acaban con las ganas de recibir respuesta...simplemente todo fluye...
Puede que escribir sobre esto no sea muy ético, no lo sé...pero estoy convencida de que no soy la única que tiene compañeros de viaje de este tipo a los que en realidad si les pusiese un holograma mío seguirían hablando igual, ya que no esperan ni siquiera respuesta, mis respuestas son monosílabos todo el rato, puesto que su única necesidad es hablar de sus experiencias dejando constancia que la soledad, a día de hoy, todavía no la han conocido como la gran maestra que es, y por el contrario, la siguen viendo como una enemiga que les acecha.
jueves, 19 de julio de 2018
Reflexiones en la semana 23
Si me dicen hace un tiempo que me voy a ver inmersa en esta experiencia les digo que ni de coña...pero ahora que ya estoy viviéndola me ha cambiado por completo la percepción de ver este proceso.
De momento no he perdido del todo el norte y no me he liado a hacer reformas de ninguna habitación, ni he comprado el típico sillón de lactancia que está tan de moda, ni he puesto una cuna con el nombre de Valentina encima colgado a modo decorativo, ni he colocado una alfombra en medio de la estancia, ni siquiera he comprado un armario cambiador con todos los complementos que venden para dejar la habitación ideal para hacerle una foto y colgarla en las redes sociales...de momento no he llegado a ese punto.
Valentina tiene 23 semanas de vida dentro de mí, y hemos hecho dos ecografías, las que nos han pedido por la seguridad social. No hemos ido a ningún centro privado para coleccionar ecografías de su evolución como si fuesen cromos, ni tenemos la intención de hacerle una eco de 4D o 5D...ya no sé ni porqué formato van...
No...no hemos entrado en bucle con el embarazo y su futuro nacimiento. No participamos en este gran negocio que se ha creado alrededor de este proceso...tenemos la sensación de que lo único que necesita una vez salga de mi interior será nuestro contacto y sustento físico y emocional. Estamos convencidos de que todo es mucho más simple sin la necesidad de tanto materialismo.
Pero lo que sí que me ha salido es una nueva cualidad, la de protección, es decir, mis manos van directas a la barriga de forma inconsciente, necesito acariciarla, sentirla; si alguien pasa cerca de mí me cubro la zona abdominal como por instinto; al andar voy con más cuidado como para evitar caídas o resbalones...es un estado de alerta, cuidado y protección innato.
Por otro lado, a día de hoy, no tengo miedo, es decir, no tengo ese miedo que acompaña a tantas embarazadas. Sí que es verdad que el día que la matrona tardó unos segundos en encontrar el latido de Valentina me vino a la mente:
- Ay, ya no está...
Y también es verdad que si ahora decidiese no venir sería una noticia que me impactaría al principio y lamentaría, porque ya estoy ilusionada con su estancia aquí...pero hay algo en mi interior que acepta todo aquello que ocurra y esta idea está impregnada en mi ser como algo natural.
Es como si fuese un aprendizaje que he adquirido después de estos años de contacto con mi Alma y con las Almas de los pacientes que he tenido la fortuna de acompañar a través de la terapia regresiva.
No es algo que pueda explicar. Surge mi querida inefabilidad. Pero es una sensación interna de ser consciente desde lo más profundo de mi Ser de que al final todo está bien; que todo aquello que me suceda es porque estoy preparada para vivirlo, sino no me ocurriría; que ahora estoy aquí, pero luego no lo sé, y lo mismo sucede con Valentina; que nada es permanente, por el contrario, todo está en continúo cambio y que estamos aquí simplemente para vivir aquello que nos ocurra...solo hay que fluir con la Vida.
Es como una sensación de que todo es muy simple en realidad, y que son nuestros pensamientos los que complican el día a día.
Estoy cansada de escuchar la frase de que "lo único importante es que todo salga bien"...pero ¿bien para quién?
No nos vamos a engañar tampoco. Por supuesto que me gustaría no tener ningún problema, es decir, nada que me complicase esta experiencia...pero para no tener adversidades no debería haber decidido encarnar, allí en la Luz ya existía de esa forma...por lo que si estoy aquí es para que me sucedan acontecimientos a pesar de que no sean de mi agrado, pero si me ocurren es para algo seguro y en algún momento lo comprenderé.
Así que vivo mi embarazo día a día, sin miedo al parto, porque todo lo que se me presente será porque estoy capacitada para afrontarlo; sin miedo a que Valentina venga con alguna característica que yo catalogue como problema, ya que mi deseo es que no pase nada...pero si sucede algo, en realidad, sé que no tendré otra opción que acabar afrontándolo y aceptándolo...ya que de eso trata la Vida al fin y al cabo. Hemos venido a amar el mundo, no a entenderlo.
Así que vivamos más y pensemos menos.
De momento no he perdido del todo el norte y no me he liado a hacer reformas de ninguna habitación, ni he comprado el típico sillón de lactancia que está tan de moda, ni he puesto una cuna con el nombre de Valentina encima colgado a modo decorativo, ni he colocado una alfombra en medio de la estancia, ni siquiera he comprado un armario cambiador con todos los complementos que venden para dejar la habitación ideal para hacerle una foto y colgarla en las redes sociales...de momento no he llegado a ese punto.
Valentina tiene 23 semanas de vida dentro de mí, y hemos hecho dos ecografías, las que nos han pedido por la seguridad social. No hemos ido a ningún centro privado para coleccionar ecografías de su evolución como si fuesen cromos, ni tenemos la intención de hacerle una eco de 4D o 5D...ya no sé ni porqué formato van...
No...no hemos entrado en bucle con el embarazo y su futuro nacimiento. No participamos en este gran negocio que se ha creado alrededor de este proceso...tenemos la sensación de que lo único que necesita una vez salga de mi interior será nuestro contacto y sustento físico y emocional. Estamos convencidos de que todo es mucho más simple sin la necesidad de tanto materialismo.
Pero lo que sí que me ha salido es una nueva cualidad, la de protección, es decir, mis manos van directas a la barriga de forma inconsciente, necesito acariciarla, sentirla; si alguien pasa cerca de mí me cubro la zona abdominal como por instinto; al andar voy con más cuidado como para evitar caídas o resbalones...es un estado de alerta, cuidado y protección innato.
Por otro lado, a día de hoy, no tengo miedo, es decir, no tengo ese miedo que acompaña a tantas embarazadas. Sí que es verdad que el día que la matrona tardó unos segundos en encontrar el latido de Valentina me vino a la mente:
- Ay, ya no está...
Y también es verdad que si ahora decidiese no venir sería una noticia que me impactaría al principio y lamentaría, porque ya estoy ilusionada con su estancia aquí...pero hay algo en mi interior que acepta todo aquello que ocurra y esta idea está impregnada en mi ser como algo natural.
Es como si fuese un aprendizaje que he adquirido después de estos años de contacto con mi Alma y con las Almas de los pacientes que he tenido la fortuna de acompañar a través de la terapia regresiva.
No es algo que pueda explicar. Surge mi querida inefabilidad. Pero es una sensación interna de ser consciente desde lo más profundo de mi Ser de que al final todo está bien; que todo aquello que me suceda es porque estoy preparada para vivirlo, sino no me ocurriría; que ahora estoy aquí, pero luego no lo sé, y lo mismo sucede con Valentina; que nada es permanente, por el contrario, todo está en continúo cambio y que estamos aquí simplemente para vivir aquello que nos ocurra...solo hay que fluir con la Vida.
Es como una sensación de que todo es muy simple en realidad, y que son nuestros pensamientos los que complican el día a día.
Estoy cansada de escuchar la frase de que "lo único importante es que todo salga bien"...pero ¿bien para quién?
No nos vamos a engañar tampoco. Por supuesto que me gustaría no tener ningún problema, es decir, nada que me complicase esta experiencia...pero para no tener adversidades no debería haber decidido encarnar, allí en la Luz ya existía de esa forma...por lo que si estoy aquí es para que me sucedan acontecimientos a pesar de que no sean de mi agrado, pero si me ocurren es para algo seguro y en algún momento lo comprenderé.
Así que vivo mi embarazo día a día, sin miedo al parto, porque todo lo que se me presente será porque estoy capacitada para afrontarlo; sin miedo a que Valentina venga con alguna característica que yo catalogue como problema, ya que mi deseo es que no pase nada...pero si sucede algo, en realidad, sé que no tendré otra opción que acabar afrontándolo y aceptándolo...ya que de eso trata la Vida al fin y al cabo. Hemos venido a amar el mundo, no a entenderlo.
Así que vivamos más y pensemos menos.
lunes, 11 de junio de 2018
Nos relacionamos siempre con nosotros mismos
Es curioso cómo son las relaciones humanas, creemos que nos relacionamos con el prójimo cuando en realidad siempre nos relacionamos con lo que nuestra mente percibe del otro...nuestras relaciones son con nuestra propia mente.
Cada vez que conocemos a alguien actuamos dependiendo del pensamiento o sensación que nos aporta la apariencia de esa persona, es decir, juzgamos al personaje.
Incluso en las relaciones de pareja no nos relacionamos con ella, sino con lo que nos hace sentir esa persona, nos relacionamos con nuestro propio sentimiento.
Cuando nos abrazamos con alguien, no es ese alguien quién nos aporta nada, sino lo que nosotros interpretamos, conseguimos o sentimos a través de ese abrazo. Todo depende de nosotros siempre.
Voy a hablar de mí, ya que es lo único que conozco "algo", y especifico "algo" ya que me voy descubriendo día a día y seguramente me falte mucho por encontrar...
Cuando me cruzo con personas a lo largo del trayecto de mi vida que solo desprenden felicidad, que siempre van con una sonrisa en la cara, que parece que son todo amor, cariño y simpatía, que en cuanto pasan un rato conmigo ya parece que somos casi familia por su parte, que te involucran en sus vidas como si hubieses formado parte de ella durante mucho recorrido...mi mente directamente las rechaza...pero ellas no lo saben, yo soy una hipócrita y cada vez que mi viaje se cruza con ellas soy simpática y agradable, pero interiormente me generan desconfianza, me resultan poco reales y antinaturales...ya que estar feliz todo el día, que todo el mundo te caiga bien, que ames a todas las personas, que todo sea estupendo y divino...eso pasa en la Aldea del Arce, pero no en la vida cotidiana...y a mí me gusta la realidad, me gusta encontrar personas y descubrir al personaje, no encontrarme al personaje en el primer contacto...personajes de ficción tan descarados me aburren...y que nadie se ofenda, que es mi percepción, no por ello la realidad...no olviden este dato nunca.
