viernes, 26 de mayo de 2017

Cada vez somos más...

Me ha llegado un artículo sobre el parto natural, como en casa pero dentro de un hospital público, es decir, que ya empieza a existir la opción de decidir si quiere dar a luz de una forma más natural, siempre que sea posible, por supuesto, sin epidural, sin entrar en una sala fría donde le pongan correas, le estiren en una camilla fría y le abran de piernas sin demasiado miramiento...sino que le den una habitación, donde la mamá se relaje, empiece su proceso natural de contracciones y las comadronas sean las que ayuden a dar a luz...es decir, volver a nuestro pasado, no tan lejano.
Y este artículo me ha hecho pensar, mejor dicho, me ha hecho recordar que no hace tanto que se ha convertido el acto de parir en un proceso mecanizado, donde incluso existen las cesáreas programadas para anotar en la agenda diaria qué día y a qué hora le viene mejor...
Por supuesto que siempre existe la libertad y la posibilidad, pero me alegra ver artículos así donde ya existe la posibilidad de dar a luz de una forma diferente, porque esto no deja de ser una evidencia más de que algo está cambiando...de que por alguna razón estamos retomando el pasado, volvemos a las hierbas, como usaban los curanderos y las brujas; volvemos a darle importancia a las emociones, abriendo la posibilidad de que afecte a nuestro sistema inmunológico; cada día se expande más la necesidad de experimentar a través de nuestras sensaciones, la ciencia está volcada en su estudio, cada vez se habla más de los "cascos sensoriales", a través de los cuales podemos, desde el salón de casa en soledad, sentir y disfrutar de estar en otro lugar deseado, acompañado de otras personas; y ahora aparece la noticia de los partos naturales acompañados de comadronas sin epidural...algo está cambiando y me llena de ilusión, motivación y entusiasmo.
Estamos volviendo a conectar con nosotros mismos, con nuestra esencia; cada vez somos más los que le damos más importancia al tiempo que al dinero; los que intentamos vivir de forma consciente en el presente; los que nos proponemos vivir desconectando el piloto automático, de una forma más lenta, apreciando los pequeños detalles; los que valoramos, mimamos y cuidamos nuestra soledad, ya que es nuestra gran maestra; los que dedicamos tiempo y dinero a resolver conflictos emocionales sin resolver, puesto que para poder dar hemos de estar nutridos; los que estamos convencidos de que tiene más importancia estar en equilibrio emocional que estar entretenido para no enfrentarnos a nuestra oscuridad; los que vivimos cada día agradeciendo a la vida permitirnos un día más, ya que somos conscientes de que hoy estamos, pero mañana no lo sabemos, pero no lo tememos, somos conscientes de que es así, sin más; los que no necesitamos que los demás alimenten nuestro ego, porque poco a poco lo vamos conociendo y educando; los que nos sentimos parte de un todo, donde todos estamos conectados y nadie es más que otro, por lo que no idolatramos a nadie; los que aceptamos lo que nos ocurra, intentando disfrutar de los buenos momentos y aprender de los menos buenos; los que hemos despertado y somos conscientes de que el sistema nos somete, pero existe una libertad personal y es maravillosa; los que tenemos compasión con cualquier ser vivo, excepto con los mosquitos, que aún no lo he conseguido; los que nos hemos alejado del consumismo y lo hacemos ahora de forma consciente...y así cada vez somos más los que tenemos evidencias de que no solo somos un cuerpo físico, sino que somos un alma encarnada en un cuerpo físico, y el universo tiene una trama organizada que está por encima de nuestro nivel de comprensión.
Estamos retomando sabiduría ancestral que había quedado en el olvido, no creo que por casualidad...pero por algún motivo, ahora vuelve a ser el momento de que se nos revele de nuevo, por ello, me siento privilegiada por ser una de esas personas que viven de forma consciente, que aunque aún tenga mucho por aprender, haya sido capaz de cambiarme al camino de fluir en la energía del amor y del perdón, porque eso significa que he aprendido a amarme y a perdonarme.
Queda mucho camino por recorrer, pero con pequeños detalles como el artículo de hoy, tengo evidencias de que cada vez somos más...

viernes, 19 de mayo de 2017

Relación entre mamá y papá...

