martes, 12 de diciembre de 2023

No puedo negar más lo evidente

Hace dos meses me dicen que voy a dar charlas sobre terapia regresiva en la biblioteca del pueblo donde resido y no me lo creo, aunque tampoco me hubiera imaginado que iban a empezar a llegarme pacientes para que les acompañe en regresión con tanta intensidad una vez que volviese a disponer de tiempo en soledad✨

De la misma manera me dicen que Valentina empieza el cole hace unos meses y no me lo creo. Es tan mágica y sorprendente la vida…


¿Y si no tengo que acompañar en regresión sino que mi energía se ha de centrar en divulgar todo el conocimiento adquirido a través de la terapia regresiva? 


¿Y si en lugar de ser terapeuta lo único que debo hacer es seguir escribiendo, reflexionando y acompañando a través de compartir esa mirada hacia la vida que he adquirido gracias a la terapia regresiva? 


¿Y si para acompañar a grandes masas ya están los terapeutas que se sienten cómodos cobrando y ejerciendo como tal y yo solo tengo que seguir escribiendo, divulgando esta otra manera de percibir la vida y acompañando a aquellos que sean cercanos a mí? 


¿Y si no todos tenemos que ir hacia lo mismo y hacerlo diferente es mi camino? 


Dicen que escribes sobre lo que sabes y pintas sobre lo que ves…así que lo que siempre he tenido muy claro es que seguiré escribiendo, compartiendo y divulgando la terapia regresiva o psicología transpersonal que ha sido mi gran herramienta para iniciar este cambio de mirada hacia la propia Vida✨


Estas dudas me han inundado en muchas ocasiones, me he cuestionado mi propio proceso puesto que nunca me formé para ejercer como terapeuta sino que mi finalidad tan solo era llegar al final para conseguir respuestas que saciasen todas mis dudas, que no eran pocas, de ahí que mi maestro el doctor Juan José López Martínez me bautizara como “Doña Dudas”✨


Me vienen pensamientos del tipo: si estaré haciendo lo suficiente, si debería hacer más o no, si debo seguir o delegar en otros terapeutas, si quiero abrir la puerta del todo o continuar con ella entornada…hasta que llega un momento donde se apagan los pensamientos y me llega esa sensación interna acompañada de señales externas que me dicen desde hace tiempo:

“Lo que tenga que ser, sencillamente se dará…pero recuerda: es el Universo el que mueve los hilos y hay Almas esperándote, es tu momento”✨


Existe el libre albedrío, por supuesto, pero el Universo te irá poniendo las circunstancias, personas o situaciones necesarias para tu propia evolución, y si intentas esquivarlas, te las volverá a poner…no lo dudes. No es la primera vez que me veo en esta situación, pero sí la primera que no he cerrado la puerta y he aceptado lo que se me presenta✨


Observo lo que ha sucedido en estos dos meses que Valentina ha empezado el cole y no he parado de atender a todas esas almas que me han elegido como interlocutora válida para su viaje hacia dentro llegando a mí por vías muy distintas y diversas…y no dejo de maravillarme ante tal despliegue✨


Me siento muy agradecida al Universo por permitirme ser testigo de la evolución personal de tantos seres, ya no solo acompañando a través del estado expandido de conciencia (terapia regresiva) sino a través de correos electrónicos o audios de WhatsApp o de cualquier forma que surja en la que comparto viaje con cada vez más seres que me invitan a sentarme en el asiento de al lado de su tren durante el tiempo que cada uno siente como el adecuado para intercambiar reflexiones de esas que no se habla en el día a día con nadie…incluso llevo años teniendo el privilegio de ser testigo del desarrollo evolutivo de varios seres que se han transformado en parte gracias a todas nuestras conversaciones, porque lo que he evidenciado en todos estos años es que cuando algo resuena y hace “click”, ya no tiene retroceso✨


Si a la Cristina de hace 15 años le dicen que esta iba a ser su versión futura, no se lo hubiese creído jamás porque el escepticismo ante todo aquello que no fuese racional era enorme…pero rendirse ante las evidencias es el único camino para integrar desde un lugar muy profundo que la Vida es mucho más de lo que vemos y de lo que nos han contado✨


Pero no me creáis, tan solo os invito a dudar, porque ese es el inicio de un proceso evolutivo personal maravilloso donde las dudas serán el motor para seguir. Las dudas no cesarán, pero os aseguro que serán distintas✨


Sigamos💫

miércoles, 29 de noviembre de 2023

La vida mundana me aburre

Me aburre la vida banal y terrenal. No es la primera vez que me llega esta sensación. No es por vivir aquí ni por la vida que me acompaña sino que es la vida terrenal en sí la que me parece absurda y un verdadero coñazo.