En realidad todas las personas que me tienen cariño o aprecio no es por mí, sino por lo que les transmito, por lo que su mente les hace percibir de mí, siempre basado en su propio juicio personal dominado por las creencias de su propia mente. Nos relacionamos con nuestra propia mente, no con el corazón, no con la esencia de las personas, sino con sus personajes, con lo que sus mentes perciben y les hacen sentir.
Estoy enamorada de mi marido, pero en realidad sé que no es por él, sino por mi propia percepción de él...me atrae físicamente porque está bajo los cánones físicos que me gustan, no es que me guste su forma de ser, sino lo que yo percibo o siento de su forma de ser, todo está basado en mi propia percepción...seguramente muchas en mi puesto no serían felices, igual que muchos en su puesto tampoco...nosotros compartimos viaje, a día de hoy, porque cubrimos nuestras necesidades, es decir, lo que sentimos a través del otro nos satisface...pero lo siento yo a través de él, me relaciono con las emociones o sensaciones que él me hace sentir...todo depende de mí, de mi mente.
Cuantas veces a lo largo de nuestras vidas ha aparecido alguien que es súper simpático, súper agradable, un cielo, una persona entrañable...pero por mucho que fuese la pareja ideal e incluso físicamente te atraiga...no tiene ese no sé qué que necesitas para entablar una relación...puede ser el físico, o la forma de ser, el carácter...lo que sea...pero algo no cubre tus necesidades y no puede ser...y el problema no es la persona, es nuestra mente, es que no ha pasado el examen al que sometemos a todas las personas, no ha pasado alguna de las secciones que existen en nuestra mente...algo no encaja en nuestro pensamiento, y entonces no podemos sentir lo que nos gustaría sentir...no puede ser, y punto.
No queremos, ni apreciamos a nadie solo por existir. Eso lo haríamos si nos permitiésemos percibir al prójimo desde nuestro corazón y no desde nuestra mente, pero la forma de relacionarnos en esta sociedad es totalmente analítica y racional.
No sabemos vivir desde el corazón...para ello deberíamos parar, sentir, conectarnos con nuestra esencia...pero en esta vida donde todo son prisas y las relaciones son momentáneas, nos creamos personajes para interactuar...pero en la soledad de nuestros hogares sale nuestro verdadero yo...de ahí tantas frustraciones, depresiones, ansiedades...
Solo nos relacionamos con el corazón en esos momentos donde no existe la prisa, donde nos centramos en ser nosotros mismos sacando nuestras verdaderas emociones y sensaciones, donde nos sinceramos y nos quitamos la careta, donde se producen encuentros que te llegan y te nutren el Alma...pero encontrar ese tipo de personas capaces de ser así en esta sociedad no es tan sencillo...y cruzarme con ellas siempre es un regalo...puede ser que en realidad por eso cada vez me gustan menos las relaciones sociales, no lo sé...
Cada día soy más consciente de la gran obra de teatro que interpretamos todos, donde cada uno se relaciona con su propia percepción de la realidad, olvidando que no es la realidad, sino lo que su mente percibe, analiza y basado en el resultado, le hace sentir.
Cada vez que conocemos a alguien actuamos dependiendo del pensamiento o sensación que nos aporta la apariencia de esa persona, es decir, juzgamos al personaje.
Incluso en las relaciones de pareja no nos relacionamos con ella, sino con lo que nos hace sentir esa persona, nos relacionamos con nuestro propio sentimiento.
Cuando nos abrazamos con alguien, no es ese alguien quién nos aporta nada, sino lo que nosotros interpretamos, conseguimos o sentimos a través de ese abrazo. Todo depende de nosotros siempre.
Voy a hablar de mí, ya que es lo único que conozco "algo", y especifico "algo" ya que me voy descubriendo día a día y seguramente me falte mucho por encontrar...
Cuando me cruzo con personas a lo largo del trayecto de mi vida que solo desprenden felicidad, que siempre van con una sonrisa en la cara, que parece que son todo amor, cariño y simpatía, que en cuanto pasan un rato conmigo ya parece que somos casi familia por su parte, que te involucran en sus vidas como si hubieses formado parte de ella durante mucho recorrido...mi mente directamente las rechaza...pero ellas no lo saben, yo soy una hipócrita y cada vez que mi viaje se cruza con ellas soy simpática y agradable, pero interiormente me generan desconfianza, me resultan poco reales y antinaturales...ya que estar feliz todo el día, que todo el mundo te caiga bien, que ames a todas las personas, que todo sea estupendo y divino...eso pasa en la Aldea del Arce, pero no en la vida cotidiana...y a mí me gusta la realidad, me gusta encontrar personas y descubrir al personaje, no encontrarme al personaje en el primer contacto...personajes de ficción tan descarados me aburren...y que nadie se ofenda, que es mi percepción, no por ello la realidad...no olviden este dato nunca.
En realidad todas las personas que me tienen cariño o aprecio no es por mí, sino por lo que les transmito, por lo que su mente les hace percibir de mí, siempre basado en su propio juicio personal dominado por las creencias de su propia mente. Nos relacionamos con nuestra propia mente, no con el corazón, no con la esencia de las personas, sino con sus personajes, con lo que sus mentes perciben y les hacen sentir.
Estoy enamorada de mi marido, pero en realidad sé que no es por él, sino por mi propia percepción de él...me atrae físicamente porque está bajo los cánones físicos que me gustan, no es que me guste su forma de ser, sino lo que yo percibo o siento de su forma de ser, todo está basado en mi propia percepción...seguramente muchas en mi puesto no serían felices, igual que muchos en su puesto tampoco...nosotros compartimos viaje, a día de hoy, porque cubrimos nuestras necesidades, es decir, lo que sentimos a través del otro nos satisface...pero lo siento yo a través de él, me relaciono con las emociones o sensaciones que él me hace sentir...todo depende de mí, de mi mente.
Cuantas veces a lo largo de nuestras vidas ha aparecido alguien que es súper simpático, súper agradable, un cielo, una persona entrañable...pero por mucho que fuese la pareja ideal e incluso físicamente te atraiga...no tiene ese no sé qué que necesitas para entablar una relación...puede ser el físico, o la forma de ser, el carácter...lo que sea...pero algo no cubre tus necesidades y no puede ser...y el problema no es la persona, es nuestra mente, es que no ha pasado el examen al que sometemos a todas las personas, no ha pasado alguna de las secciones que existen en nuestra mente...algo no encaja en nuestro pensamiento, y entonces no podemos sentir lo que nos gustaría sentir...no puede ser, y punto.
No queremos, ni apreciamos a nadie solo por existir. Eso lo haríamos si nos permitiésemos percibir al prójimo desde nuestro corazón y no desde nuestra mente, pero la forma de relacionarnos en esta sociedad es totalmente analítica y racional.
No sabemos vivir desde el corazón...para ello deberíamos parar, sentir, conectarnos con nuestra esencia...pero en esta vida donde todo son prisas y las relaciones son momentáneas, nos creamos personajes para interactuar...pero en la soledad de nuestros hogares sale nuestro verdadero yo...de ahí tantas frustraciones, depresiones, ansiedades...
Solo nos relacionamos con el corazón en esos momentos donde no existe la prisa, donde nos centramos en ser nosotros mismos sacando nuestras verdaderas emociones y sensaciones, donde nos sinceramos y nos quitamos la careta, donde se producen encuentros que te llegan y te nutren el Alma...pero encontrar ese tipo de personas capaces de ser así en esta sociedad no es tan sencillo...y cruzarme con ellas siempre es un regalo...puede ser que en realidad por eso cada vez me gustan menos las relaciones sociales, no lo sé...
Cada día soy más consciente de la gran obra de teatro que interpretamos todos, donde cada uno se relaciona con su propia percepción de la realidad, olvidando que no es la realidad, sino lo que su mente percibe, analiza y basado en el resultado, le hace sentir.
sábado, 2 de junio de 2018
La comercialización de la Terapia Regresiva
Llevo cuatro años aprendiendo a través de la Terapia Regresiva y de corazón espero que el Universo me permita seguir recorriendo este trayecto de aprendizaje continuo, a pesar de que me baje del vagón en el que he recorrido gran parte de mi formación.
Después de estos años siento que ha llegado el momento de bajarme de este vagón, pero no porque me haya desilusionado o me haya defraudado la terapia en sí, sino porque no resueno con el fin con el que se lleva a cabo en realidad esta terapia, ya que no es más que el enriquecimiento económico personal de cada terapeuta, y no la sanación del Alma de los pacientes...eso queda en segundo plano.
Seguramente el problema es mi forma de pensar que no encaja muy bien dentro de este sistema creado única y exclusivamente para enriquecerse y lucrarse económicamente...soy de las que sigue la filosofía de que menos es más...pero la Terapia Regresiva es la terapia del Alma, no es una terapia cualquiera basada en una metodología única a seguir, sino que cada terapeuta se convierte en una herramienta del Universo para acompañar a otras Almas en su sanación...y ponerle precio a eso, a mí a día de hoy, me rechina...
En esta terapia es el Alma del paciente el que le empuja a asistir a un taller o a una sesión individual, es una fuerza interna que hace que esa persona llegue a ese lugar sin saber muy bien cómo; y por otro lado es el Alma del terapeuta el que interactúa con ese Alma del paciente porque se entra en un estado expandido de conciencia por ambas partes, es como un diálogo entre Almas...no sé muy bien cómo expresarlo en palabras, aparece mi querida inefabilidad...pero esta es la forma más precisa en la que puedo transmitir lo que sucede en cada sesión.