Nada pasa por casualidad, todo pasa por algo y todo está más organizado de lo que alcanzamos a comprender...y por eso mismo justo ahora me ha llegado una información reveladora para mí, que estoy convencida de que si me llega en otro momento, no hubiese tenido la capacidad de aceptarla desde el amor, ya que hubiese sentido rechazo, no hubiese tenido la capacidad de verme reflejada, porque a ninguno nos gusta ver nuestras sombras, por mucho que formen parte de nosotros.
Hace unos días por causalidad hablando con una amiga acabé recibiendo una gran lección: hablar cada día con mamá no es lo natural, el vínculo maternal tan cercano acaba una vez que la hija crece y ya no necesita el sustento materno para sobrevivir...una vez que creces solo le perteneces a la vida y formas tu familia, tu hogar y ellos dejan de pertenecer a ese día a día, igual que ellos hicieron con sus padres, y así generación tras generación...esta sería la relación natural de un ser humano, si fuésemos capaces de cultivar nuestro interior y amarnos de forma incondicional cada uno de nosotros...pero la realidad es muy diferente.
Existe un alto porcentaje de madres que se han aferrado a sus hijos, que viven a través de las vivencias de sus hijos y no de las suyas propias, que sienten la necesidad de tener noticias diarias de sus hijos, que si no les llaman cada día, ya les achacan de ser egoístas, les culpabilizan de que no las quieren, y empiezan a victimizarse...y siento revelarles que detrás existen carencias emocionales de algún tipo.
Me ha resultado muy curioso la revelación de que en biodescodificación la figura de mamá se encuentra ligada a hijos con adicciones...y creo que no porque sean malas madres, ni tengan ellas la culpa, sino que lo que existe en realidad es una mala gestión en la pareja de esos padres, y unos hijos que no han sido conscientes y no lo han sabido gestionar a nivel emocional.
Cuando somos pequeños odiamos los gritos, las discusiones...y por desgracia en muchos hogares hemos convivido con discusiones de papá y mamá, diferencia de opiniones que no han sabido intercambiar sin enfadarse, respetarse y sobretodo sin levantarse la voz.
Somos muchos hijos los que hemos convivido con la poca paciencia de mamá, porque trabajando y llevando la casa se desbordaba, y acababa contestándonos de malas maneras, ya que papá no colaboraba porque se acomodó en tener una madre en lugar de una esposa, y no supo afrontar que mamá se puso a trabajar y ya no tenía el mismo tiempo que antes para dedicar al hogar, así que simplemente él continuó con su mismo día a día, pero mamá tuvo que quitar tiempo de descanso para seguir llevando una casa, lo que conllevó a tener peor humor, menos paciencia, y sobretodo menos tiempo para mí...y eso una niña de 9 años lo vive en su subconsciente, como un abandono, mis días pasaron de estar con mamá todas las tardes, a estar sola, porque con papá mi relación no era la misma que con mamá por aquel entonces...
No creo que sea casualidad que poco después desencadené problemas bronquiales, ahora sé que puede ser que un niño enferme de forma inconsciente porque si estoy enfermo, papá y mamá no discuten y están por mí...
Tantos años trabajando, llevando una casa, siendo madre...hacen a muchas mujeres olvidarse de que también son esposas, e incluso llega a ser una mujer desvalorizada, donde primero está la hija, el padre y todos los demás, excepto ella, y debido a este comportamiento, llega un momento en el que se acumulan emociones que estallan en conductas tóxicas, enfermedades o cobran factura a los hijos...y del mismo modo, muchos hombres dedicándose a trabajar, se olvidan de que también son maridos, y permiten que mamá se encargue más de todo lo referente a la niña, puede que por comodidad, no lo sé...