He vivido muchas versiones de mí misma. He tenido varias parejas y he vivido vidas distintas con cada uno de ellos. He vivido en la ciudad, en la montaña, en la playa y en pueblos. He trabajado en diferentes ámbitos y he logrado promocionarme, incluso he saboreado lo que es dirigir y tener un equipo del que eres responsable. He tenido una vida donde me arroyaba la vida, llena de quehaceres y también sé lo que es vivir una vida lenta y en calma. He vivido socialmente a tope, saliendo de fiesta, yendo de compras y quedando a menudo con alguien para ocupar mi tiempo de ocio, y por el contrario he transitado la soledad, el estar alejada de la humanidad donde mis perros eran mis compañeros de batalla y la montaña de Montserrat nuestro escenario ideal. He vivido lo que es ser madre desde un acompañamiento consciente y presente. No sé si me queda algo por experimentar, porque también he viajado, e incluso tuve una etapa donde cogía aviones para irme de pintxos a Bilbao o para pasar el día en Ibiza…


En fin, he vivido varias vidas dentro de un mismo personaje, yo, que a su vez ha ido transformándose.


Pero la vida solo terrenal al final me cansa, me parece un coñazo un día tras otro y tras otro y tras otro…que sí, que tiene momentos que disfrutas y te lo pasas bien y otros que sufres, pero al final no me sacia, es decir nada terrenal llega a conseguir que mi vida sea siempre una vida que me llene. Todo me acaba pareciendo un verdadero aburrimiento. Y hay que estar así hasta no sé qué edad, cómo sean los casi 100 que tiene la abuela de mi marido…pues imagínate.


Pero descubrí mi salvación para acompañar a mi vida terrenal, y es la parte espiritual, lo sutil, las sincronías que tiene la vida, ser espectadora de esas “causalidades” que se dan, ser testigo del proceso evolutivo de los seres que llegan a mí porque su alma les empuja hacia mí por la razón que sea, y no solo para que les acompañe en regresión, sino que la mayoría son conversaciones por audios de WhatsApp o por correos electrónicos o por conversaciones que se dan en algún encuentro…y al cabo de los años les miro y alucino con ese despliegue que han hecho ellos solos durante los años que dura nuestro viaje compartiendo asiento de vez en cuando, ese antes y ese después…


Me recarga estar en silencio sin pensar, disfrutar de un concierto de silencio, caminar descalza y tocar tierra, saciarme de información para solventar mis dudas, escribir, escuchar música de esa que sale del alma y es casi celestial donde el sonido acompaña al silencio y no se impone en él, en definitiva me recarga todo aquello que nada tiene que ver con el día a día banal y mundano.


Me ha ayudado a aceptarme y comprenderme una regresión que hice hace unos años y que he llegado a comprender hace poco, donde salió mi gestación y mi nacimiento. Venir no era mi deseo, y puse condiciones. La primera fue que no vine sola, sino que un ser me acompañó el tiempo que necesité hasta estar convencida de que me quedaba. Y luego tener una vida cuidada, y es verdad que en el fondo mi vida siempre ha estado acompañada desde unos niveles que no tienen explicación alguna a nivel terrenal. Incluso cuando estaba en esa época perdida y sin rumbo de autodestrucción una voz dentro de mí me habló tan alto y claro que no pude evitarla más y esa fuerza interior fue la que me sacó de las adicciones sin centros ni terapias.


Hoy hablando con un amigo de esos que sintonizas y puedes hablar de cualquier cosa porque el juicio no tiene cabida en nuestras conversaciones me ha dicho algo que me ha llegado muy profundamente: el Alma necesita sentir, solo en la búsqueda de respuestas profundas o en la auto indagación personal vibra alto y es donde se nutre de una forma que jamás llega a alcanzar con nada terrenal.