No tengo 100, ni 1000, ni 3000 regresiones a mis espaldas para llenarme la boca hablando de mi experiencia como terapeuta, pero sí que con mis 15 regresiones a pacientes, mis 13 regresiones personales y mi intercambio de correos electrónicos con decenas de personas desconocidas que se han puesto en contacto conmigo gracias a mi blog y mi canal de Ivoox, tengo evidencias suficientes, para mí, para ser consciente de que en cada sesión suceden cosas que no tienen explicación racional; que los pacientes, en ocasiones, no recuerdan lo que ha sucedido y les aseguro que no hay hipnosis ni relajación previa ni nada; que gracias a que grabo todas las sesiones individuales tengo evidencias para demostrar que sucedió lo que viví y no me lo invento; que la energía del perdón tiene un poder espectacular; que a las sesiones acuden Almas desencarnadas que están perdidas y mostrándoles la luz vuelven agradecidas al hogar; que gracias a revivir vidas pasadas se solucionan contracturas emocionales presentes en la actualidad...en definitiva...que es una terapia que debería de estar al alcance de todo el mundo y no convertirla en una terapia clasista que depende de tu poder adquisitivo.
Es una terapia que ofrecería la posibilidad de percibir la vida desde un punto de vista diferente; solventaría, en ocasiones, enfermedades psicosomáticas; acercaría a muchísimas personas la opción de aceptarse tal cual son, ya que les recordaría lo valiosos que son solo por existir; habilitaría la alternativa de vivir sin miedo a la muerte; les posibilitaría recordar el poder de la energía del amor y el perdón; les mostraría que la mayoría de sus problemas no existen en realidad, sino que solo son pensamientos inducidos mayoritariamente por unas creencias; y sobretodo les guiaría a vivir en el momento presente, ya que asimilarían que, en realidad, no existe el tiempo ni el espacio...sería tan productivo para el ser humano...
Es algo tan inefable lo que ocurre en los talleres, en las semanas de formación o en las sesiones individuales que me decepciona que solo se lleven a cabo bajo la condición de que el resultado sea beneficioso económicamente para los terapeutas.
Que solo se realicen talleres siempre y cuando el número de asistentes sea el suficiente para que la cuenta corriente del terapeuta se vaya llena, y que se cancelen los únicos eventos gratuitos, que son las conferencias previas al taller, sin ninguna consideración, es decir, que el taller se cancela sin pudor si no hay mínimo 10 personas, y que no se cancele si no hay posibilidad de conferencia...¿qué más da que la única llave gratuita que abre tantas Almas se cancele?...lo importante es que vayan asistentes al taller...vamos...lo importante es la cuenta corriente.
¿Qué más da que haya un gran porcentaje de personas que no puedan pagar el precio de una sesión de 90, 100, 200 o 300€? Esas Almas parece que no tienen derecho a acceder a esta terapia tan increíblemente sanadora.
¿Qué más da que se cancele un encuentro gratuito de terapeutas o ex alumnos donde se aprende y se comparte información? Parece que es más importante asistir a un taller donde la cuenta corriente aumenta...ese encuentro es solo por amor...y parece que el ego, en este vagón que he viajado cuatro años, gana la batalla al amor...
La Terapia Regresiva no es una terapia física.
La actriz principal en esta terapia es el Alma del paciente y por ello su sanación, y no su dinero como demuestran los hechos de todo este movimiento terrenal alrededor de esta terapia...donde cuando tienes experiencia el siguiente nivel de recaudación es pasar a crear cursos de formación de terapeutas, y cada semana de formación mueven miles de euros, ya que también depende de un mínimo de asistentes...sino es rentable, no hay formación.
Y ahora venid y repetirme que la actriz principal es el Alma del paciente y que el amor es la energía que mueve esta terapia...y yo os diré que os mueve el dinero, y que no os preocupéis, porque es tan respetuoso como moverse por amor...no olvidéis que todo está bien tal y como sucede...pero no me enmascaréis la realidad de los hechos, ya que no somos lo que decimos, sino lo que hacemos.
No me siento cómoda en la forma en la que fluye esta terapia en este vagón, pero también soy consciente de que hay otro vagón en el que el fin sí que es el Alma del paciente y no su poder adquisitivo; sí que hay terapeutas que sentimos que hemos tenido la suerte de poder pagar talleres, sesiones individuales y cursos, pero que no ha sido una inversión que nos haya de generar dividendos, sino un intercambio de información por dinero que hemos tenido la suerte de realizar; existimos terapeutas que nos movemos en la energía de la compasión, la comprensión, la paciencia y el amor dentro de esta terapia y somos conscientes de que simplemente somos herramientas que tiene el Universo para acompañar a todas aquellas Almas que se cruzan en nuestro camino, y que nuestro intercambio no es por dinero, sino por aprendizaje...porque a veces para ir más rápido tienes que ir más lento confiando plenamente en el proceso, y sobretodo siendo conscientes de que vinimos a aprender y no a acumular riqueza económica.
Recordé hace tiempo que vivir sin la necesidad de consumir en exceso es ayudar a otros a tener sus necesidades cubiertas y así equilibrar la abundancia existente.
Después de estos años siento que ha llegado el momento de bajarme de este vagón, pero no porque me haya desilusionado o me haya defraudado la terapia en sí, sino porque no resueno con el fin con el que se lleva a cabo en realidad esta terapia, ya que no es más que el enriquecimiento económico personal de cada terapeuta, y no la sanación del Alma de los pacientes...eso queda en segundo plano.
Seguramente el problema es mi forma de pensar que no encaja muy bien dentro de este sistema creado única y exclusivamente para enriquecerse y lucrarse económicamente...soy de las que sigue la filosofía de que menos es más...pero la Terapia Regresiva es la terapia del Alma, no es una terapia cualquiera basada en una metodología única a seguir, sino que cada terapeuta se convierte en una herramienta del Universo para acompañar a otras Almas en su sanación...y ponerle precio a eso, a mí a día de hoy, me rechina...
En esta terapia es el Alma del paciente el que le empuja a asistir a un taller o a una sesión individual, es una fuerza interna que hace que esa persona llegue a ese lugar sin saber muy bien cómo; y por otro lado es el Alma del terapeuta el que interactúa con ese Alma del paciente porque se entra en un estado expandido de conciencia por ambas partes, es como un diálogo entre Almas...no sé muy bien cómo expresarlo en palabras, aparece mi querida inefabilidad...pero esta es la forma más precisa en la que puedo transmitir lo que sucede en cada sesión.
No tengo 100, ni 1000, ni 3000 regresiones a mis espaldas para llenarme la boca hablando de mi experiencia como terapeuta, pero sí que con mis 15 regresiones a pacientes, mis 13 regresiones personales y mi intercambio de correos electrónicos con decenas de personas desconocidas que se han puesto en contacto conmigo gracias a mi blog y mi canal de Ivoox, tengo evidencias suficientes, para mí, para ser consciente de que en cada sesión suceden cosas que no tienen explicación racional; que los pacientes, en ocasiones, no recuerdan lo que ha sucedido y les aseguro que no hay hipnosis ni relajación previa ni nada; que gracias a que grabo todas las sesiones individuales tengo evidencias para demostrar que sucedió lo que viví y no me lo invento; que la energía del perdón tiene un poder espectacular; que a las sesiones acuden Almas desencarnadas que están perdidas y mostrándoles la luz vuelven agradecidas al hogar; que gracias a revivir vidas pasadas se solucionan contracturas emocionales presentes en la actualidad...en definitiva...que es una terapia que debería de estar al alcance de todo el mundo y no convertirla en una terapia clasista que depende de tu poder adquisitivo.
Es una terapia que ofrecería la posibilidad de percibir la vida desde un punto de vista diferente; solventaría, en ocasiones, enfermedades psicosomáticas; acercaría a muchísimas personas la opción de aceptarse tal cual son, ya que les recordaría lo valiosos que son solo por existir; habilitaría la alternativa de vivir sin miedo a la muerte; les posibilitaría recordar el poder de la energía del amor y el perdón; les mostraría que la mayoría de sus problemas no existen en realidad, sino que solo son pensamientos inducidos mayoritariamente por unas creencias; y sobretodo les guiaría a vivir en el momento presente, ya que asimilarían que, en realidad, no existe el tiempo ni el espacio...sería tan productivo para el ser humano...
Es algo tan inefable lo que ocurre en los talleres, en las semanas de formación o en las sesiones individuales que me decepciona que solo se lleven a cabo bajo la condición de que el resultado sea beneficioso económicamente para los terapeutas.
Que solo se realicen talleres siempre y cuando el número de asistentes sea el suficiente para que la cuenta corriente del terapeuta se vaya llena, y que se cancelen los únicos eventos gratuitos, que son las conferencias previas al taller, sin ninguna consideración, es decir, que el taller se cancela sin pudor si no hay mínimo 10 personas, y que no se cancele si no hay posibilidad de conferencia...¿qué más da que la única llave gratuita que abre tantas Almas se cancele?...lo importante es que vayan asistentes al taller...vamos...lo importante es la cuenta corriente.
¿Qué más da que haya un gran porcentaje de personas que no puedan pagar el precio de una sesión de 90, 100, 200 o 300€? Esas Almas parece que no tienen derecho a acceder a esta terapia tan increíblemente sanadora.
¿Qué más da que se cancele un encuentro gratuito de terapeutas o ex alumnos donde se aprende y se comparte información? Parece que es más importante asistir a un taller donde la cuenta corriente aumenta...ese encuentro es solo por amor...y parece que el ego, en este vagón que he viajado cuatro años, gana la batalla al amor...
La Terapia Regresiva no es una terapia física.
La actriz principal en esta terapia es el Alma del paciente y por ello su sanación, y no su dinero como demuestran los hechos de todo este movimiento terrenal alrededor de esta terapia...donde cuando tienes experiencia el siguiente nivel de recaudación es pasar a crear cursos de formación de terapeutas, y cada semana de formación mueven miles de euros, ya que también depende de un mínimo de asistentes...sino es rentable, no hay formación.
Y ahora venid y repetirme que la actriz principal es el Alma del paciente y que el amor es la energía que mueve esta terapia...y yo os diré que os mueve el dinero, y que no os preocupéis, porque es tan respetuoso como moverse por amor...no olvidéis que todo está bien tal y como sucede...pero no me enmascaréis la realidad de los hechos, ya que no somos lo que decimos, sino lo que hacemos.