La pareja tiene diferentes criterios a la hora de educar a una adolescente, estamos muy acostumbrados a echar la culpa al prójimo, y por ejemplo cuando encuentras hachís en una chaqueta de tu hija, lo fácil es decir que la culpa es de papá porque no me controla lo suficiente por las tardes...pero nadie se cuestiona qué desequilibrios emocionales tiene la niña para haber llegado a esa edad y estar drogándose...y el problema, no es más, que la falta de conocimiento en nuestra sociedad acerca de las emociones y sensaciones, esto deriva a que la mayoría de hogares viven en desequilibrio emocional, y de forma inconsciente.
La relación de pareja se deteriora poco a poco, y reflexiono desde lo que veo a mi alrededor, tanto mis padres, como familiares, como todo mi ámbito social, siempre hay excepciones, por supuesto...pero el caso cercano que he vivido es el de mis padres, y desde mi perspectiva, seguramente equivocada, observo que queda cariño causado por tantos años compartiendo el viaje de la vida, pero la pareja no ha sabido cuidar su relación, han pasado la etapa de noviazgo de una forma bonita y con anécdotas que a día de hoy siguen recordando; la etapa de los primeros años de matrimonio, sacrificándose para poder pagar el piso y todo lo que conlleva empezar un hogar; luego llega la niña, la etapa de la niñez viviendo el tiempo libre a través de la hija porque absorbe todo el tiempo y es una época maravillosa; toda la adolescencia, con preocupaciones porque la niña se relaciona con amistades que no son de su agrado, aparecen las drogas, pero intentan mirar a otro lado, porque tampoco saben muy bien qué hacer supongo...cuando la hija se va de casa aparece el síntoma de "nido vacío" porque la pareja no ha dedicado tiempo a cuidarse, mimarse, amarse...pero se sobrelleva hablando cada día por teléfono, porque sigue ese lazo diario...luego llega la jubilación de papá y es una etapa nueva, de repente está en medio de la cocina a la hora de desayunar, llega la hora de la comida y si hace porque hace y sino hace porque no hace...toda la vida mamá ha llevado el liderazgo de la tareas de casa, y ahora papá ya no tiene permiso para tocar nada sin el permiso de mamá, porque en casa se limpia, se cocina, se plancha y se todo cuando lo hace mamá, porque ahora después de una vida haciéndolo todo, mamá no sabe delegar y papá estorba...y de la misma manera aparece la figura de papá jubilado que no sabe muy bien qué hacer, donde meterse...porque después de toda una vida acomodado dejándose cuidar por su mujer, como si fuese personal del hogar contratado a su servicio, ahora con tanto tiempo libre...qué hacer...esa es la cuestión, pero siendo un hombre tan independiente, como siempre lo ha sido, no es muy difícil, yendo al pueblo, leyendo, paseando...y dedicando tiempo a lo que le surja, lo mismo que ha hecho siempre excepto en sus horas de trabajo, y en realidad es maravilloso ver que él ha sabido cuidarse y dedicarse tiempo a él mismo siempre, porque a día de hoy no ha acumulado emociones que estallan en forma tóxica sin sentido aparente.
Así que les aseguro, y estoy convencida de que no me equivoco, que en muchos hogares las madres se aferran a los hijos porque tienen muchas carencias emocionales, mucho trabajo personal por hacer, que queda camuflado cuando aparecen las figuras de los nietos, porque vuelven a tener por quién vivir cuidando, y es una pena, a pesar de estar juzgando, que se olviden que lo más importante es sus vidas, son ellas mismas.
Me resulta curioso observar que convivimos 24 horas al día y 365 días al año con nosotros mismos, y es a nosotros mismos a quien menos conocemos, complacemos, escuchamos, mimamos, cuidamos...pero el día que vuelves a conectar con tu esencia y con tu ser, descubres que yo soy lo más importante de mi vida, que para dar tengo que estar nutrida, que nadie tiene la culpa de nada porque yo soy la única responsable de mi experiencia, que todo es un proceso y que en el fondo todo está bien tal y como está.