Y sí. Ahí está la clave de todo. Buscamos sentir de fuera hacia dentro y nunca nos saciamos, de ahí el éxito de esta sociedad de consumo actual, pero el alimento real viene de dentro hacia fuera, porque todo nace dentro y convertirte en observador de tu propia emoción te da respuestas, aunque a veces no gusta ser conscientes de que nadie fuera es culpable de absolutamente nada de lo que te sucede en realidad porque el poder para transformar lo que sea, te pertenece solo a ti.


Necesitamos sentir porque el Alma se aburre de esta vida banal y superficial donde la mayoría creen que se aburren de las cosas, cuando detrás está escondido el motivo auténtico y puede que sea el aburrimiento del Alma hacia la propia vida aquí en la Tierra y supliendo una carencia con algo terrenal nunca se acaba ese hambre por sentir. 


La clave para seguir es conectar de nuevo con nuestra esencia, la verdadera esencia, esa que no tiene nada que ver con “nuestro pequeño yo” sino con esa conciencia que existe en nuestro interior y nos hace vibrar a cada uno con algo, normalmente creando algo, porque detrás de la creatividad es el Alma quién busca expresarse.


La vida como me la vendieron me parece absurda: nacer, crecer, reproducirse y morir…suena más a un anuncio de Cucal. Pero si descubres que la vida no empieza al nacer ni acaba al morir, justo ahí una llama se enciende en la búsqueda de respuestas y como consecuencia el Alma empieza a vibrar y sales de todo el sueño que has vivido tantos años creyéndote una realidad que veías y le dabas la importancia que tú creías, cuando en realidad absolutamente nada es importante, porque todo lo que vives no son más que simples experiencias.


Sigamos💫

lunes, 20 de noviembre de 2023

Próximo Taller vivencial de terapia regresiva

Dentro de siete meses, el 22 y 23 de junio, está previsto hacer un taller vivencial de terapia regresiva acompañado por el doctor Juan José López Martínez (el máximo referente de terapia regresiva a día de hoy en España) en Casasola de Arión, el pueblo vallisoletano en el que resido y que forma parte de la llamada España vaciada.


Está ubicado a dos horas de Madrid y os aseguro que es como realizar un salto cuántico, ya que entrar allí es desconectar de la contaminación visual y acústica que poseen las ciudades, rodearte de paisajes típicos de los pueblos castellanos y además deleitarte de las llanuras de Castilla donde a pesar de no haber mar, los cielos abiertos son verdaderas obras de arte, sin olvidar que estaréis en el pueblo que fue referente en los años 50 y 60 de la fabricación de la máquina Aventadoras, y donde funcionaron, por aquel entonces, más de 20 fábricas para ello.


La historia previa hasta llegar aquí es digna de dejarla plasmada…


Hace diez años, un 21 y 22 de junio de 2014 acudí a mi primer taller vivencial del doctor Juan José en Barcelona, en un local cerca del metro de Fontana (lo vivido allí está en entradas anteriores donde explico todo mi trayecto alrededor de esta terapia). Después he asistido a dos talleres más, siempre en el mes de junio, que era el mes que aprovechaba para ir al taller y visitar a mis padres en mi ciudad natal, y al final terminé formándome como terapeuta para poder seguir investigando a nivel personal sobre los estados expandidos de conciencia. 


Ahora diez años después, me nace no sé por qué el impulso de traer aquí el evento, en lugar de ser yo quien viaje, que sea el taller el que venga aquí…y todo surge a través de distintas sincronías que hacen que hoy esté escribiendo esta entrada.


Un día aparece un correo electrónico en mi buzón de entrada de una chica que me conoce a través de las redes y me solicita que acompañe a varios miembros de su familia en regresión, pero al vivir en Madrid me parece más adecuado delegar a un terapeuta de la ciudad y me nace recomendarle que acudan a un taller vivencial que suelen hacer Madrid. Mi sorpresa fue descubrir que este año no se realiza el taller en la capital y justo esa noche no pude casi ni dormir…me empieza a latir con mucha fuerza la idea de intentar hacerlo aquí…¿por qué no?


El Universo estaba ya moviendo sus hilos, aunque nosotros lo vivamos de forma inconsciente, lo sutil tiene mucha más fuerza que lo físico.