No me siento cómoda en la forma en la que fluye esta terapia en este vagón, pero también soy consciente de que hay otro vagón en el que el fin sí que es el Alma del paciente y no su poder adquisitivo; sí que hay terapeutas que sentimos que hemos tenido la suerte de poder pagar talleres, sesiones individuales y cursos, pero que no ha sido una inversión que nos haya de generar dividendos, sino un intercambio de información por dinero que hemos tenido la suerte de realizar; existimos terapeutas que nos movemos en la energía de la compasión, la comprensión, la paciencia y el amor dentro de esta terapia y somos conscientes de que simplemente somos herramientas que tiene el Universo para acompañar a todas aquellas Almas que se cruzan en nuestro camino, y que nuestro intercambio no es por dinero, sino por aprendizaje...porque a veces para ir más rápido tienes que ir más lento confiando plenamente en el proceso, y sobretodo siendo conscientes de que vinimos a aprender y no a acumular riqueza económica.
Recordé hace tiempo que vivir sin la necesidad de consumir en exceso es ayudar a otros a tener sus necesidades cubiertas y así equilibrar la abundancia existente.
domingo, 13 de mayo de 2018
La idealización de ser madre
Ya han
pasado tres meses y ya he aceptado desde el amor que voy a ser madre, e incluso
he experimento emoción e ilusión porque vivir nuevas etapas siempre traen
novedades, y a mí me gustan, pero no voy a negar que todavía hay instantes en
los que pienso:
- Madre
mía…que esto va en serio…
Si todo
fluye y este pequeño ser que habita en mí decide venir definitivamente en seis
meses seré mamá. Pero no me identifico para nada con la mayoría de frases que
me repiten día a día, incluso algunas me producen rechazo ya que yo no
idealizo la vida, solo la vivo en el presente.
Hay una
frase que es la que más escucho o leo:
- Ya
verás, va a ser la mejor etapa de tu vida, disfrútala a tope, que en cuanto
nacen ya crecen muy rápido…
A
ver…de verdad que sin que se sientan mal…yo no creo que vaya a ser la mejor
etapa de mi vida, básicamente porque he vivido muchas etapas maravillosas y
sinceramente espero vivir más y que no solo tenga que ver con ser madre, sino
con mi propia experiencia de vida, mi aprendizaje, mi evolución…que yo voy a
seguir siendo Cristina y mi experiencia de vida continúa, no se eclipsa…y
además que crezca es algo que forma parte del trayecto de la vida y es
maravilloso.
Estoy
convencida de que voy a vivir una etapa muy novedosa, pero igual que otras
muchas etapas que ya he vivido, y será única, pero igual que todas las anteriores…cada día es único e irrepetible…
Mi vida
va a cambiar…y me repiten que va a cambiar a mejor…pues no lo sé y no lo voy a
saber hasta que el futuro sea presente…así que dejemos de vivir en pensamientos
futuros y simplemente vivamos el presente…no hace falta que me digan ni me
adivinen el futuro, a veces con el silencio y con una sonrisa sobran las
palabras…qué desperdicio de energía…
Me
aburre el idealismo que hay alrededor de ser mamá…de la misma forma que me
cansan ese tipo de personas que van a un curso o taller y desde el minuto uno
después de conocerse ya se quieren y se adoran y son mejores amigas…y luego al
cabo del tiempo si vuelves a coincidir ya ni se hablan…nada es idílico cuando
es real.
No
siento la necesidad de compartir mi tiempo con amistades cada día, me gusta mi
soledad y disfruto de ella…y por eso mi primera lección será esa: aprender a
compartir mi tiempo con este pequeño ser que habita en mí, que se va a
convertir en el principal “ladrón de tiempo” en mi día a día.
Es
decir, dejaré de vivir por y para mí, ya que con mi compañero de viaje estamos
muy compenetrados y tenemos nuestros tiempos muy respetados, todo fluye desde
el principio, y es maravilloso.
Todo
dejará de ser como hasta ahora, pero espero no olvidarme de que sigo
existiendo, que tengo necesidades y cubrirlas me permite sentirme equilibrada
emocionalmente.
Mi
nutrición emocional es fundamental para poder “dar” de forma innata sin desear recibir
nada a cambio…solo dejándome llevar por mi energía innata de “servir”.
Me coge
con 37 años y supongo que también eso influye, aunque creo que lo fundamental
son los años de trabajo personal que llevo realizados...así que, a día de hoy,
acepto ser su canal para que pueda venir a vivir su propia experiencia de vida
y le acompañaré en su trayecto de vida, pero siendo consciente de que somos
seres independientes con experiencias de vidas diferentes que compartiremos
tiempo.
Otra
frase que me repiten es:
- Vas a
ser una buena madre, una madraza…
Pues
miren, de la misma forma que no he venido a ser buena o mala hija, tampoco
siento la necesidad de ser buena o mala madre…he venido a Ser y en mi curso de
aprendizaje de la vida ya hace años que no existen las calificaciones ni las
notas finales, solo hay lecciones y en cada momento haga lo que haga será lo
que creo conveniente y no le permito cabida a esa culpa que no sirve para nada
más que para machacarnos.
Recordé
la energía del perdón hace un tiempo y la tengo integrada en mi día a día…así
que si lo hago bien o mal solo le servirá a todas aquellas personas del día a
día que se creen titulados para juzgar al prójimo, cuando en realidad los
juicios que yo sepa se ejercen en los tribunales y se llevan a cabo por personas
que han estudiado una carrera bastante larga además para dictar sentencia.
Así que
estoy viviendo una nueva etapa de mi vida que no será buena ni mala, solo
será…y la voy viviendo momento a momento, en el presente, como únicamente se
puede vivir la vida en realidad…y sabiendo que el amor incondicional es un
sentimiento que el cuerpo humano no es capaz de albergar, el corazón explotaría,
no cabe en nuestro cuerpo limitado ese sentimiento…estamos encarnados en
cuerpos físicos y son limitados por mucho que seamos padres, y crean que ese
sentimiento es amor incondicional…solo es su percepción, eso no significa que
sea la Verdad.
Voy a
estar unos meses descubriendo esta novedad de que mi cuerpo se convierta en un
traje hecho a medida para acoger a este pequeño ser que habita en mí, y no voy
a dejar de recordarle que estos meses vive bajo mi sistema emocional y que esas
emociones no le pertenecen, no son suyas, sino mías, y eso es muy importante
para que no viva esta experiencia de vida sometido a mis miedos o carencias…ya que
con las suyas tendrá suficiente.
Mi
experiencia de vida como Cristina continúa y eclipsarme cuando nazca y crezca
con sus emociones y sus vivencias olvidándome de mí, solo me llevará a vivir el
síndrome del nido vacío y a una edad más avanzada volver a conectarme conmigo
misma…porque el único ser que va a estar junto a mí toda mi experiencia de vida
soy yo misma y soy lo más valioso y sagrado que hay en mi trayecto de vida,
olvidarlo, para mí, sería un error que se convertiría, seguramente, en lección con el tiempo.
martes, 1 de mayo de 2018
La belleza del cuerpo físico
A estas
alturas soy consciente de que somos la suma del cuerpo físico y el Alma.
A esta
sociedad, o mejor dicho, a este sistema solo le interesa que cultivemos nuestro
cuerpo, ya que el día que conectas con tu Alma recuerdas que tu cuerpo no es
más que el vehículo para poder experimentar este capítulo de tu vida, pero que
aquí se quedará cuando muera, ya que no te pertenece.
No
somos ese cuerpo, solo es una herramienta necesaria para poder experimentar
nuestra experiencia de vida.
Y de
esta manera no cabe duda de que todos los cuerpos sean como sean son
maravillosamente perfectos para poder viajar a lo largo de nuestro viaje
llamado Vida, y que ningún Alma ha venido aquí a cultivar su cuerpo para entrar
en unos cánones de belleza creados por alguien para así poder manipular las
emociones de quién entra en su sistema…eso puede llegar a ser denominado
“secta”…pero a nadie le interesa llamarlo así…demasiados intereses económicos
detrás, y no solo de un particular, sino de todo un sistema.
Así que
lo único que queda es que cada uno recuerde quién es, de dónde viene y a dónde
va…pero ese trabajo es personal y dedicar tiempo a ello te aporta llegar a
aceptar tu cuerpo tal y como es; olvidarte de los cánones de belleza que parece
que hoy hay que seguir, ya que en cada momento histórico han sido diferentes, y
ello evidencia que no son reales, sino creados; asumir que cada cuerpo tiene
una constitución; admitir que somos maravillosos tal y como somos porque
vinimos a Ser y nos estamos distrayendo creyendo que vinimos a tener un cuerpo
físico tal y como nos han hecho creer que entra dentro de la definición de
belleza, cuando en realidad el significado de belleza es la cualidad de una
persona, animal o cosa capaz de provocar en quien los contempla o los escucha
un placer sensorial, intelectual o espiritual…y no vamos a debatir que, por
ejemplo, la belleza de un cuadro depende de los ojos de quién lo observe…así que
de esta misma forma la belleza de cualquier ser dependerá de los ojos de quién
observe a ese ser…y la percepción de cada uno está basada en lo que los ojos
envían al cerebro y éste está manipulado, mayoritariamente, por las creencias que
ya sabemos que vienen dominadas por nuestro alrededor y no por nuestro
interior, es decir, siendo creadas por otros y creídas por nosotros.
Las
redes sociales plasman la realidad social, y la obsesión por un cuerpo regido
por unos cánones de belleza que nos hemos creído, son una realidad.
Pero no
me asombra este hecho, ya que la mayoría de la población continúa viviendo en
piloto automático y todavía no han descubierto lo gratificante de vivir
reduciendo marchas.
Pero yo
no he venido aquí a convencer a nadie, sino que solo deseo poner encima de la
mesa mis pensamientos…y pueden que sean incorrectos…o no…no lo sé…pero sí que
he llegado a un punto donde no juzgo al prójimo, respeto sus tiempos, su
ritmo...en definitiva, su experiencia de vida…y estar en ese momento del
proceso solo refleja sus carencias, ya que creen que tienen una autoestima
elevada, que se quieren, que se aceptan, que se sienten fuertes…pero llegará un
momento en que serán conscientes de que en realidad su nivel de autoestima no
es real, sino ficticio, enmascarado en una necesidad de tener el cuerpo de esa
determinada forma para poder seguir en ese nivel de autoestima elevada…viven en
una esclavitud constante sin ni siquiera ser conscientes de ello. Pero
para eso están viviendo su experiencia de vida, para recorrer su propio proceso
y al final todo estará bien. Así que solo puedo sentir compasión por ellos.