jueves, 11 de mayo de 2017

Conferencia y Taller vivencial de terapia regresiva en Barcelona ❤️

Ya mismo llega a Barcelona la conferencia y taller sobre terapia regresiva, donde hace cuatro años empezó mi primer contacto consciente con mi alma, y por ello me apetece promocionarlo a través de mi ventanita al mundo, mi blog. Y quiero dejarles claro que detrás de esta promoción no hay beneficio económico, ni descuentos, ni nada por el estilo hacia mi persona, solo existe mi sensación interna de acercar a todas aquellas personas que me leen o me escuchan, esta gran oportunidad de tener contacto con su alma, y lo llamo así porque es el nombre que me han dicho que tiene, pero llámenlo energía, o simplemente algo que existe en nuestro interior, ya que la terapia regresiva no es nada más que eso, una terapia que hace consciente lo inconsciente, una vía por la que nuestro hemisferio derecho se puede comunicar, un modo de que nuestra alma, o ese algo interior que existe dentro de nosotros, exprese todo aquello que está sin resolver, porque a estas alturas ya saben que tengo evidencias suficientes para decir alto y claro que no somos solo un cuerpo físico, sino que somos la suma de cuerpo y alma, o como quieran llamarlo ustedes.
Y a pesar de que existen  muchos escépticos que cuando escuchan la palabra alma, ya dejen de leer...les aseguro que es su desconocimiento y su falta de experiencia propia, la que les hace pensar así, y por supuesto, les respeto, pero me da pena ver cómo teniendo la oportunidad de tener sus propias evidencias, prefieren creer sólo lo que oyen, o esperan a que lo demuestre la ciencia...porque no olviden que la ciencia siempre va detrás de las evidencias, y aún cuando existen las evidencias a veces hay hechos inexplicables, como por ejemplo, como bien me dijo una gran persona, el simple vuelo del abejorro, según la física es imposible que un abejorro vuele, tiene unas alas muy pequeñas y un cuerpo muy pesado...pero el abejorro vuela, es una evidencia, aunque imposible de explicar dentro del ámbito de la física...así que ustedes deciden donde posicionarse...yo, a día de hoy, tengo claro que estoy en el lado de los que creen para ver, ya dejé mi postura de ver para creer...porque he recorrido mi propio camino con mis propios zapatos, y sigo avanzando, aprendiendo y sobretodo sin dejar de dudar, ya que las dudas son mi motor para seguir.
Bueno, allá voy...el día 16 de Junio sino tienen ningún plan, porque plan mejor les aseguro que no hay, les recomiendo asistir a la conferencia pública y gratuita que imparte el doctor Juan José López Martínez, un médico de un hospital de Cartagena, en activo a día de hoy, así que sus horas de ocio las dedica a divulgar y practicar esta terapia, tiene una trayectoria a sus espaldas de más de treinta años ejerciendo como médico (les doy este dato, porque para una mente analítica como la mía, fue un dato muy importante para que asistiese hace cuatro años, un hombre de ciencias hablando del alma y la terapia regresiva, como mínimo tenía que ir a escucharle, ese fue mi pensamiento).
La ponencia, será de una hora u hora y media, no sé exactamente cuánto dura, pero más o menos ese será el tiempo, y les desarrollará lo que es la terapia regresiva, les hablará sobre sus evidencias, su experiencia...tendrá lugar en la Casa del Llibre de Barcelona, en la Rambla Catalunya número 37, a las 19:00 horas.
Solo tengo una cosa que decirles, irán o no, depende de ustedes, pero si sienten que les apetece ir, aunque solo sea por curiosidad...hagan caso a esa sensación, su alma o ese algo interior, se está comunicando con usted, y además es gratis, ¿qué tienen que perder? La respuesta es sencilla, nada, porque el tiempo invertido, les aseguro que estará como bien he dicho, invertido.
Después de esa conferencia tienen tres opciones, y las tres totalmente igual de válidas: una, irse a casa y olvidar el tema; dos, coger libros sobre terapia regresiva, experiencias cercanas a la muerte o experiencias en el lecho de muerte, para saciar a través de las vivencias de otros su propia sed de descubrir más sobre el tema; y tres, asistir al taller vivencial que hace, ese fin de semana.