Todo fluye de forma sencilla, como en realidad se materializan las experiencias cuando el camino a seguir es el adecuado para lo que sea que tiene que ser, y se me concede el privilegio de que el doctor Juan José acepte mi propuesta para hacer un taller en un lugar remoto lejos de la civilización y de que Jorge, el alcalde de Casasola de Arión, me acompañe en esta propuesta cediéndonos de forma gratuita las instalaciones del pueblo para poder llevarlo a cabo.


Siento que traer eventos de esta índole a lugares alejados de las ciudades es un privilegio que se ha de promover porque existen miles de pueblos con la logística necesaria para que se den talleres de este tipo y así permitir que las personas que viven allí sean merecedoras de conocer que existe otra forma de mirar la vida porque las evidencias que va a aportar el doctor Juan José López Martínez acerca del estado expandido de conciencia en su ponencia gratuita del viernes 21 de junio en el Teleclub del pueblo es un regalo para todos sus habitantes y para todos aquellos que quieran acercarse hasta allí.


La vida no es solo lo que vemos, va mucho más allá, pero para poderlo integrar en el día a día es necesario transitar tu propia experiencia, ya que ningún libro ni ninguna experiencia ajena te va a ofrecer el conocimiento que se adquiere a través de recorrer tu propio trayecto, puesto que el verdadero aprendizaje está detrás de la experimentación personal.


Os invito a asistir a este evento, si queréis más información poneros en contacto conmigo en crislora@protonmail.com, estaré encantada de atender vuestras consultas y me encantaría poder abrazaros físicamente en junio para poder compartir espacio y tiempo en esta encarnación.


El Universo sigue moviendo los hilos, así que yo no soy más que una herramienta para que se dé este evento, y os adelanto una cosa: ese día estaremos las personas que tengamos que estar porque no serán ellas las que deseen venir, sino que será su Alma el que las empuje a asistir y lo hará con tanta fuerza que no podrán resistirse a ese impulso interior de asistir al taller vivencial de terapia regresiva en Casasola de Arión.


Sigamos…

martes, 17 de octubre de 2023

Desde mi estado expandido de conciencia

La Vida está organizada desde unos niveles a los que nuestra mente terrenal limitada no alcanza a comprender

Nos hemos creído sin cuestionarlo que nosotros creamos nuestra realidad a través de enfocar la energía en ello, que somos capaces de alcanzar nuestros sueños por nuestro propio esfuerzo y sacrificio, cuando cabe la posibilidad de que el control de la Vida lo tenga el Universo/Dios y sea él quien mueve los hilos para que los acontecimientos se den y nuestro impulso hacia algo nazca


Nos hemos creído ese concepto de éxito que nos ha enseñado el sistema económico podrido que nos dirige porque es a él a quién le interesa que nos lo creamos, cuando cabe la posibilidad de que el verdadero éxito nada tenga que ver con el dinero y esa situación boyante económica que idealizamos como la solución a nuestros males…¿Crees que el dinero es la solución cuando tu cuerpo físico enferma y la única salida es la muerte? ¿Crees que el dinero es la solución para ese vacío interior que te hace ahogarte en un pozo emocional que no sabes ni de dónde viene? ¿Crees que el dinero o el éxito sería la solución para esos pensamientos negativos que están en tu cabeza y te impiden vivir la cotidianidad como los demás? Me atrevo a afirmar que no


Lo único que necesitas para seguir es tener cubiertas las necesidades auténticas, no todas esas que cubres desde la carencia emocional que te acompaña por hechos traumáticos vividos en tu infancia, en el vientre de tu madre o en una vida pasada. La Vida va mucho más allá de todo lo que crees y ves, pero esa información está detrás de los arbustos que delimitan el camino de baldosas amarillas con neones que el sistema económico ha creado para que vivas de la forma que les interesa, desde el ego, solo desde el plano terrenal, desde creer que eres tú quién triunfa o fracasa en lugar de verte como lo que eres, un canal del Universo/Dios por el que la Vida sucede a través de experiencias que en realidad no tienen esa importancia que tu cerebro les otorga a través del juicio, porque la Vida te otorgará los escenarios que necesitas para tu propia evolución, no para saciar tus deseos terrenales…no eres ese que crees ser, eres ese que observa lo que crees ser 