Hay un
dato que me ha llamado la atención y son las pecas.
Las
pecas hace años estaban catalogadas como imperfecciones negativas, no eran
vistas como belleza física, se despreciaban, en definitiva, se les hizo una
campaña de rechazo. Y lo curioso viene ahora. Y es que, a día de hoy, se las
tatúan, son una demanda a nivel estético, ahora están valoradas, apreciadas…le
han hecho una campaña de reclamo.
Y así con todo…qué curioso todo, y cómo nos
dejamos manipular…
Es
maravilloso aceptarse. Es liberador no vivir obsesionado por el peso, los
índices de masa corporal, las calorías, los gramos de lo que consumimos...
Es
gratificante sentirme libre, haber recordado que mi cuerpo es un vehículo para
que yo pueda experimentar, pero que cuando mi cuerpo muera yo continuaré, y él
se quedará aquí, porque no me pertenece.
Está
claro que hay que cuidarlo y valorarlo, porque es vital para poder seguir aquí,
pero no vine a tener un cuerpo que entre dentro de unos cánones de belleza que
me impone un sistema, vine a Ser…y recordarlo me ha dado alas para vivir
reduciendo marchas, apreciando el camino y sintiendo cada paso que doy dentro
de mi experiencia de vida como Cristina.
Todos
tenemos cuerpos bonitos, sean como sean…y quien diga lo contrario estará
basándose en su propia percepción que no le permite ver de otra forma y
simplemente necesita nuestra compasión, porque es una verdadera lástima no ser
capaz de ver la belleza en cada ser.
sábado, 7 de abril de 2018
Mamá por sorpresa
Mi
rechazo a ser madre me ha acompañado durante toda mi edad adulta, y sobretodo
desde que según la sociedad “ya me tocaba”.
He
puesto medios siempre para no quedarme embarazada y además he sido de las que
se ha cansado de repetir que en pleno s. XXI quedarse embarazada sin querer es
ridículo con la de precauciones que hay.
Pues de
nuevo el Universo me ha puesto un punto en la boca y me ha demostrado, más si
cabe, que él dirige mi trayecto. Que antes de nacer, desde mi libre albedrío,
organicé mi plan de Alma y ahora llevarlo a cabo es mi decisión.
Pero
hace tiempo que recordé que estoy aquí para vivir aquello que me ocurra. Que la
vida y la muerte no están bajo el control terrenal de forma natural, y yo no me
siento una semidiosa para otorgarme un poder que en realidad, para mí, a día de
hoy, le pertenece al Universo.
Así que
por sorpresa, sin desearlo y con rechazo me enteré de que estaba embarazada
hace unas semanas…
Al
principio yo lo viví desde mi parte exclusivamente terrenal, mientras que mi compañero de vida, desde el principio, me dio una lección de aceptación acerca de vivir aquello que ocurra.
A mí, mi parte terrenal, me llevó a
enfadarme porque no entraba en mis planes, porque un montón de mujeres desean
ser madres y no se quedan embarazadas…y yo por un fallo de los métodos
anticonceptivos me quedo embarazada a la primera…quiero la hoja de
reclamaciones ya, por favor…no puede ser…
Solo
veía que se acaba mi tiempo por y para mí, y si no fuese por la terapia
regresiva y todo lo que me ha enseñado y recordado estaría todavía furiosa,
rabiosa, enfadada con el mundo…e incluso abortaría sin pensármelo mucho más…
Pero la
noticia me ha servido para ser consciente de mi primera gran lección: soy una
egoísta; me creo que he nacido para organizar mi vida y dedicar mi tiempo a lo
que deseo o quiero, sin ladrones de tiempo; me he olvidado de que ese es mi
ego.
En
realidad, a día de hoy, tengo claro que un ser me ha elegido para ser su canal
para poder experimentar su experiencia de vida terrenal, y yo en su día, antes
de nacer, lo acepté así y ahora no puede vencer mi ego terrenal creado aquí en
esta sociedad donde prima la individualidad.
Así que
después de unos días de reflexión, de charla interna y de conexión con mi
esencia he llegado a la aceptación desde el amor, aquí y ahora, de que si el
Universo me ha puesto delante esta experiencia, yo lo único que debo hacer es
vivirla.
Mi vida
va a cambiar si todo llega a ser…ya que las madres primerizas corren el riesgo de
pérdida. Pero a mí ese dato no me preocupa, porque sé que no ha sido mi
elección ni mi deseo…y de igual manera que ha venido, ese ser tiene total
libertad para decidir venir o no finalmente. Esa decisión a mí no me pertenece.
Yo solo aceptaré la decisión que tome.
Pero
esta experiencia me está sirviendo para evidenciar el egoísmo terrenal. Me
preguntan si deseo que sea niño o niña…mi respuesta que me da igual lo que sea,
simplemente que sea…y entonces lo único que contestan es que sobretodo el bebé
venga sano. Y ahí yo entro en conflicto interno porque ¿y si ese ser necesita
venir con alguna discapacidad o patología para poder vivir su experiencia de
vida? ¿Tengo que aceptarlo o rechazarlo? ¿Debo aceptar todo lo que venga o debo
elegir solo aquello a lo que yo esté dispuesta a criar, por ejemplo solo si
viene sano y sin patologías iniciales?
Pues no
lo sé…pero sí que sé que decida lo que decida estará bien, siempre y cuando se
lo explique…pero a día de hoy tiene mi aceptación para venir como necesite para
vivir su experiencia de vida humana. Siento que me he creído el centro del
universo, me he creído que el tiempo me pertenece y hacer lo que me apetezca es
mi derecho…y puede que sea así en parte…pero en realidad ahora siento que hemos
nacido para servir, que esa es nuestra esencia, servir a quién nos reclame y
nos necesite, servir a todos aquellos a los que podamos echar un cable…
El
egoísmo es un sentimiento exclusivamente terrenal creado por un sistema, por
nuestro recorrido, por nuestras creencias…pero no es nuestra esencia.
De
momento me esperan siete meses de atención plena a mis emociones para cada vez
que sienta algo hacerle consciente a ese ser de que las emociones buenas o malas
son solo mías y a él no le pertenecen, que ahora somos dos seres independientes
regidos durante nueve meses por mi sistema emocional…así que ya puede tener
paciencia…
La
primera conversación que hemos tenido ha sido acerca de mi rechazo inicial ante
su aparición. Le he intentado explicar que una vez que encarnamos empezamos a
sentir diferente a como sentimos estando en la luz. Que sobretodo nos rige el
egoísmo personal porque hemos olvidado que somos Unidad. Que aquí nos forman
para ser individuales, para competir entre nosotros, para mirar por nuestro
propio beneficio única y exclusivamente…pero que gracias a su aparición he sido
consciente de esto y que supongo que viene a darme un master en aprendizaje…y
aquí estoy dispuesta a seguir aprendiendo.
Sobretodo
no voy a competir por ser buena madre, ya que si algo tengo presente es que si
llega a venir será un ser independiente con su propia experiencia de vida
terrenal personal e intransferible…y yo no seré buena o mala madre, sino que
solo seré madre, sin más.
domingo, 25 de marzo de 2018
No sabemos vivir
Cada
vez soy más consciente de que es el Universo el que dirige mi trayecto de vida,
y mi misión no es más que vivir aquello que me ocurra.
Soy muy
organizada. Organizo mí día a día. Soy de las que lleva agenda de papel en el
bolso y todo lo deja reflejado. En casa el orden es una filosofía de vida. Todo
lo quiero tener bajo control…y en realidad, ahora veo que no es más que mi ego
el que necesita vivir así, ya que no sabe vivir en desequilibrios, los
acontecimientos que salgan de sus planes no los sabe encajar al principio,
salir de los límites organizados le da miedo, y ese miedo se canaliza en
enfado, que luego desencadena en reflexión, llegando a la calma y aceptación
final.
Me he
dado cuenta de que no sé vivir, sino que sobrevivo bajo la creencia de que mi
vida la organizo y la dirijo yo.
Estoy
empezando a valorar lo que es la Vida, pero la Vida en mayúsculas. Y, para mí, no
es más que vivir aquello que me ocurra en cada momento dejando a un lado los juicios, olvidándome de solo
querer vivir lo que yo catalogo como “lo bueno” y dejar de rechazar aquello que
posiciono en la columna de “lo malo”.
No hay
ni buenas ni malas experiencias, solo hay experiencias.
No
deseamos Vida a nadie, en realidad solo deseamos buena salud, disfrute y todo
lo bueno que le pueda pasar…pero eso es sobrevivir, ya que la Vida engloba
todo.
Y la
palabra “todo” abarca cualquier experiencia que pueda aparecer delante de
nosotros para ser vivida, sea la que sea.
Para
eso encarnamos. Y vivirla es la misión. Eso es la Vida.
Y muy pocos
lo hacemos…
Me
resulta curioso ver ahora la vida como la veo…pero la logro ver en este
instante, desde la calma, la serenidad, desde mi Alma…sin juicios, sin
prejuicios, sin dejar que mi lado racional entre a valorar la vida…solo
viviéndola.
Estoy cansada
de ver últimamente escritos o videos sobre luchar por conseguir tus sueños…se
ha creado un movimiento alrededor de esto y me resulta en realidad
contradictorio porque esa forma de vivir creará muchas ilusiones a todos
aquellos que alcancen sus metas y sueños, pero también generará muchas
frustraciones a todos aquellos que sus expectativas no se hagan realidad, ya
que es vivir a través del futuro, un punto temporal que no existe. El futuro
solo existirá cuando sea presente, y eso nunca llegará, ya que siempre es
presente.
Estoy
deseando que llegue el día en que la población sea consciente de que el único
momento que tenemos para vivir es “ahora” y el único lugar “aquí”. Todo lo demás solo existe en el cerebro, y
ahí está el ego que domina muchos de nuestros pensamientos incluso de forma
inconsciente.
Puedes
trabajar en lo que sea, te guste más o te guste menos. El trabajo es un trueque
de tiempo por dinero. Y el dinero que necesites vendrá determinado por tu nivel
de consumo…y ahí tú sabrás lo que haces…trabajar para consumir o trabajar para
vivir. Esa es tu decisión.