Este taller tiene un precio de 200€, he hecho varios talleres sobre otros temas, y el precio está bien, ya que dura el sábado todo el día (de 9h a 14h y de 16h a 20h) y medio día del domingo (de 9h a 15h), así que para tantas horas, está ajustado, comparándolo con los precios de los talleres que existen a día de hoy en el mercado, porque como comprenderán este señor no va a venir a generar un gasto en su economía familiar, se ha de pagar el alojamiento, su alimentación del fin de semana, ha de alquilar la sala donde hace el taller, y ganar algo de dinero, para que nos vamos a engañar, los seres humanos siempre recibimos algo a cambio, ya sea nuestra propia satisfacción personal por ayudar, o bien ganancia económica, pero siempre recibimos algo, sino, no hacemos nada, y además, les aseguro que una vez que conozcan a Juan José y su mujer, se darán cuenta que han hecho de esta terapia su día a día, porque la tratan con todo su amor, pero sobretodo con mucha seriedad y disciplina.
El taller vivencial está restringido a un número determinado de personas, así que por mucho que lo promocione, no sé si hay cupo, pero luego les paso los datos de la persona que lo organiza, y ella les dará toda la información que necesiten.
Ya saben que yo hablo siempre desde mi experiencia, y no me canso de repetirles que no me tienen que hacer caso, porque yo no hacía caso a nadie, y por eso fui...fui para descubrir por mí misma si todo esto era real o eran personas que se dejaban influenciar fácilmente...siento ser tan clara, pero esa era mi idea de asistir al taller, y a raíz de recorrer mi camino con mis propios zapatos, hoy tengo evidencias que me sirven a mí, para estar convencida de que la muerte no es el fin, y la vida no es lineal como nos han contado, sino circular.
El taller vivencial, se realizará en Esplugues del Llobregat, en un centro situado en la calle Mossèn Jacint Verdaguer, número 37, tiene cerca la parada del tranvía, llamada Pont d'Esplugues, y tal y como su nombre indica, podrán ser espectadores de seis regresiones, ya que el tiempo no da para más, se lo aseguro, y saldrán esas seis personas gracias al azar, según mi hemisferio izquierdo, pero según el derecho tengo claro que saldrán las seis personas que necesitan salir, todo está muy bien organizado por alguna fuerza superior, que ya saben que yo la llamo Universo, pueden llamarla Dios, energía superior o como ustedes decidan...y el resto de asistentes al taller que no le toque salir, desde la silla se sentirán identificadas como mínimo con una regresión, aunque estoy convencida de que con varias o incluso con todas, trabajarán desde la silla, porque les resonará lo que sucede allí...no lo puedo explicar con palabras porque a nivel terrenal hay emociones y sensaciones que no tienen descripción verbal, es inefable.
Existen varias metodologías para trabajar en terapia regresiva, y a mí me llamó la atención ésta, porque no es a través de hipnosis, ni hiperventilación, ni nada por el estilo...todos los seres humanos tenemos la capacidad de estar en estado expandido de conciencia de forma natural, y les voy a dar un ejemplo que me dio una gran psicóloga ya jubilada, que me sirvió para entender mejor qué es el estado expandido de conciencia, me dijo lo siguiente: "El estado expandido de conciencia es tan simple como cuando estás viendo la televisión en casa y de repente te viene a la mente la conversación que has tenido con tu amiga tomando café esa misma tarde, y vuelves a revivir en tu mente esa situación, y de repente, tu atención, vuelve al sofá a ver la televisión y te das cuenta de que te has perdido la última noticia, porque a pesar de estar mirando la pantalla, tu mente estaba en otro lugar"
Este ejemplo me sirvió para entender este concepto, y espero que les haya ayudado a ustedes.
Quería publicar esta entrada, porque gracias a la terapia regresiva mi forma de ver la vida ha cambiado, he aprendido a vivir desde la energía del amor y el perdón, he aceptado la muerte como parte de la vida, he revivido vidas pasadas con tal sentimiento e intensidad que no encaja con la imaginación, he experimentado cosas que no tienen explicación a día de hoy, pero que ya acepto y no me cuestiono, porque cada vez que veo un abejorro, tengo mi evidencia de que no todo tiene una explicación, esa es la belleza del misterio.
La persona que organiza la conferencia y taller en Barcelona se llama María José Muñoz, su móvil es 666538395, y su correo electrónico es mjmsanchez@telefonica.net, y además dentro de la página web de Isthar Luna-Sol, encontrarán la agenda del doctor Juan José López Martinez, sus libros, su biografía...porque imparte conferencias y talleres por varias comunidades de España, y en cuanto se jubile estoy convencida de que podrá dedicar más tiempo a este gran trabajo que realiza y que tanta falta hace en este mundo, ser un punto de luz entre tanta oscuridad. GRACIAS, GRACIAS Y GRACIAS.

