viernes, 4 de febrero de 2022

Volver a conectarnos

Estoy en un momento revelador. Seguramente siempre ha estado aquí, pero hasta ahora que le he puesto atención y mirada, para mí, no existía.


Al fin y al cabo, nada existe hasta que le otorgas presencia y se convierte en parte de tu presente. Pues eso es lo que estoy experimentando. 


No importa cuál sea tu camino para la reconexión con tu Ser, el proceso siempre se inicia de la misma manera, transitando esas famosas noches oscuras del Alma, que hasta hace poco no sabía ni de su existencia incluso habiéndolo experimentado en mi propio Ser.


La transformación parte del sufrimiento. Cuántas más personas comparten conmigo su interior y me permiten ser interlocutora válida de su experiencia, más peso adquiere esta afirmación.


A partir de ahí se inician tantos caminos como seres humanos. Ninguna experiencia es igual. Cada una es única y diferente igual que las Almas, y por ende sus trayectos.


El mío comenzó por aquel 2008 cuando empecé a dejar mis adicciones. Poco a poco sentí esa necesidad de ir conectando con mi entorno, y la naturaleza fue la clave para ello. Los famosos baños de bosque fueron parte de mi terapia, sin tener conocimiento de que eran una terapia en sí. Solo sentí que me recargaban de calma y tranquilidad y esa era mi necesidad mental.


Después me surgió ese impulso interior de conectar con mi cuerpo y así reconciliarme con él. La Reflexología podal y el Quiromasaje fueron las herramientas para aprender a integrar mi cuerpo como una herramienta valiosa para estar bien. Abandoné poco a poco todas esas creencias que tenía acerca del cuerpo y transmutaron en mirarlo como a una parte esencial para estar aquí y ahora, y no para formar parte de unos estándares de belleza artificiales.


Más adelante apareció el Reiki. Seguramente fue un instinto por conectarme con mi Ser, con mi energía, es decir, empecé a poner atención a la posibilidad de que existiera algo más que lo material.


Seguidamente apareció la terapia regresiva que fue mi herramienta clave para evidenciar que somos seres espirituales encarnados en cuerpos físicos y no al revés. 


Y a partir de ahí se han ido produciendo clics en mi mente de esos que transforman la mirada y no tienen retroceso. He puesto la vida en el centro de mi vida. Sigo en el proceso de desaprender mucho y aprender siempre, y he empezado a saborear la calma de fondo que aporta tener confianza en el Universo y su Plan de Vida.


Este ha sido mi camino, pero existen otros muchos para llegar a esa sensación inefable que te produce sentir que estás conectado a tu propio Ser y que ese susurro interno tiene más presencia ya que los gritos de los pensamientos. 


El fin es volver a conectarnos a nosotros mismos porque llevamos demasiados años dirigidos y viviendo de fuera hacia dentro, cuando lo que en realidad nos hace bien es vivir de dentro hacia fuera. 

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