Es el Universo/Dios el que nos suministra, el que nos ofrece, el que permite que se dé o no una situación…no eres tú, tú (ego) no eres el guionista de tu obra, tú (alma/conciencia) has aceptado este papel porque es el adecuado para lo que sea que hayas venido a hacer aquí y el control de lo que te sucede lo tiene Dios/Universo, no tú (ego)…


Querida ansiedad gracias por la oportunidad de ver mis miedos al futuro y querida depresión gracias por la oportunidad de verme viviendo siempre en el pasado, pero el único momento que existe es el presente, ese que cada vez que quieres parar a mirarlo desde el cerebro ya se ha convertido en pasado porque es un eterno presente pero del Alma 


Las crisis no son tus enemigas, puede que tan solo sean grandes oportunidades para cambiar la mirada hacia la propia vida, ya que de otra manera no te enterabas del argumento principal…


No me creas, solo escúchate, pero desde el plexo solar, desde muy adentro, porque si esto te resuena es tu Alma la que te lo ha puesto en el camino, y sino, solo tienes que olvidarlo, será fácil…


Sigamos💫

martes, 12 de septiembre de 2023

“Vives aislada y no estás integrada en la sociedad”…

Hoy me han dicho que no soy parte de la sociedad, que no estoy integrada, que vivo aislada…en resumen, me han querido decir sin decírmelo claramente que no soy “normal”, bueno, que mi actitud a nivel social no es lo normativo.

Me ha dolido. Claro que sí. Me duele que me digan todo eso porque a nadie le gusta sentirse rara o distinta y no experimentar esa sensación de pertenencia, tan importante para el ser humano. No encuentro mi lugar debido a que la forma de vida que la mayoría transita, a mí no me cuida y saca una versión mía que no me hace bien. Y eso no lo creo, sino que a día de hoy, lo sé.

He vivido una adolescencia rodeada de personas por todos lados, donde la socialización me llevó a emborracharme, pero

no me gustó el alcohol, así que probé los porros y seguí con otro tipo de drogas más duras. No fueron las personas con las que socialicé las que me empujaron hacia nada, sino que voy siendo consciente de que para dejar a un lado mi vulnerabilidad o mi vergüenza, y desinhibirme o atreverme a desenvolverme en ciertos momentos donde no soy capaz desde mi consciente, necesito alterar mi conciencia para dejar salir a una parte de mí que existe, me divierte y es apreciada en esta sociedad.

Esa chica extrovertida, divertida, sociable, a la que le gusta estar rodeada de gente porque cree que la diversión es eso que ha visto desde siempre, y que brilla por sí misma por naturaleza sale cuando la vergüenza desaparece y el alcohol o las drogas hacen su efecto. 

Hoy me han dicho que esa Cristina que existió hace más de 12 años cuando me acababa de separar, que salía por ahí, conocía gente, vivía esos principios en las relaciones que tanto mueven por dentro, que salía de noche y bebía mojitos permitiendo que el alcohol hiciese su efecto (ya que las otras drogas estaban erradicadas de mi vida) y la vida se convertía en noches más chispeantes en la que salía una versión más cañera de mí; donde combinaba ropa y zapatos, porque arreglarme era un ritual, me veía mejor y más guapa, porque ese tipo de belleza es la que me creí; donde la vida social era mi motor porque estar sola no era una opción e inconscientemente me arrastraba todo aquello que estaba en el día a día material sin cuestionarme nada de todo eso sutil que a día de hoy es el engranaje de mi presente, era mucho más divertida y guay que la de ahora. Y me he hecho pequeñita. Me ha llegado tan profundamente que las lágrimas han aparecido. Porque esa versión de mí que alaban la dejé ir y la despedí hace años, abrazándola y amándola tanto que se disipó, porque ya no tiene necesidad de salir, ya que en realidad se ha transformado e integrado en la versión actual de mí misma. 

Soy consciente de que ese tiempo que pasé en esa forma de vida fue el necesario para ser consciente de que no es para mí, que es una vida vivida a través de mis carencias emocionales, y que por ahí no es mi camino.