domingo, 7 de mayo de 2017

Ser madre está sobrevalorado

Hoy es el día de la madre, un día en el que todo vuelve a ser postureo, que es lo que más se lleva en la sociedad.

No soy madre. No tengo el deseo de serlo y creo que es muy fácil de explicar. No sé lo que es ser madre porque lo desconozco. Lo único que sé es lo que la sociedad se ha encargado de venderme sobre la idealización de la maternidad. Pero no puedo desear algo que no sé ni lo que es. No lo he experimentado.

Por decir que no quiero ser madre recibo críticas. Perfecto, puedo soportarlas. Pero también creo que se me tendría que respetar. Mi argumento tiene peso.  ¿Cómo puedo desear ser algo que no sé lo que es?

En otras generaciones anteriores la mayoría eran madres porque era lo que había que hacer. No existía cabida a otra decisión. Ahora somos muchas mujeres mayores de 35 que no sentimos la necesidad de ser madres. Ya nos sentimos plenas con nuestro día a día. Nos sentimos plenas por el hecho de estar vivas. No sentimos que ese "reloj biológico" llama a nuestra puerta. Aceptamos nuestras horas de aburrimiento. No nos sentimos mal porque se acabe nuestro legado. No tenemos remordimiento por no hacer abuelos a nuestros progenitores, porque no es una norma a seguir. No aceptamos ese miedo a que el día de mañana estaremos solas, porque vivimos sin miedo. No sentimos que ser madre es lo mejor que te puede pasar en la vida, porque despertarte una mañana más ya es lo más maravilloso de ese día. Somos muchas las que vivimos en el presente, en el aquí y ahora. Somos muchas las que hemos decidido dedicar nuestro tiempo a conocernos, a sentirnos, a escucharnos, a aprender que realmente hacemos algo porque lo sentimos nosotras y no porque los demás lo esperan de nosotras. Somos cada vez más las que mimamos nuestro tiempo, porque estamos empezando a ser conscientes del valor que tiene y gozamos dedicándonoslo a nosotras mismas. Disfrutamos de vivir por y para nosotras.

¿Y qué problema hay? Pues ninguno realmente, el que cada uno quiera darle.

¿Y qué valor tiene ser madre? Pues ninguno realmente, el que cada uno quiera darle.

Tiene el mismo valor ser madre, que ser padre, que ser hija, que ser nieta, que ser sobrina o ser tía...son títulos que se ponen para describir una categoría familiar, para poder rellenar el árbol genealógico y completarlo gracias a ponerle a cada uno su nomenclatura.

Ahora muchas alarmas habrán saltado. Muchas personas ya estarán ofendidas. Otras tantas enfadadas. Otras habrán sonreído y otras, incluso, se hayan podido sentir identificadas. Cada una habrá sentido una emoción diferente, y esa emoción estará basada en las creencias, la experiencia y en el momento histórico que se hayan criado. Pero todas las opiniones son válidas, respetables y aceptables.

Pues así lo siento yo. Amo a mi madre porque he tenido una relación afectiva sana. 

Hemos pasado una infancia bonita y feliz. Una adolescencia complicada, en la que mi madre "me rallaba, era una pesada y chocábamos muchísimo", existían momentos buenos pero porque conseguía lo que quería. Tenía la ropa planchada. Me compraba ropa. Sabía que si la trataba bien y le hacía un poco la pelota conseguía más de ella. En la adolescencia somos egoístas y en cuanto no nos dejan salir, nos prohíben algo o no sale todo como deseamos...nuestra madre pasa a ser la mala de la película, y esa es la realidad. Y ahora vivimos una madurez equilibrada, donde siento que es parte de mis cimientos. 

Estoy agradecida por todo lo que ha hecho por mí. Pero hay muchas cosas mías que no le gustan y a mí hay cosas suyas que no me gustan, pero hemos aprendido a respetarnos, a aceptarnos. Hemos conseguido, a día de hoy, una relación sana, que no está basada en que sigo consiguiendo cosas de ella, es decir, no está basada en que sigue haciéndome la vida fácil cuidando de mis hijos, ni me sigo apoyando en su economía, ni la obligo a dedicar su tiempo para seguir cuidándome, ni haciéndome comida cada día porque voy a su casa a comer, porque es más cómodo. Ni siquiera los domingos tiene la obligación de liarse en la cocina porque voy a comer.

Estamos en una etapa sana, libre y bonita. Una etapa donde cada una tiene su libertad. Ella ha aprendido a ocupar su tiempo, porque de momento ha terminado su fase de cuidar. Está aprendiendo a vivir por y para ella, porque no ha tenido la oportunidad de seguir conectada a la faceta de "seguir cuidando de los nietos". Ha tenido la oportunidad de mirarse, observarse, valorarse, cuidarse e incluso mimarse. Nos llamamos cada día porque disfrutamos de compartir nuestro día a día. Si una tiene un día más triste, la otra la anima y viceversa. No intentamos cambiarnos, sino aceptarnos. Como hija sé que mi misión en la vida no es hacerla feliz, porque su felicidad depende de ella, y si me la intenta pasar a mí, yo tengo la suficiente información para saber que no me pertenece. Somos dos seres independientes donde ella fue el canal para poder experimentar esta vida, y le estaré eternamente agradecida por ello, de la misma manera que ella lo estará por haberla elegido.

Cada uno tiene un papel en la vida y todos son igual de importantes. Ninguno es más que otro...siempre estamos compitiendo, y yo me rindo. Prefiero perder. Pero pierdo con la convicción de que nos llenan la cabeza con creencias, que se convierten en obligaciones, reproches, frustraciones...

Así que a mí madre la amo, pero no solo porque es mi madre, sino por la relación que hemos tenido, por el viaje que llevamos compartido.

Lo siento, pero no soy capaz de hacer las cosas porque tocan, sino que las hago porque las siento. Quedar bien o mal intento que no me afecte, porque es un juicio gratuito y ajeno. El único juicio que me puede afectar es el de mi conciencia, y sé que haciendo lo que siento, aprenderé lecciones, porque eso son los errores.
 
Puede que mi madre fuese más feliz siendo abuela. Sin poder hacer sus viajes a su pueblo cuando le apetece. Con obligaciones diarias de ir a recoger nietos al colegio. Sacando energía de donde sea, porque no es lo mismo ir detrás de una niña con 30 que con 60. Estando los domingos en la cocina liada para hacer comidas familiares. Dejando de organizar sus días para que se los organice yo con mis horarios e hijos. Deseando que llegue el mes de junio para tener a sus nietos dos meses. Puede que fuese más feliz así, pero no lo sabe porque no puede desear algo que no sabe lo que es.

Porque también existe la posibilidad de que hubiese sido más feliz habiendo aprendido a vivir por y para ella. Habiéndose dedicado tiempo para escucharse, sentirse o conocerse. Haber vivido más relajadamente, sin acostarse a las tantas porque el día no tenía más horas y trabajar, llevar una familia sin ayuda de sus padres, ni suegros, era bastante más complicado que ahora. 

Pero parece que eso en estos tiempos es imposible.

Ahora para tener una familia debemos seguir usando a nuestros progenitores porque es su obligación, y sino...ya no son tan buenos. Seguimos anclados en nuestro egoísmo adolescente. Los hechos evidencian que estamos ante una generación de padres adolescentes e inmaduros.

Feliz día mamá. Feliz día porque aunque te parezca que soy atípica, es la hija que tienes, y puede que también te toque VIVIR POR Y PARA TI. La vida no todo es trabajar, cuidar, sacrificarte y luchar...y vuestra generación parece que no conoce otra cosa. Pues yo deseo mostrártela: HAZ LO QUE TE DE LA GANA CON TU TIEMPO Y APRENDE A AMARTE, pero para eso necesitas tiempo contigo misma. Nadie nos enseña nada al respecto. El día que aprendas a amarte, te darás cuenta que no necesitas a nadie para ser feliz y que el poder está dentro de ti, como bien dice tu querida autora Louise Hay.

A VIVIR MAMÁ. FELIZ VIDA!

miércoles, 3 de mayo de 2017

La aceptación, la gran desconocida...