Hacer
de tu vida una vida ideal de esas que venden los influencers, las revistas, los
anuncios…en general, el marketing creado a nivel social acerca de las vidas
ideales es dejar de vivir, ya que en el momento que algo deje de ser ideal, te
darás cuenta de que simplemente sobrevivías entre los límites impuestos por la
definición de vida ideal. No vivías la Vida en mayúsculas.
Nadie
tiene una vida mejor o peor que otra. Todos tenemos lo mismo. Nada. Y darte
cuenta de ello te libera. Darte cuenta de que sobrevives en tu vida te hace
romper barreras y empezar a permitirte vivir. Vivir aquello que nos ocurra. Eso
es vivir.
La vida
es muy simple.
Todos
moriremos. Todos. Y me gustaría que cada uno de los que leéis o escucháis este
blog dedicaseis unos minutos a ser conscientes de esta realidad. La muerte y el
nacimiento llegan en el momento que el Universo decide. Nosotros no tenemos
ningún control al respecto de forma natural.
Creemos
que los nacimientos aparecen cuando se buscan. No es verdad. Hay millones de
parejas ya incluso en estado de obsesión por ser padres, y no llega ese
momento. Y simplemente están sobreviviendo. No aceptan lo que la vida les ha
organizado, no ser padres. No aceptan la Vida tal y como les ocurre.
De la
misma forma todas aquellas personas que abortan ya sea porque no desean ser
padres o porque no aceptan a un ser con algún tipo de enfermedad. No aceptan lo
que el Universo les ha deparado…sobreviven dentro de sus vidas. No saben Vivir.
Lo
mismo ante una enfermedad. Nadie la quiere. Todos las rechazamos.
No
sabemos Vivir. Solo sabemos sobrevivir en una vida sin problemas.
Queremos
vidas perfectas, basadas en todo aquello que juzgamos como bueno…y el día que
el Universo te recuerda que él marca los ritmos, y vives con conciencia, solo
te queda permitirte vivir aquello que antes de nacer planificamos, eligiendo a
mamá para ser el canal para poder vivir una experiencia humana, e ir poco a
poco descubriendo el plan de Alma que vinimos a experimentar, pero dejando a un
lado lo que hemos aprendido aquí que es a sobrevivir y volviendo a recordar que
vinimos a vivir. A vivir aquello que nos ocurra.
lunes, 12 de marzo de 2018
La pérdida es la pérdida
En mi trayecto de vida tengo el tema de la muerte muy
trabajado. No a nivel práctico, ya que no he tenido la oportunidad de acompañar
a casi nadie en sus últimos momentos, supongo que el Universo es sabio y no
estaba preparada para ello. Pero a nivel teórico llevo mucho tiempo aprendiendo
sobre la gran maestra de la vida llamada muerte.
A día de hoy, hablo de la muerte con la naturalidad que para
mí le corresponde, ya que para lo único que estamos preparados desde el primer
segundo de vida es para morir.
Es una etapa dentro de nuestro trayecto de vida y he llegado
a mi parte del proceso donde la acepto desde el amor.
Es como si en mi cerebro se hubiese conectado alguna parte en
la que estaba esta información que he recordado gracias a la terapia regresiva.
A día de hoy, no es que lo crea, sino que sé que la muerte
no es el final. Tengo evidencias que con mi mente analítica no puedo razonar y
la única explicación posible es que hay algo más, que esto es solo un capítulo
del libro de nuestra Vida, y creerlo o no solo depende del tiempo invertido en
observar, experimentar y comprobar las propias evidencias que van surgiendo a
medida que indagas en este ámbito.
Pero a pesar de todo, hace unas horas ha bajado del vagón
del trayecto de mi vida un compañero de viaje con el que he tenido la suerte de
compartir sus últimos seis años de vida.
Aunque mi mente racional tenía presente de que llegaba su
momento, que su cuerpo físico estaba ya en la etapa de la vejez y no daba más
de sí, a pesar de tener impregnado en mi ser que somos Almas encarnadas en
cuerpos físicos, que la muerte no es el final, que nacemos para morir, que la
muerte es una etapa más dentro de la vida, que es un hasta luego, que estoy
convencida de que nuestros trayectos de vida se volverán a cruzar, de que solo
ha muerto su cuerpo físico, de que se ha ido después de muchas conversaciones
donde le hemos explicado lo que le iba a suceder a pesar de que no contestaba y
en realidad no sabemos si nos entendía o no…a pesar de todo…una pérdida es una
pérdida y el vacío que deja su ausencia física en el vagón del trayecto de
nuestras vidas es incuestionable.
Es el Alma que ha ejercido de maestro, para mí, para
mostrarme lo que es la vejez, lo que es el deterioro físico, lo que es ese bajón
que suelen decir que pega un cuerpo físico cuando se acerca el final del
trayecto y se palpa que su parada se aproxima y se tendrá que bajar para
continuar su viaje en otro vagón…y pese a que soy consciente de que su viaje
continúa y todo está bien, esa despedida, esa ausencia en mi día a día es dura,
difícil y triste, porque la pérdida física es la pérdida física y para ella no
existe consuelo.
Ahora mi viaje continúa sin él. Sin Tako. Un perro
maravilloso al que le agradezco que me haya permitido compartir trayecto
durante seis años y que solo me ha ofrecido amor incondicional desde que le
conocí porque viajaba junto a mi compañero de viaje actual; un compañero al que
he acabado dándole durante meses de comer y cenar bola a bola los dos sentados
como si fuese un ser humano, ya que el tumor que tenía en la boca le impedía
por él mismo coger el alimento del comedero, y
sin embargo todos los días tenía emoción y entusiasmo para recibirme
cada vez que salía al jardín; un bóxer con el que los paseos diarios acabaron
siendo cortos y lentos puesto que las piedrecitas le molestaban al contacto con
sus almohadillas de las patas, porque la vejez le aumentó la sensibilidad; un
maestro que me ha mostrado la etapa de la vejez desde cerca día a día, enseñándome
lo que es llegar hasta el final y morir de pie como un grande, siendo un gran
ejemplo de vida para mí.
Puede ser que Jara le haya venido a buscar y ahora estén los
dos sin esas limitaciones que un cuerpo físico viejo y enfermo les suponía…no
lo sé.
Lo que sé es que nosotros seguimos nuestro trayecto de vida
sin su compañía y aun habiendo aprendido a aceptar la muerte desde el amor, la
pérdida es la pérdida y ese vacío será el tiempo el que haga que el cerebro
desvirtúe la realidad y nos convierta nuestro viaje compartido en un recuerdo
maravilloso imposible de olvidar.
Has bajado de nuestro vagón habiendo cumplido tu misión con
un sobresaliente, ya que aunque ahora en tu plano ya no existan los juicios,
nosotros aquí nos sentimos completamente satisfechos con tu compañía…nos
veremos cuando el Universo nos permita volvernos a cruzar. Buen viaje Tako.
lunes, 5 de marzo de 2018
Todo lo que necesitas es menos
Me
encuentro en un momento de mi trayecto de vida en el que creo que estoy
perdiendo la cordura o puede que la esté recuperando y antes creía tenerla y no
era así…no sé…que lío…
La
cuestión es que el Dios del s.XXI es san Dinero, y su patrón San Consumismo.
Creo
que es el invento humano para dominar a la población que más seguidores tiene…y
vaya si estamos dominados por él…es como una secta.
Un
elevadísimo porcentaje de la población está regido por sus creencias, y nos
creemos todo lo que nos dicen, sin cuestionarnos nada, nos dejamos manejar a su
antojo, nos influyen en pensamientos, comportamientos, creencias…y aquí todos
somos sumisos a unos patrones creados por alguien…y nos creemos libres…
Nos han
hecho creer que somos más felices en un ático con terraza que en un bajo
interior, y si vivimos en un chalet ya casi llegamos al limbo; que ir al
trabajo conduciendo un coche de alta gama nos hace más felices que ir en un
coche de más de 15 años; que si ganamos 3000€ somos más felices que si ganamos
800€; que existen modas, tendencias, cánones de belleza que son reales y que
hay que seguir; que tenemos necesidades innecesarias que nos han hecho verlas
como casi vitales…y lo curioso es que todo lo que creemos que nos haría más
felices, en realidad no lo sabemos, ya que no lo hemos experimentado por
nosotros mismos, pero nos hemos creído a
pies juntillas que es así y punto…y luego vienen y me dicen que la vida acaba
en la muerte, que no existe nada más, porque no tienen evidencias, cuando en realidad existen millones
de testimonios que acreditan su experiencia cercana a la muerte, o incluso un
libro llamado Consciencia más allá de la vida, donde Pin Van Lommel hace una
recopilación de pruebas científicas demostrando que no puede atribuirse a la
imaginación, la psicosis o la falta de oxígeno…
Para
unas cosas tan incrédulos y para San Dinero tan abducidos…
Pues yo
he salido de la secta, y me siento liberada…he recordado que el dinero y la
felicidad no tienen absolutamente nada que ver, es mezclar tocino y velocidad.
He
salido de esas fábulas que me creaban desde la publicidad y el marketing en las
que me hacían seguir unas modas y tendencias, incluso algo tan simple como
tener dos bodas de una misma familia y no poder repetir el vestido porque existe
una regla que dice que no se puede repetir, hay que comprar otro.
Ya no
me creo los cánones de belleza que me han inculcado y era esclava de ellos
creyendo que no, pero sí, ahora he aprendido a aceptar mi cuerpo y el de los demás…ahora,
para mí, carecen de sentido las comparaciones de peor y mejor vestidas e
incluso los Argggs, muy típico en las revistas…las comparaciones solo reducen
mi energía…
He
llegado a ser consciente de que tengo ropa hasta que me muera creo, que por ir
vestida siempre igual no me van a quemar en la hoguera, parece que vivía como
con miedo…ponerme unos pantalones de campana en pleno auge del pitillo, era
como algo prohibido, ahora me pongo lo que tengo, y voy tan a gusto…
He
despertado del consumismo al que me permití entrar en su día y vivía como algo
normal lo mismo que ahora veo anormal…es curioso como la misma realidad es
diferente para mí misma.
