miércoles, 3 de mayo de 2017

La aceptación, la gran desconocida...

Tenemos un gran problema social, y no son los políticos, ni la crisis, ni la pobreza...eso serían otros temas, que ahora mismo no voy a desarrollar, ya que a día de hoy no me siento capaz de resolverlos, no están en mi mano, o así lo siento yo...y ya saben que yo no hago lo que debo, sino lo que siento.
El problema que existe y sí podemos resolver, es la falta de aceptación, el poco conocimiento que tenemos sobre ese estado, la poca información que se nos facilita a lo largo de nuestra existencia, nadie nos enseña a aceptarnos, a respetarnos, a amarnos...y voy a ir todavía más allá...tenemos graves problemas a la hora de entender lo que es la aceptación.
La aceptación no es aceptar que tienes un ser tóxico a tu lado, y conformarte, e incluso amoldarte a él...como ya saben siempre hablo desde mi experiencia, puesto que es la única verdad que poseo, ya que la he vivido.
A los 19 años tuve una relación, un noviazgo de adolescentes, la que más me marcó por aquel entonces, y de la que más aprendí...así que gracias chaval, porque en parte gracias a lo mal que te permití comportarte conmigo, hoy soy quién soy.
En esa relación teníamos diferentes papeles, él, el chico malote del barrio, al que más o menos respetaban, y yo, la chica del barrio que iba de borde para protegerme de mí misma. Por aquel entonces acepté que me impusieran normas, como por ejemplo, dejar de hablarme con los chicos, solo me relacionaba con chicas, porque llegué a creerme que la amistad entre un chico y una chica no existe, que siempre hay algo más por alguna de las partes. Les aseguro que ese llegó a ser mi pensamiento, y lo veía así...así que solo me relacionaba con chicas. Incluso en la universidad que estaba yo sola, dejé de ser tan extrovertida, porque al venirme a recoger, si me veía hablando con algún chico, luego tenía que soportar un enfado, una discusión donde yo acababa creyendo que tenía razón él, porque me lo hacía ver así y yo lo aceptaba, ya que siempre acababa igual...si fuese él quién estuviese con una chica hablando y riendo, y llegase yo, ¿cómo me sentiría? La respuesta era siempre la misma, celosa, así que entendía sus celos, e intentaba evitar situaciones donde él se puediese sentir así...Llegué incluso a aceptar que él se fuese por la noche de fiesta, y yo quedarme en casa, a mí no me dejaban y yo confiaba en él plenamente, porque no tenía vivencias anteriores así, y nunca me hubiese imaginado que era infiel, después de restringirme tanto mi vida social...
"Después de casi dos años de relación, fui consciente de que viví engañada y alejada del mundo entero por una persona que no valía, ni se lo merecía, y encima la mayoría de colegas del barrio lo sabían pero se callaron, porque no le iban a fallar a su gran colega" ese fue el pensamiento del momento con 20 años, y lo que está redactado en mi diario...echando toda la culpa a los demás.
Este es el pensamiento de la misma chica, pero ahora con 36: "Después de casi dos años alejada del mundo entero porque yo lo he aceptado y permitido, he vivido engañándome a mí misma para no estar sola, para no sentirme fracasada, porque mi inseguridad no me permitía ver la realidad, él se enfadaba si yo estaba con amigos porque él no era fiel, y creía que yo era igual...y el resto de colegas no me lo han dicho porque viven en la misma inseguridad que vivo yo, y la valentía escasea entre nosotros, aunque alardeemos de ella".
La percepción es diferente porque ahora me acepto y soy capaz de ver mis carencias, dejando de culpar a los demás, que es lo más fácil siempre.
La aceptación tampoco es seguir en un trabajo que no te motiva, por miedo a salir de la zona de confort; tampoco es continuar con tu marido o mujer solo porque es lo que hay, volviendo al miedo de salir de tu zona de confort; ni es seguir en la dirección de vida que llevas, solo porque es lo que esperan de ti; no, la aceptación no es aceptar con resignación lo que te ocurra...la aceptación empieza por uno mismo, no por el exterior...empieza por aceptarse a uno mismo, tanto físicamente como interiormente, somos como somos y nos tenemos que aceptar con amor. Y es muy curioso ver y experimentar, que en el momento que empiecen a aceptarse, empiezan a amarse por primera vez, y cuando vibran en esa energía...todo a su alrededor cambia, puesto que nuestra realidad depende de cómo nosotros la interpretemos, y sino, tienen la evidencia en el ejemplo anterior...la realidad era la misma, la interpretación diferente.
Una vez que nos aceptamos a nosotros mismos, debemos empezar a aceptar todo aquello que nos ocurra que no esté en nuestras manos cambiar, y este mensaje va dirigido a todas aquellas personas que sienten que no quieren seguir viviendo, que sus días pasan sin motivación alguna, que en su vida no ha habido momentos felices, que no tienen referencia alguna para poder desear volver a ese estado de felicidad en su vida, porque todo lo que han vivido ha sido negativo desde su percepción...a todas esas personas que ven en el suicidio su única alternativa, yo, tengo algo que decirles...se arrepentirán, porque no cambiará ese estado en el que se encuentren en el momento de quitarse la vida, seguirán atrapados en la misma energía, pasarán a la confusión, no se solucionará nada, porque el cuerpo es solo eso, un cuerpo, un vehículo para poder experimentar esta experiencia, pero somos más que eso...así que hay que aceptar que estamos vivos, porque ustedes decidieron encarnar, sí o sí, tenemos que aceptar el final cuando nos llegue, y mientras tanto...tienen dos opciones: aceptar con resignación, o con amor...eso lo deciden ustedes.
Empiecen por aceptarse como lo que son, seres de luz encarnados en cuerpos físicos, que han encarnado para experimentar una experiencia, que son unos años, que pasan volando, que la muerte forma parte de la vida, y llegará, pero al igual que el nacimiento, llegará cuando sea el momento, y hay que aceptarlo, porque mi hogar no es éste, esto es un viaje, una experiencia, sin más...
La aceptación es algo que va mucho más allá, y no existen palabras para poder definir lo que esa palabra me transmite, es inefable...y en momentos así, es cuando soy consciente que hay estados que a nivel terrenal no se pueden transmitir, solo se pueden sentir.
Me gustaría recomendarles un libro...un libro que me abrió a esta posibilidad de aceptación desde el amor a lo que nos ocurra, un libro que no les va a dejar impasibles y les va a acercar a la definición de la palabra aceptación, es de Olga Bejano y se llama, Alma de color salmón.


2 comentarios:

  1. Muy bueno Maestra.....como siempre un placer leerte...el problema que muchos de nosotros no sabemos como aceptar con amor.....y me incluyo.....intento tomarme las cosas bien te lo juro pero a veces no puedo y me puede la ira el rencor etc etc......imagino que con el tiempo aprenderé a hacerlo jajajaja de mientras aprendo a vivir y aceptando las cosas que van pasando.....yo soy de las que piensa....si pasa es porque tiene que pasar así y así lo decidí yo....así que.....muchas gracias por compartir esto con todos nosotros.....un abrazo enormeeeee 😍❤️😘😘

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ves cómo sí que sabes??? Vas aceptando lo que ocurra...esa es la esencia de todo...y la ira, el rencor...son momentáneos, luego transmutan siempre, unas veces tardan más y otra menos...pero siempre acaban transmutando, porque al final te das cuenta que solo te afectan a ti, y nunca para bien...Un abrazo con los dos brazos bien abiertos

      Eliminar