Por el contrario esa versión mía es la que gusta al mundo, la que brilla en sociedad, la que encaja en cualquier lugar y con quien sea…pero aprendí hace años que no me hace bien, que esa versión tan integrada en la sociedad es a mí a quien no cuida de fondo y que esa manera de socialización es totalmente tóxica para mí.

Soy vergonzosa. Mucho. Estoy agusto sola. Me gusta pasar desapercibida. Leer. Escribir. Caminar descalza para tocar tierra, y así descargar y cargar a la vez. No vibro con la mayoría de personas de mi edad. Me siento mejor con personas más mayores, desde pequeña. Puede que sea verdad eso que dicen que soy un Alma vieja y para poder encajar en esta sociedad ha sido necesario alterar mi estado de conciencia para disfrutar de ese estado, tolerar estar rodeada de personas hablando de cualquier cosa con tal de hablar, donde lo que menos importa en realidad es con quién, sino cómo te sientes tú con esa otra persona, porque las relaciones son con uno mismo, el otro no es más que una herramienta del Universo a la que tú le das significado. 

Conseguir esa sensación de plenitud al compartir tiempo y entablar una conversación con alguien estando ebria y sin drogarme sucede pocas veces, la mayoría me hacen bostezar. No son ellos. Soy yo. 

Ejemplos tan básicos como que mi hija no va al cole y eso lo ven raro, mientras que yo veo más raro que a día de hoy den collejas o cachetes a un niño para que se “porte bien”.

Me dicen que soy rara porque evito grupos de personas de mi edad donde abunda el alcohol y en los que las conversaciones son banales, donde solo se habla de la vida terrenal y lo físico, mientras que yo veo raro que nadie se cuestione la vida después de la muerte, que no se hable del alma ni se toque nada referente a todo lo invisible que forma parte del día a día.

La vida me ha puesto delante este escenario donde tengo que socializar diariamente porque Valentina tiene esa necesidad y acompañarla es mi presente. Pero no resueno con la mayoría de personas con las que solo me une el presente en unos días de verano, con las que no tengo nada en común, con las que no puedo compartir conversaciones de mi día a día porque mi manera de percibir la vida se acerca más a lo sutil que a lo físico, ni sobre la crianza ya que nada de todo lo que transitamos es de su interés sino que les produce rechazo y todo pasa a ser cuestionable desde el juicio porque el desconocimiento es muy osado, excepto con esa pequeña minoría que lo cuestiona pero con una diferencia que queda evidente y se percibe, ya que nace desde la curiosidad sana por aprender de todo aquello que desconocen y sencillamente les llama la atención.

Me ha quedado evidenciado que me siguen produciendo dolor las palabras ajenas, que he de seguir trabajando para no otorgarle ese poder que en realidad no les corresponde y que he de continuar enfocando mi energía en seguir adquiriendo seguridad y confianza porque ahí está la clave para no volver a experimentar esta situación.


Nota de autor: todo esto sucedió un día de agosto cualquiera, pero ahora he tenido la capacidad para exteriorizarlo✨


Sigamos💫



lunes, 14 de agosto de 2023

Mi proceso personal de socialización

Me siento bien, pero no de forma superficial o debido a algo externo puntual del momento, sino de fondo, desde un lugar como muy profundo

Llegar hasta aquí no ha sido un camino entre algodones, pero este proceso se inició en el momento en el que mi susurro interior gritó y me empujó a salir de mi forma de vida anterior a nivel social donde abundaban las relaciones amorosas tóxicas, las adicciones y las amistades regidas por carencias e intereses. Fue clave cambiar ese aspecto de mi vida antes de que esa forma de socialización tan normalizada me hubiese cambiado para siempre


He sido selectiva a nivel social desde que tengo uso de razón. O me atraes o te rechazo. No hay más. Ahora con 42 años ya he desarrollado la capacidad de ser amable y simpática con todo el mundo para un rato, pero entrar en mi mundo solo es posible si surge esa conexión que sencillamente se da o no se da


Eso en plena adolescencia se potenció. En esa época me permití ser borde y selectiva de una manera desproporcionada. Me atraían ese tipo de seres con problemas que por aquella época se hacían respetar no por su amabilidad y buenas acciones. El resto me hacían bostezar. Supongo que por eso la vida me llevó hasta esos límites donde mis relaciones fueron pura toxicidad y hoy me cuesta entablar amistades estables porque el desapego social va integrado en mi ser