La
realidad siempre está sometida a la percepción de quién la mira, no existe la
realidad única y absoluta…y guiados por San Dinero y su patrón el Consumismo la realidad solo es
como ellos quieren que la veamos…consumir, consumir y consumir…gastar dinero…su
filosofía es soñar con tener mucho dinero para poder consumir muchísimo…
Y
encima al dinero le dan el valor que les interesa en cada momento. Han bajado
el precio del dinero de una forma muy sutil para así mermar nuestro nivel
económico, y tenernos más sometidos…la mayoría hipotecados 30 o 40 años, no van
a dejar un trabajo aunque les machaquen, están atrapados toda su vida
laboral…la mayoría dejarán de pagar hipotecas en la jubilación…y ya veremos las
jubilaciones…siguen creando miedo en el futuro, porque por ahí ya han aprendido
que nos dominan…
El
dinero no puede controlar nuestras vidas, no puede controlar nuestra felicidad,
no puede controlar nuestros pensamientos...El consumismo es nuestra metástasis
y nos dejamos devorar por él…
Salir
de esta secta del consumo ha sido consecuencia de conectar conmigo misma, de
vivir de forma consciente…eso es lo que falta en el mundo, vivir de forma
consciente y no en piloto automático, reconectar con uno mismo...y creo que
también tiene su parte de responsabilidad la vida de mis abuelos en el pueblo,
su vida simple y sencilla, fuera del consumismo…a mí eso siempre me ha atraído…y a día de hoy
lo difícil es ser simple…qué curioso todo…
Puede
que darse cuenta de que todo lo que necesitamos es menos sea una locura, y esté
perdiendo el norte…o puede que locos estéis todos los que seguís a San
Dinero…no lo sé…
Puede
que todas las guerras por mis derechos, por mis valores, por mis pensiones, por
mi territorio…todo lo que lleve la palabra guerra esté creada por los mismos
que las provocan y su resultado sea éste…todos en guerra, conflicto, ira,
indignación, divididos…todos vibrando en la energía de la oscuridad que son los
que crearon el dinero para tenernos sometidos, no para nuestro beneficio, sino
para el suyo propio…nuestro consumo y nuestro dinero es su corazón
bombeando…nosotros conducimos la sangre del Dinero, los países desarrollados
vivimos gracias a los subdesarrollados…solo nos importamos nosotros, nuestro
época del bienestar…pero mejor no mirar más allá…como dicen ojos que no ven
corazón que no siente…
Así que
yo prefiero vibrar en la energía de la luz, la confianza, la paz, la armonía…porque
está demostrado científicamente que nuestra vibración energética genera impacto
en la conciencia universal, aunque sea un misterio su origen…así que mejor
meditar que entrar en conflictos porque quien los generó es lo que busca…la
pobreza es un invento de los humanos…
Llamadme
loca o llamaros locos vosotros…en realidad no sabemos quién tiene la verdad.
miércoles, 28 de febrero de 2018
Mi recaída en las redes...
La adicción es un término que conozco, y aunque tarde un tiempo en darme cuenta…al final soy consciente de mis vicios…es lo que tiene haber sido adicta, coges experiencia.
Las redes son como el tabaco para mí. No suben, es decir no colocan, pero te vicias muy fácil y rápidamente, y cuando sales de la adicción, solo con volver a saborearla, vuelves a caer…y ya estás otra vez liada…así que vuelvo a intentar dejarlas de nuevo, pero desde la experiencia, sabiendo lo que quiero y lo que no.
Volví a abrirme Facebook, pero como página, llamada Regresiones desde mi Alma. La hice ligada al Facebook privado de mi padre, porque para abrir una página, en esta red social, te exigen tener una cuenta personal, y yo no la tengo ni la quiero. Así que le pedí permiso a mi padre, y la abrí.
Pero aquí no he recaído porque no tengo acceso a ver nada, solo la uso para subir todas las entradas del blog; los audios del Ivoox; los videos de mi canal de Youtube llamado Cristi Lofish, donde reflexiono y me sirve para practicar a hablar y expresarme, porque escribir es más sencillo, por lo menos para mí; también comparto las fotos que subo a Instagram que me hacen reflexionar; links de películas, documentales, las Contras de la Vanguardias que llaman mi atención…
En resumen, todo lo que me interesa lo comparto en esta página.
Además me sirve para recibir mensajes privados de personas haciéndome pasar momentos muy satisfactorios contestando y conociendo experiencias de vidas de forma personal e íntima…y encima me quedo asombrada viendo cómo las personas evolucionan con tan solo abrirse a explicar sus vivencias y su interior con la tranquilidad de que no van a ser juzgadas por mi parte y que todo es confidencial, porque para mí hablar de Alma a Alma es algo sagrado, mágico y estoy llegando a comprobar que es incluso sanador.
Pero luego llegó Instagram, con la cuenta llamada Cristi Lofish, y esta red social es la que me ha permitido volver a saborear ese gustillo que me ofrecen las redes para distraerme, ese aroma familiar de conocer a los protagonistas de las vidas que publican, esa sensación de placer que me aporta empezar a mostrar mi día a día para que interactúen conmigo…y cada vez entraba más, cada día estaba más liada con la aplicación y ya no era solo para que mi blog fluyese por el mundo, sino que de forma muy sutil volvía a engancharme a una red social, y a mí no me gusta lo que me aporta en realidad.
Me recuerda a todos los cigarros que me fumaba sin ganas, era por vicio, rutina, costumbre, hábito…llámalo como quieras…pero habían muy pocos cigarros que me hacían disfrutar, como podía ser el de después de la comida o el café…y siempre he dicho que si fuese capaz de solo fumarme esos, no hubiese dejado nunca de fumar, pero no soy capaz…soy radical, o fumo o no, pero a medias yo no sé.
No me gustan los ladrones de tiempo, como ya he dicho en más de una ocasión, y cotillear la vida diaria de amigos y familiares me aburre. No sigo a famosos, ni aunque sean cantantes, o escritores, o músicos…porque solo muestran sus vidas cotidianas y eso no me enseña nada. A influencers no sigo porque estoy en contra del consumismo y ellos son carne de cañón para las marcas, el marketing y el consumo en general.
Y voy y me paso horas de mi día en cosas que al final me aburren. Como ver fotos de desayunos, fotos de postureo en gimnasios, selfies en ascensores, videos de zapatos andando cual calendario indicando el día de la semana en el que nos encontramos, fotos o videos con orejas de perro, fotos de looks diarios, selfies en los coches, fotos de la comida del día, fotos de la oficina…y solo faltaba el temporal de estos días para ver miles y miles de videos o fotos viendo como caen los copos, cuando mirando por la ventana ya lo veo, gracias…y ahora llegará el verano y empezarán las fotos de los pies en la playa…y no…gracias…pero hasta aquí he llegado esta vez.
Así que he puesto remedio.
He dejado de seguir a todos mis amigos y familiares, es decir, a todos aquellos que su Instagram está basado en sus vidas cotidianas, porque vida cotidiana ya tengo la mía, y dura 24 horas, y viendo la vuestra me pierdo la mía…es que es ridículo en el fondo…
Me gustan las redes porque me ofrecen muchísima información que de otra manera no podría obtener, y me permiten aprender…hay mil artistas, escritores, músicos, personas que hacen manualidades, pasteleros, dibujantes, bookstagramers…de todo…millones de personas anónimas que me enseñan algo, me aportan, me permiten aprender, me descubren cosas que desconozco. Eso es lo que me motiva: aprender, descubrir…por eso muchas veces digo que tengo ambición de conocimiento, y no de dinero.
Puede que me esté volviendo antisocial y yo no sea consciente todavía. Pero sí que sé que estoy en un vagón de mi trayecto de vida donde disfruto aprendiendo y en el que todo lo que se convierte en ladrones de tiempo y no me aporta nada más que distracción, a día de hoy, prefiero saltarlo…como los anuncios de la tele.
Así que amigos y familiares os adoro, y sé que lo sabéis, pero volveremos a nuestra relación real, ya que he dejado de seguiros en Instagram y no es nada personal…
Voy a volver a dejar que sea el Universo el que nos reúna; el que haga que me vengáis a la mente y os envíe un mensaje para saber cómo os va; el que genere encuentros para disfrutar de las conversaciones de café, de tarde en tarde, y ponernos al día nos haga disfrutar de ese momento…
En definitiva, me gustan las redes sociales porque me permiten abrir mi ventana al mundo con el blog, el Ivoox y el canal de Youtube, y además me permiten aprender en muchos ámbitos, pero para cotillear ya tengo suficiente con el Sálvame.
Como leí en una foto de Instagram...estoy aprendiendo a amar el sonido de mis pies alejándose de cosas que no son para mí.
Como leí en una foto de Instagram...estoy aprendiendo a amar el sonido de mis pies alejándose de cosas que no son para mí.
lunes, 19 de febrero de 2018
El arte de no hacer nada
Me
resulta curioso cómo estamos tan poco acostumbrados a no hacer nada. A cómo el
día que no hacemos nada nos podemos llegar incluso a sentir culpables o no
merecedores de algo…
Me voy
a centrar en una etapa, la jubilación. Ya que a pesar de no haber llegado a
ella por edad, yo a día de hoy, podría decir que vivo una vida de jubilada. Me
siento identificada con esa etapa y además es algo que observo, ya que mi padre
está en plena jubilación, y además me apetece reflexionar sobre ello, para ver
si así reflexionamos todos un poco, que falta nos hace pensar por nosotros
mismos…
Cuando
hablo de no hacer nada, no me refiero al período de vacaciones…seguro que
alguien sale y dice:
- Pues
yo sin hacer nada estoy de maravilla…
Sí,
seguro que es así, pero porque es un tiempo limitado y en el fondo está la idea
de que tiene fin ese período…pero me refiero a no hacer nada ilimitadamente,
sin ver el final, sin ningún proyecto, sin sentirse útil, sin motivaciones
externas…es decir, tener al ego sumergido en el miedo de no controlar la
situación.
Y en
ese momento la mente puede ser nuestro peor enemigo.
Nos han
educado para ser obreros de un sistema. Da igual si eres empresario o
asalariado, eres un obrero del sistema. Nadie nos ha enseñado que la vida no es
trabajar, eso es ocupar tu tiempo, por dinero o por lo que te apetezca, pero
ocupar tu tiempo, estar entretenido, estar motivado por algo…en definitiva
estar distraído con el exterior.
Pero llega
el momento de retirarte del juego…y no es tan fácil en muchos casos. Y no me
refiero a los que se vuelcan en ayudar en las vidas de sus hijos o nietos, o
los jubilados empresarios que siguen al pie del cañón de la empresa, porque han
convertido su vida en eso…no, a esos no me refiero, ya que esos siguen en el
juego, siguen sintiéndose útiles y eso sigue alimentando a su ego.
Me refiero a
los que se retiran y su día a día no tiene ningún aliciente externo, no existen
obligaciones, se acabaron las normas, los horarios, las responsabilidades…me
refiero a esos casos donde el ego no puede brillar, y nos va apagando poco a
poco…y me incluyo, porque al principio adaptarme a mi vida de ser ama de casa
me costó, aunque parezca una locura…así que soy consciente que en este grupo
hay muchos ejemplos, y ya se verán identificados…
A muchos
nos cuesta adaptarnos a la vida donde el ego pasa a un segundo plano.
Al
principio el hecho de vivir lo que surja nos parece poco, no sabemos
apreciarlo. Nos hemos de permitir fluir en el día a día. Pero cuando recuerdas tu esencia, y eres consciente de que somos seres espirituales encarnados en cuerpos físicos, llega un momento en
el que sientes que no hay necesidad de tener un proyecto o una motivación como
muchos dicen…eso lo necesita nuestro ego para poder seguir brillando. Pero
nosotros brillamos desde nuestra esencia, desde nuestra Alma, y ahí el ego no
tiene cabida.
La vida es despertarnos
por la mañana agradecidos por tener un día más. Prepararnos el desayuno
conscientemente…no como lo hacemos siempre, haciendo las cosas en piloto
automático y sin dejar de pensar en no sé qué, sino centrados en nuestra
elaboración del desayuno…y después de desayunar hacer lo que surja ese día. Un
día saldremos a dar un paseo, nos encontraremos con fulanito, charlaremos un
poco; otro día nos liaremos en casa a hacer lo que sea; otro día nos dará por
leer, o pintar, o dibujar, o escuchar música o ver la tele…lo que sea…porque
una vez que recuerdas que la vida no es trabajar, sino que es fluir en el día a
día con lo que ocurra…tendrás unos días mejores y otros peores, pero eso pasa
incluso cuando eres obrero del sistema…pero ya no permitirás que tu ego te
atormente con pensamientos del tipo: tengo mucho que hacer y no hago nada, solo
voy a caminar a la montaña, no hago nada en todo el día, tendría que hacer no
sé qué, debería aprovechar más el tiempo, todos los días son iguales…bla bla
bla…todos esos pensamientos diariamente lo único que hacen es machacarnos…y no
son reales, son creados por un ego al que hemos alimentado durante toda la
vida, y ahora no sabe vivir sin controlar…el hecho de vivir cada día aquello
que surja, ya es muchísimo.
Cada día
hacemos aquello que deberíamos haber hecho, porque si no hemos hecho otra cosa,
es porque no debíamos hacerlo, sin más…en cada momento lo que hacemos es lo que
debemos hacer, por eso lo hacemos…es muy simple de comprender…pero como dicen:
“Es muy simple ser feliz, lo difícil es ser simple”.
Toda la
vida vivimos organizados. De tal hora a tal hora a trabajar; los lunes
horribles porque son lunes; los viernes estupendos porque son viernes; los
fines de semana geniales, pero ya el domingo mal porque mañana ya es lunes…y
así hasta que llegan las vacaciones y yuhuuuuu…apagamos el despertador y como
Dios, a descansar…pero ya cuando llevamos casi un mes muchos ya desean volver a
la rutina, porque los niños, la pareja o no hacer nada…ya cansa…y volvemos a
empezar el ciclo…hasta el siguiente año…y así año tras año deseando que llegue
la jubilación, para que luego muchos no se sepan adaptar.
No hacer nada
es un arte. Es tan simple, que no sabemos hacerlo. A nosotros lo que nos gusta
es complicárnoslo todo…somos maravillosos y estupendos como especie. Únicos.
Así que
llego a la conclusión de que como sociedad la educación está obsoleta y la
evidencia es la cantidad de personas con depresiones, angustias, problemas
emocionales…y puede que todo sea debido a que el sistema crea obreros para
su propio beneficio, olvidándonos de que el patrimonio más preciado y sagrado
de cada uno de nosotros es nuestro interior, y es el único patrimonio que si se derrumba…todo deja de
tener sentido.
domingo, 11 de febrero de 2018
El mundo necesita amor...
El
mundo necesita amor y eso es evidente.
Hay
muchísimas personas vibrando en esa energía…pero también las hay vibrando en la
carencia de amor en ciertos ámbitos, y eso tendría que cambiar…porque sí se
puede cambiar, no es verdad que somos así y punto. Yo soy mi propia evidencia
de ello.
Existen
personas con carencia de amor hacia el entorno.
Nos
gusta hacer deporte, pero no porque esté de moda, ni porque nos obsesione
nuestro cuerpo, ni porque sea nuestra forma de ser felices…simplemente porque
nos gusta disfrutar de esa sensación de andar, rodeados de naturaleza, y vivir
aquí es un regalazo de la vida para ello. Solo salir de casa ya tenemos caminos
y paisajes por doquier. Pero no todo es tan idílico…aquí abunda la basura, la
suciedad, la huella del ser humano carente de amor por su hábitat. Es una
lástima ver latas de cerveza, botellas de plástico, bolsas de plástico, envases
de plástico de embutidos, paquetes de tabaco, pañuelos de papel…y todo aquello
que os podáis imaginar…
No
puedo llegar a entender cómo una persona puede tirar una lata de cerveza por la
ventana de un tractor, un paquete de tabaco vacío andando…ni siquiera un papel…es un
acto vacío de amor por el entorno. Es un reflejo de su vacío interior, su falta
de conciencia…porque no creo que en su casa el suelo esté lleno de latas y
paquetes de tabaco, supongo que los tirarán a la basura…pues las calles, los
montes, las playas y todo lo de fuera de vuestras casas…es la casa de todos,
también hay que tratarla bien, con amor y respeto. La madre naturaleza es
nuestro hábitat y muchos no son capaces de amarlo.
Es
lamentable ver el río del pueblo lleno de plásticos. Plásticos que antes
envolvían las bolas de hierba para el ganado…Tienen un entorno de cuento y no
le dan ningún valor.
Existe
otra carencia de amor, carencia de amor hacia el prójimo. Que viene en
consecuencia por la falta de amor hacia uno mismo, pero no son conscientes
todavía de ello.
Un
ejemplo. En nuestros paseos andamos por un carril de peatones que hizo el
ayuntamiento en su día. Está justo al lado de una comarcal, donde la velocidad
está limitada, pero no la respetan. Pasan por allí a unas velocidades de
infarto. En más de una ocasión me he asustado por el ruido del coche al pasar
por mi lado, y la fuerza del aire que conlleva esa velocidad en un vehículo. No
conocen el significado del respeto por los peatones. Pues luego vendrán las
quejas si algún día instalan radares o los badenes…pero es que el ser humano
parece que solo respeta si le tocan el bolsillo, porque al dinero es lo único
que amamos. Que tristes somos.
Y estos
son ejemplos de a pie. Pero si me pongo a observar el mundo en general veo
guerras, esclavitud, hambre, violaciones, suicidios, drogadicción, maltratos,
abusos, haters en las redes, mobbing, bullying…y podría seguir…
Todos
estos ejemplos tienen un factor común: carencia de amor.
Algo
estamos haciendo mal. En pleno s.XXI y seguir así…después de tantos años en la
Tierra y el ser humano no se enfoca en el amor…algo hacemos mal.
Todas
las personas que experimentan una ECM (experiencia cercana a la muerte), o
están en el lecho de muerte, o experimentan estados expandidos de
conciencia…todas empezamos a vivir de una forma diferente, vivimos sin miedo a
la muerte y desde nuestra capacidad de perdonar y amar. Y es algo maravilloso
vivir con conciencia.
No
puede ser que como dijo Gandhi “ La Tierra proporciona lo suficiente para
satisfacer las necesidades del hombre, pero no la codicia de cada hombre”.
No
puede ser que nos desconectemos de nuestra esencia, que no es más que el amor,
y nos olvidemos de vibrar en ese estado que incluye el respeto, la compasión,
el diálogo, el apoyo, la comprensión, la paciencia…
En la
vida todo es cuestión de práctica. Si practicas el mal humor, la queja, la
falta de respeto, el elevar el tono de voz…cada vez más fácilmente te saldrán
de forma automática esas actitudes.
Pero si
practicas ser respetuoso, amable, educado, bondadoso…cada vez te saldrá más
fácilmente e incluso de forma automática.
Pero
también estoy convencida de que el exterior es el reflejo del interior y me
compadezco de todos aquellos que viven carentes de amor principalmente hacia
ellos mismos y consecuentemente hacia el prójimo.
Yo, a
día de hoy, vivo más a gusto saludando con una sonrisa; siendo amable en los
comercios; recogiendo mis bandejas en los restaurantes de comida rápida;
cerrando las tapas de los contenedores que abro; conduciendo a la velocidad
establecida y si en una comarcal me cruzo con un peatón reduzco para no
asustarle ni alterar su paseo; no guardando rencor; perdonando al prójimo; no
usando a las personas, sino compartiendo momentos;respetando la naturaleza sin
ensuciarla, e incluso llevo una bolsa de plástico para retirar todas las latas
que me encuentro por mis caminos diarios…me siento en la obligación de echarle
una mano a la madre naturaleza. En resumen vivo siguiendo los buenos
valores que llevan existiendo toda la eternidad.
Si cada
uno de nosotros sacásemos nuestra mejor versión y practicásemos los buenos
valores, el mundo sería muy diferente…Amar más al dinero que a las personas y a
nuestro entorno es lamentable, por lo menos para mí.
Así que
como decía un gran amigo que desencarnó ya hace unos años pero que le recuerdo
con mucho cariño: SED BUENOS.
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