Que mi vida ha dado un giro con la presencia de Valentina es algo palpable incluso en las entradas de este blog.
Mi mente, mi percepción de la sociedad, mis prioridades, mis creencias, e incluso, mis valores se han visto afectados.
Ahora me parece que casi todo lo que antes era casi vital, roza lo ridículo.
Estamos en plena mudanza y me avergüenzo de mí misma...en qué momento he caído tan sutilmente en las redes del consumismo de la moda...me parece aberrante la cantidad de zapatos, deportivas y ropa en general que he consumido...nos mudamos de una casa a un piso, y me ha servido para ser consciente de que me sobra casi todo, que no necesito casi nada y que de todo lo que tengo uso menos de la mitad.
Tengo ropa para vestirme sin poner lavadoras en un mes...o más...pero no la tengo de ahora, sino que mucha de ella me acompaña desde hace años...así que o ahorro en agua y empiezo a utilizar todas las prendas, o lavando es imposible usarlo todo...porque además, para más ridiculez, siempre acabo comprando alguna prenda suelta.
Pero lo más gracioso, es que nunca me he cuestionado ni he visto el asunto como ahora lo percibo...qué curiosa la mente humana oye.
Y lo más asombroso, es que hace cuatro años hicimos otra mudanza y no fui consciente de esta percepción, al contrario, mi mente quiso que una habitación fuese vestidor y así lo organizamos...pero ahora me parece absurda esa decisión.
Sigo siendo yo, pero en otro momento, en otra etapa y otra versión de mí misma.
No sé cuántas versiones me quedan por descubrir...pero en realidad eso es lo maravilloso de la vida, que pasamos por diferentes etapas donde realizamos acciones que luego no resuenan con nuestro yo actual, para terminar aceptándonos en todos nuestros perfiles, ya que es la clave para seguir viajando en el trayecto de Vida sin cargas emocionales excesivas.
Así que pronto empieza una nueva etapa, en un nuevo lugar...y este cambio me va a servir para desprenderme de todo aquello que en realidad solo ha formado parte de la corriente consumista de esta sociedad, pero eso no quita que no me desprenderé de nada sin antes agradecer el tiempo compartido y la utilidad que me ha prestado.
Ahora siento que se inicia un tiempo donde menos es más, y no porque el minimalismo esté de moda, sino porque si miro atrás mi vida siempre ha sido así...y no sé cuándo ni cómo he caído en este fango de la moda donde todo es consumir desenfrenadamente...puede que mi vacío interior se llenaba de ello, creyendo que era lo normal, lo que hace la mayoría e incluso siguiendo esa costumbre como casi vital para vivir en esta sociedad...y puede que la llegada de Valentina me haya transformado mucho más de lo que yo todavía soy consciente.
Seguiré escuchándome, continuaré observándome y sobretodo voy a empezar a disfrutar del vacío exterior...qué sensación más maravillosa esta de que todo sobra...estoy deseando averiguar dónde me llevará todo esto.
Las palabras naturalidad, desapego, sencillez, austeridad...son palabras que cada vez me resuenan más.
No sé hacia dónde me llevarán todas estas emociones que desde que salí de la gran ciudad y me vine al pulmón verde ya empezaron a mover los engranajes de mi interior...pero ahora con la presencia de Valentina y todos los cambios que se nos presentan, cada vez más, todo va fluyendo hacia esta sensación de que no necesitamos ni la mitad de todo lo que tenemos.
Puede ser que una vez que sientes esta plenitud interior te apetece vivir acompañada del vacío exterior? No lo sé...pero sí que me apetece vivir diferente, y con este cambio de vivienda el Universo me está dando la oportunidad.
Así que toca desprenderme de mucho, mover energías y que todo fluya...porque al final todo está regido por las energías, y el estancamiento, de tanto guardar, acaba oliendo a naftalina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario