martes, 30 de agosto de 2016

Terapia regresiva (Parte 1)

Me encuentro en plena formación de terapeuta en regresiones, la terapia del alma, una terapia que sirve para encontrar el origen de cualquier emoción que nos invada de una forma significativa, es decir, un miedo, una angustia, una fobia...una emoción que no sabemos porqué nos viene, pero forma parte de nuestra existencia, de nuestro día a día y debido a ello, sentimos que nos hace hacer o nos impide hacer algo, e incluso en ocasiones puede llegar a crearnos obstáculos o impedimentos para ejercer alguna acción cotidiana, mientras que para otros suele ser algo muy sencillo y normal.
Llevo indagando en esta terapia un par de años, y a día de hoy he solventado muchas dudas, pero han aparecido otras, y algo que he aprendido y tengo muy presente es que para poder evolucionar nunca puedes dejar de dudar, y la respuesta a todo la tendré el día de mi muerte.
Esta terapia llegó a mí por "casualidad", como la mayoría de las cosas que me suceden, es esa magia que envuelve a la vida y que tanto me entusiasma.
Me estaba iniciando en segundo nivel de Reiki, y de repente mi maestra me comentó:
- Cris, ¿qué piensas sobre la muerte y los seres desencarnados?
Mi cara fue un poema, y mi respuesta rápida y simple:
- Me da mucho miedo y respeto ese tema, no quiero saber nada al respecto.
El tema se quedó ahí, acabé mi iniciación y empezaron mis 21 días de autosanación. Casi al final de los 21 días, por "casualidad", en mi muro de una red social a la que pertenecía, apareció la promoción de un taller de terapia regresiva en Barcelona, ciudad en la que en ese momento vivía, el post anunciaba frases como, la muerte no es el fracaso de la medicina, y estaba conducido por un doctor con más de 25 años de experiencia en un hospital, dato que me dio seguridad y confianza, puesto que dentro de mi ignorancia y desconocimiento sobre el tema, necesitaba ese tipo de formalidad para poder decidir si asistir a ese taller o no...así que apareció el interlocutor apropiado por arte de magia, ya que mi curiosidad sobre el tema existía, porque empezaba a tener más información del plano espiritual gracias a los libros y a las vivencias que me había explicado mi maestra de Reiki, pero mi desconfianza acerca del negocio que hay alrededor de todas estas "nuevas terapias" dominaba más que mi curiosidad.
Así que mi mente analítica empezó a funcionar...un doctor con una edad avanzada, con una larga trayectoria como profesional de la medicina en un hospital, no puede perder sus días libres viajando por España para promocionar esta terapia si no tiene evidencias...así que llamé a mi madre para explicárselo (ya que ella ha sido mi llave para abrir todas las puertas del mundo espiritual, puesto que yo jamás he tenido curiosidad sobre todo ésto, y mi madre, fue la que me abrió las puertas del Reiki, pero esa es otra historia) y ella me dijo rápidamente:
- Cris, yo voy contigo, no vaya a ser una secta o algo raro, así no vas sola.
Así que nos inscribí a las dos y fuimos al taller. No puedo explicar los casos que vivimos en ese taller, puesto que existe un compromiso de privacidad y respeto, y no voy a explicar los casos de otras personas, ya que no tengo autorización para ello, pero sí puedo explicarles que el taller me creó más curiosidad, más dudas y despertó en mi alma un sentimiento de necesitar más respuestas sobre lo que había experimentado ese fin de semana.
El viernes hubo una conferencia gratuita y abierta a todo el público, en el que este doctor explicaba en qué consiste la terapia regresiva, y el fin de semana era un taller práctico con un grupo máximo de 20 personas. Tanto la conferencia como el taller, cubrieron mis expectativas cien por cien.
Gracias a la conferencia pude entender de qué trataba la terapia regresiva, y además empecé a escuchar por primera vez que la muerte no es el final, que vivimos dentro de un vientre materno del que carecemos de recuerdos, pero ese tiempo ha existido a pesar de no recordarlo, de igual manera que esta vida es tan solo una experiencia de vida dentro de la propia vida, que hemos vivido vidas pasadas, que en el lecho de muerte las personas a veces ven a seres ya fallecidos...bueno...un montón de información de la que yo jamás había escuchado nada y que me parecía todo demasiado increíble para ser realidad...pero como suelen decir, la realidad siempre supera la ficción.
Así que al día siguiente asistimos al taller, mi madre y yo, y menos mal que venía conmigo, porque para mí eran un grupo de "flipados" y en el fondo no sabía qué hacía allí yo.
Pero en este taller pude ver y sentir las regresiones de algunos de mis compañeros, en las que les puedo asegurar que me vi identificada en muchas ocasiones, lloré, reí, me asombré...era una noria de emociones continúas...hasta que tuve la "suerte" de que me tocase a mí tener mi primera experiencia con la terapia regresiva, digo "suerte" porque a día de hoy no creo que esa sea la palabra adecuada para describirlo, sino que mi alma me llevó allí, y mi alma necesitaba salir ante todos aquellos desconocidos para poder continuar mi búsqueda y mi aprendizaje dentro de este mundo, ya que les aseguro que sino me hubiese tocado a mí, ese fin de semana hubiese acabado mi experiencia con esta terapia, ya que mis dudas y mi mente analítica no lograba creerse nada de todo lo que sucedía allí.
Pero me tocó, y tuve que salir, me vi de repente allí en medio de tantos desconocidos y a mi lado el doctor, ese doctor con tanta experiencia a sus espaldas...así que empezamos la terapia, cerré los ojos y empezamos a hablar. Les aseguro que en ningún momento existe hipnosis, simplemente contacté con una emoción, estaba nerviosa, sentía mis nervios, sentía mi corazón acelerado y concentrada en esas sensaciones se me enfriaron las piernas, empecé a sudar...todo según yo me decía a mí misma normal, pero de repente me empezaron a entrar ganas de llorar, yo creía que de los mismos nervios, allí delante de tantos desconocidos y yo llorando...qué guay...y de repente me vino una sensación o una imagen o pensamiento, no sé como describirlo con palabras, porque la inefabilidad es una de las características de esta terapia, sólo sé que me vino a la mente la imagen de una sala de partos, yo con las piernas congeladas y sensación de frío...todo eso en segundos...pero no lo exterioricé, todo pasaba por mi mente, pero no lo verbalicé...así que ante mi silencio, el doctor preguntó si quería seguir, y mi respuesta instantánea fue:
- No quiero seguir.
Así que, muy profesionalmente, cerró la sesión y abrí los ojos. La primera imagen que vi fueron sus ojos, y me desprendió una sensación de acogida que no puedo describir con palabras, pero me sentí muy arropada solo con su mirada, y me dijo, una vez me levantaba y volvía a mi silla:
- Para no ser actriz, interpretas muy bien el llanto, mira.
Y mis ojos se dirigieron al lugar donde había estado durante la sesión, y me quedé impactada con las dos manchas que habían creado mis lágrimas, ya que les aseguro que no recuerdo haber llorado tanto, ni mucho menos haber estado casi 45 minutos de sesión, porque para mí pasaron 10 minutos y me emocioné levemente...así pues, de esa experiencia les aseguro que mi mente analítica permitió a mi alma salir y ella me quiso mostrar la experiencia que necesita trabajar, mi parto, pero mi mente analítica se asustó, y ese miedo me hizo parar toda la sesión y volver a tomar el control de mí, dejando a mi alma atrapada y apartada, pero dejándome consciencia de que dentro de mi habita mi alma, y que ella tiene toda la información de mi existencia, a pesar de que mi mente analítica no la recuerde.
Pasaron meses, y decidí pedir hora en su consulta privada (animada y acompañada por mi pareja, que es junto a mis padres, mis apoyos incondicionales) ya que necesitaba descubrir más acerca de mi alma, me preguntaba en muchas ocasiones ¿existe algo dentro de mí o fue mi imaginación? pues a día de hoy, después de acudir a su consulta privada, hacer otro taller y estar en plena formación de terapeuta en regresiones, tengo respuesta a esa pregunta:
La imaginación es el lenguaje del alma, sin más.
(Continuaré...pero poco a poco, para poder desgranar toda mi experiencia) Gracias por leerme ❤️

sábado, 27 de agosto de 2016

Aprendiendo de mis celos...así que, gracias.

Me encanta descubrir la magia de la vida, ser consciente de que las casualidades no existen, y de que todo pasa por algo...y ayer se nos estropeó la batería del coche y fue para aprender, para evolucionar, ya que debido a ello nos tuvimos que quedar un día más en las fiestas de su pueblo.
Ayer tuve un gran aprendizaje, un cara a cara con otra parte de mi propia oscuridad, mis celos, y gracias a ellos he podido ser consciente de mis inseguridades, y por supuesto, seguir aprendiendo con las situaciones que me pone la vida y que me sirven de espejo, porque los celos no son más que un reflejo de nuestras propias inseguridades.
No me considero una persona celosa por naturaleza, soy celosa siempre que haya hechos que incentivan esa parte de oscuridad que habita en mi interior, y ayer salió a la luz esa oscuridad, pero no supe canalizar esa energía y debido a ello me dominó, me enfureció y me encerré en esa emoción, una emoción que lo único que necesita es tiempo para ser canalizada, para sentirla y dominarla, y así ser capaz de que vuelva a brillar la luz que habita en mi interior y apague esa oscuridad, ya que en el fondo la esencia que domina mi ser es la luz, y eso simplemente lo sé porque lo siento así.
No pasó nada fuera de lo común, simplemente apareció una chica, típico perfil de chica guapa y simpática que lo sabe y no le importa lo que pueda sentir la pareja de ese chico guapo que le atrae...y no me tachéis de machista, porque existe ese mismo prototipo de ser humano en masculino, forman parte del grupo de personas que se sienten guapos, saben que gustan y les gusta tocar, apoyarse, rozarse...en fin, les gusta el contacto físico pero solo con otros seres humanos a los que ellos consideren atractivos...y es así, los seres humanos estamos divididos en diferentes grupos y diferentes formas de desenvolvernos a nivel social.
Y así apareció ella, con su sonrisa perfecta y su sorpresa al ver a mi pareja, pero sin verme a mí, ya que yo estaba en otro grupo hablando...se saludaron y empezaron a hablar de aquellos maravillosos años, formaron un grupo de cinco antiguos colegas, tres chicas y dos chicos...todos hablando amistosamente y la chica de sonrisa perfecta apoyándose todo el rato en su hombro...y llegó el gran momento, ese instante en que a mi pareja le llega un pensamiento...voy a presentar a mi novia...y se gira para hacerme partícipe de ese gran momento de presentación en sociedad.
Tal y como se gira la chica de sonrisa perfecta y me ve, su cara se vuelve tensa y desprende cero empatía por mí, mientras que el resto de chicas me acogen con naturalidad y se interesan por cómo estoy y qué impresión me están dando las fiestas del pueblo, a lo que yo con una gran sonrisa (reconozco que forzada) les respondo que me están encantando.
A continuación, en los segundos que tardo en contestar, la chica de sonrisa perfecta ya se ha dado la vuelta para darme la espalda y cerrar el círculo de nuevo, pero esta vez se queda ella junto a los dos chicos, ya que las otras dos chicas salen despidiéndose por lo menos con educación y respeto, a pesar de que no agrade la idea de que el chico atractivo que lleva años sin venir a las fiestas aparezca con una nueva novia...Pero lo siento chicas, la vida es dura.
Los minutos siguientes pasan lentos para mí, aunque muy rápido para ellos, yo solo veo a una chica que me ha dado la espalda y ha intentado dejarme a un lado, apoyada en el hombro de mi pareja, riendo, hablando de aquellos maravillosos años, recordando las cartas que le enviaba de amor, y todo entre risas y caritas de postureo.
Al finalizar yo soy como el emoticono rojo del whatsapp por lo que no soy capaz de cambiar esa energía y mi noche de fiesta ha terminado.
Pero esa fue mi percepción, porque la de él fue completamente diferente hasta que le expliqué la mía, y qué curioso, que una vez le explico mi percepción, reconoce que puede que haya habido una falta de respeto hacia mí de la que él no fue consciente hasta que yo le puse en pleno conocimiento de mi percepción de la situación, y me pregunto...¿cómo podemos ver la realidad diferente una vez que alguien nos muestra otra perspectiva? La respuesta no la tengo, pero yo creo que en el fondo nadie te hace ver nada diferente, simplemente tú no quieres verlo, porque afrontar la realidad no es fácil a veces, ya que al no saber cómo actuar, es más fácil obviar la realidad, y actuar tal y como sabes, creándote una realidad diferente.
Porque quién me diga que no nota que gusta a otro...se miente a él mismo...eso se percibe, se siente y se sabe.
Pero en el fondo toda esta situación ha sido un problema mío, una inseguridad mía, una falta de autoestima personal, una carencia de seguridad, de confianza y de amor propio junto con un golpe de ego, porque tengo claro que el problema nunca lo tienen los demás, son nuestros, sin más. Así que, después de canalizar mi energía, y ser consciente de mi oscuridad, me he dado cuenta que tenía que haber actuado diferente, y además tenía dos opciones, una, marcar territorio y ponerme al lado de mi pareja y entrar en la conversación, evitando que un ser tóxico me dejase fuera de juego, achicándome, dándome la espalda y dejándome a un lado hablando con otras personas, o dos, quedarme a un lado pero sin achicarme, sin sentirme mal, ya que en el fondo un ser oscuro nunca puede apagar la luz de alguien que brilla con luz propia, y por suerte o por desgracia la oscuridad siempre nos acecha, pero nunca olvidéis que PARA QUE EL MAL TRIUNFE SOLO ES NECESARIA UNA COSA, QUE LAS PERSONAS BUENAS NO HAGAMOS NADA.