Tenemos un gran problema social, y no son los políticos, ni la crisis, ni la pobreza...eso serían otros temas, que ahora mismo no voy a desarrollar, ya que a día de hoy no me siento capaz de resolverlos, no están en mi mano, o así lo siento yo...y ya saben que yo no hago lo que debo, sino lo que siento.
El problema que existe y sí podemos resolver, es la falta de aceptación, el poco conocimiento que tenemos sobre ese estado, la poca información que se nos facilita a lo largo de nuestra existencia, nadie nos enseña a aceptarnos, a respetarnos, a amarnos...y voy a ir todavía más allá...tenemos graves problemas a la hora de entender lo que es la aceptación.
La aceptación no es aceptar que tienes un ser tóxico a tu lado, y conformarte, e incluso amoldarte a él...como ya saben siempre hablo desde mi experiencia, puesto que es la única verdad que poseo, ya que la he vivido.
A los 19 años tuve una relación, un noviazgo de adolescentes, la que más me marcó por aquel entonces, y de la que más aprendí...así que gracias chaval, porque en parte gracias a lo mal que te permití comportarte conmigo, hoy soy quién soy.
En esa relación teníamos diferentes papeles, él, el chico malote del barrio, al que más o menos respetaban, y yo, la chica del barrio que iba de borde para protegerme de mí misma. Por aquel entonces acepté que me impusieran normas, como por ejemplo, dejar de hablarme con los chicos, solo me relacionaba con chicas, porque llegué a creerme que la amistad entre un chico y una chica no existe, que siempre hay algo más por alguna de las partes. Les aseguro que ese llegó a ser mi pensamiento, y lo veía así...así que solo me relacionaba con chicas. Incluso en la universidad que estaba yo sola, dejé de ser tan extrovertida, porque al venirme a recoger, si me veía hablando con algún chico, luego tenía que soportar un enfado, una discusión donde yo acababa creyendo que tenía razón él, porque me lo hacía ver así y yo lo aceptaba, ya que siempre acababa igual...si fuese él quién estuviese con una chica hablando y riendo, y llegase yo, ¿cómo me sentiría? La respuesta era siempre la misma, celosa, así que entendía sus celos, e intentaba evitar situaciones donde él se puediese sentir así...Llegué incluso a aceptar que él se fuese por la noche de fiesta, y yo quedarme en casa, a mí no me dejaban y yo confiaba en él plenamente, porque no tenía vivencias anteriores así, y nunca me hubiese imaginado que era infiel, después de restringirme tanto mi vida social...
"Después de casi dos años de relación, fui consciente de que viví engañada y alejada del mundo entero por una persona que no valía, ni se lo merecía, y encima la mayoría de colegas del barrio lo sabían pero se callaron, porque no le iban a fallar a su gran colega" ese fue el pensamiento del momento con 20 años, y lo que está redactado en mi diario...echando toda la culpa a los demás.
Este es el pensamiento de la misma chica, pero ahora con 36: "Después de casi dos años alejada del mundo entero porque yo lo he aceptado y permitido, he vivido engañándome a mí misma para no estar sola, para no sentirme fracasada, porque mi inseguridad no me permitía ver la realidad, él se enfadaba si yo estaba con amigos porque él no era fiel, y creía que yo era igual...y el resto de colegas no me lo han dicho porque viven en la misma inseguridad que vivo yo, y la valentía escasea entre nosotros, aunque alardeemos de ella".
La percepción es diferente porque ahora me acepto y soy capaz de ver mis carencias, dejando de culpar a los demás, que es lo más fácil siempre.
La aceptación tampoco es seguir en un trabajo que no te motiva, por miedo a salir de la zona de confort; tampoco es continuar con tu marido o mujer solo porque es lo que hay, volviendo al miedo de salir de tu zona de confort; ni es seguir en la dirección de vida que llevas, solo porque es lo que esperan de ti; no, la aceptación no es aceptar con resignación lo que te ocurra...la aceptación empieza por uno mismo, no por el exterior...empieza por aceptarse a uno mismo, tanto físicamente como interiormente, somos como somos y nos tenemos que aceptar con amor. Y es muy curioso ver y experimentar, que en el momento que empiecen a aceptarse, empiezan a amarse por primera vez, y cuando vibran en esa energía...todo a su alrededor cambia, puesto que nuestra realidad depende de cómo nosotros la interpretemos, y sino, tienen la evidencia en el ejemplo anterior...la realidad era la misma, la interpretación diferente.
Una vez que nos aceptamos a nosotros mismos, debemos empezar a aceptar todo aquello que nos ocurra que no esté en nuestras manos cambiar, y este mensaje va dirigido a todas aquellas personas que sienten que no quieren seguir viviendo, que sus días pasan sin motivación alguna, que en su vida no ha habido momentos felices, que no tienen referencia alguna para poder desear volver a ese estado de felicidad en su vida, porque todo lo que han vivido ha sido negativo desde su percepción...a todas esas personas que ven en el suicidio su única alternativa, yo, tengo algo que decirles...se arrepentirán, porque no cambiará ese estado en el que se encuentren en el momento de quitarse la vida, seguirán atrapados en la misma energía, pasarán a la confusión, no se solucionará nada, porque el cuerpo es solo eso, un cuerpo, un vehículo para poder experimentar esta experiencia, pero somos más que eso...así que hay que aceptar que estamos vivos, porque ustedes decidieron encarnar, sí o sí, tenemos que aceptar el final cuando nos llegue, y mientras tanto...tienen dos opciones: aceptar con resignación, o con amor...eso lo deciden ustedes.
Empiecen por aceptarse como lo que son, seres de luz encarnados en cuerpos físicos, que han encarnado para experimentar una experiencia, que son unos años, que pasan volando, que la muerte forma parte de la vida, y llegará, pero al igual que el nacimiento, llegará cuando sea el momento, y hay que aceptarlo, porque mi hogar no es éste, esto es un viaje, una experiencia, sin más...
La aceptación es algo que va mucho más allá, y no existen palabras para poder definir lo que esa palabra me transmite, es inefable...y en momentos así, es cuando soy consciente que hay estados que a nivel terrenal no se pueden transmitir, solo se pueden sentir.
Me gustaría recomendarles un libro...un libro que me abrió a esta posibilidad de aceptación desde el amor a lo que nos ocurra, un libro que no les va a dejar impasibles y les va a acercar a la definición de la palabra aceptación, es de Olga Bejano y se llama, Alma de color salmón.