Soy hija única, pero he tenido amistades que para mí han sido “hermanos” y de las que todavía conservo una caja llena de cartas de esas que algún día leerá Valentina y flipará con la vida social de mamá…pero que con la misma intensidad que entraron, se desvanecieron hasta el punto de hoy ser inexistentes en mi día a día


Puede que si no hubiesen entrado las drogas en mi vida tendría otra percepción de la amistad a día de hoy, no lo sé…lo que sí que tengo claro es que me hubiese perdido todas las enseñanzas que me han traído esos años de excesos, de enfrentamientos, de agresividad y de compañías de esas que tus padres no quieren para ti pero que me han acompañado hasta casi los 30


Miro atrás y me cuesta reconocerme. No me rechazo, al contrario, me fascina ver todo lo que he vivido porque es como haber tenido varias vidas dentro de una misma encarnación…y no me arrepiento de ninguna, pero sí que soy consciente de que ahora siento una calma y una paz en mi interior que no me han acompañado durante todos aquellos años de barrio donde me comió ese personaje que me creé para sobrevivir en esa época donde si tu vulnerabilidad salía a la luz era usada en tu contra, y en la que fui testigo del sufrimiento de otros justo por no lograr ese respeto que yo tuve desde siempre y fue mi talón de Aquiles en esos años donde crecí y sufrí a través de todas las relaciones tóxicas que permití, y donde rechacé toda oportunidad de vivir una relación basada en el amor y el respeto, porque me aburrían, y seguramente desde ahí me rodeé de amistades basadas en carencias e intereses y por eso a día de hoy, en mi presente, no queda nadie con quien yo comparta mi día a día de toda aquella época


Es curioso mirar atrás y saber que con la versión de mí misma a día de hoy no soportaría más de una tarde sentada en cualquier banco de esa plaza donde crecí, me enamoré, me desilusioné, me divertí, me aburrí, sufrí, reí y lloré


Qué rápido pasan los años echando la vista atrás, y qué lento pasaba mientras transitaba esos años de excesos, drogas, adicción y malas compañías✨


La adolescencia es como entrar en un túnel de lavado en el que ves cómo entras pero no sabes cómo saldrás de ahí, y lo más curioso es que no sabes cuándo, porque es evidente que hoy en día son muchos los que, ya con una edad adulta, continúan viviendo como en una eterna adolescencia✨


Puede que por todo lo vivido me siento completamente en paz en este momento de mi vida en el que mi presente se basa prácticamente en acompañar a mi hija en su evolución y desarrollo. Es una etapa más a transitar que a pesar de que día a día tenga la sensación de que pasa lento, cuando dentro de unos años mire atrás, los años habrán volado y el tiempo se me habrá escurrido entre los dedos como sucede cada verano en la vida de cualquier ser humano✨


Sigamos💫


lunes, 12 de junio de 2023

Existen otros hombres…

Sí. Lo afirmo con rotundidad. Existe otro tipo de hombre. Lo descubrí hace aproximadamente doce años. Hasta ese momento solo me había cruzado con esa parte de la población masculina que necesita a una madre en lugar de una compañera de vida.

Sé de lo que hablo porque lo he experimentado años, muchos años. 


Compartir vida con ese tipo de hombre donde la Play Station forma parte del día a día, o a quién hay que decirle lo que hay que hacer en casa porque sino no ve más allá de su nariz, o quién quiere perros solo para enseñar lo bonitos que son, pero sin responsabilizarse de ellos porque la palabra “responsabilidad” solo la tiene adherida cuando se trata del trabajo, o quién no sabe cuidar, mimar, valorar ni amar a una mujer, porque para poder hacerlo antes debe haberlo hecho con él mismo y ese trabajo personal todavía no sabe ni lo que es, o a quién trabaja fuera de casa como ella, pero dentro de casa la carga mental solo es femenina porque se ha acomodado en ese papel de ser cuidado y no cuidador, o a quién creías que iba a ser el hombre de tu vida y solo se ha convertido en el niño que no has parido…en fin, si alguna hay por aquí que lo haya vivido o lo esté viviendo, sabe de lo que hablo, no necesito explayarme más. 


Mi experiencia fue sin hijos. Menos mal. Ya no por ellos, porque la vida les ofrecerá oportunidades para sanar, sino por mí. Si acabé cansada de ese tipo de relación solo estando los dos, no quiero imaginar cómo hubiese acabado si hubiese estado en esa etapa donde acompañamos a la infancia. Seguramente no hubiese nacido en mí este impulso por aprender a acompañar a Valentina de una forma distinta a todo aquello que me rodea, o sencillamente tan solo lo hubiese admirado de lejos porque en ese tipo de relación llevarlo a cabo no hubiese sido viable.


Pero centrémonos en ser compañeros de vida, ya que para hablar de la maternidad ya tengo el otro blog. 


Fue hace unos once años, aproximadamente, justo en ese momento donde ya no podía más con ese tipo de relaciones y había decidido que no quería a ningún hombre más en vida…imagínate mi vida sentimental hasta entonces para tener ese pensamiento con tan solo 30 años. 


Pero entonces, la vida me tenía preparado uno de sus regalos, ya que el otro continúo disfrutándolo a día de hoy teniendo la fortuna de transitar una vida acompañada de un amor real en el que saboreo cada día lo que es sentirse cuidada, valorada, mimada y amada.


Se cruzó un hombre, un francés al que conocí unos años atrás por temas laborales, pero al que nunca tuve la oportunidad de conocer más a fondo. Jamás me hubiese imaginado que se había fijado en mí nada más verme en el hotel donde el destino cruzó nuestros trayectos de vida por temas laborales, ni nada de todo lo que me explicó en nuestros encuentros. 


Nuestro cruce de caminos fue para los dos algo especial que nunca olvidaremos, y siempre formaremos parte de los recuerdos el uno del otro, pero la vida tenía preparado planes por separado para ambos, y ninguno cambiaría nada de todo lo vivido hasta hoy. 


Nos vimos tres o cuatro veces, no más. Pero, para mí, fue el tiempo justo y necesario para descubrir que existía otra clase de hombre que sabe escuchar, que te hace sentir el ser más valioso y preciado que existe porque la manera de mirarte es especial. Saben mimarte, cuidarte, valorarte, tocarte y acariciarte siendo tú la prioridad y no él.


Fue el punto de inflexión en mis relaciones amorosas. Descubrí gracias a él que todo lo que yo había vivido y observado en mis relaciones o las de mi alrededor eran tan solo eso, un tipo de relación, pero que por ahí existían, aunque no en abundancia, otros tipos de hombres que son como esos últimos vaqueros de los libros que ensillan su montura y se van cabalgando entre los atascos de tráfico y los bloques de viviendas en busca de la pradera perdida. 


Fue revelador para mí. Gracias a esa experiencia me empoderé y rompí todo lo creado durante casi diez años de mi vida. Realmente me liberé. La sensación que sentí no sé cómo describirla, ya que aparece mi querida inefabilidad, pero a partir de ahí empezó mi transformación personal que continúa a día de hoy. 


Al cabo de unos meses se cruzó en mi camino mi compañero de vida. De ÉL ya he hablado en varias ocasiones, es un regalo del que a día de hoy tengo el privilegio de seguir disfrutando como mujer y madre, y me siento una afortunada por poder admirarlo en su papel de padre. 


Hace unos años leí que el compañero o la compañera de vida es equivalente al amor personal que uno se tiene a sí mismo, y doy fe que de que la afirmación es tal cual. 


Hoy soy consciente de que todas mis relaciones anteriores tan solo fueron oportunidades que la vida me puso para aprender a quererme a mí misma, pero no las vi hasta el momento que estuve preparada para ello. 


Así que hoy puedo asegurar que aprender a amarnos es el inicio de toda transformación, y de corazón os digo que vale la pena todo el proceso, a pesar del dolor que conlleva abrir el cajón de sombras y llegar a la aceptación de todas nuestras versiones, porque depende de tu vibración sintonizas con unas melodías u otras, y os puedo asegurar que hay música masculina preciosa desperdigada por el mundo, solo te falta encender la tuya propia para poder conectar desde tu plenitud y no a través de tus carencias.


Sigamos💫