viernes, 2 de febrero de 2018

El sistema versus la nueva generación

Que los tiempos cambian creo que es algo que no es necesario debatir. Se puede observar claramente, así que, en este punto los que son de la liga de "ver para creer" y los que somos de la de "creer para ver" estamos de acuerdo.

Estoy cansada de escuchar que ahora la generación que viene no va a levantar el país, que está la generación Nini (que ni estudian ni trabajan), que ahora el deseo es ser Youtuber, Instagramer, blogueros o blogueras, escritores, coachs...es decir quieren trabajar en algo que creen que no es tan sacrificado como  los trabajos de siempre, ya que la generación que existe a nivel laboral y los que vienen detrás no son como las anteriores, a los que llamo la generación del sacrificio, esa generación se está extinguiendo.

Mis padres y la mayoría en su época no tenían otra opción. En casa no había dinero para mantenerles e incluso eran ellos los que tenían que enviar dinero a casa. Como en el caso de mi madre. Así que no tenían oportunidad de pensar en si les gustaba o no...Solo deseaban trabajar para poder formar un hogar en mejores condiciones que las suyas. Han vivido para trabajar. Consumiendo sin créditos excesivos, y con los pies en la tierra, sabiendo lo que cuesta ganarse el dinero, pero sobretodo teniendo presente sus anteriores condiciones y con miedo como filosofía de vida, miedo a volver a "no tener".

Ahora estamos nosotros, los que hemos vivido sin carencias y a los que un plato de comida en casa, no nos faltará si las cosas se ponen muy malas. No vivimos desde el miedo, sino desde la seguridad. Y eso crea un tipo de sociedad diferente. Ni mejor ni peor, sino simplemente diferente.

Existe una parte de la población que ya no desean trabajar ocho horas o más en una oficina, una fábrica, una tienda, un supermercado...otros no quieren estudiar porque los contratos laborales dejan mucho que desear y no tienen motivaciones para ello...hemos pasado de una generación que fue ascendiendo en la escala económica trabajando, a otra que por mucho que trabaje baja en comparación a cómo vivía con sus padres...eso sí...son los reyes del consumismo. Si quieres algo, pide crédito y paga durante treinta o cuarenta años. Se ha convertido en un pensamiento totalmente normalizado, seguramente en la generación anterior hubiese sido una locura.

Se educa para crear trabajadores de un sistema económico muy bien diseñado, y no para sacar lo mejor de cada persona, desarrollar sus dones y talentos...y este tipo de educación está obsoleta.

Se está poco a poco perdiendo esa población sacrificada que solo vivía para trabajar, y estaba apareciendo aquella que quería trabajar para poder vivir. Pero eso ya lo vieron los que manejan el sistema, y con el consumo han conseguido crear a una generación que ya no trabaja para vivir, sino para consumir. Ahora les hacen hipotecarse toda la vida para que no puedan salir del sistema económico que hay diseñado. Siguen enredados en la misma linea que antiguamente, y eso es lo que sale de las escuelas. Trabajadores para un sistema.

Durante toda nuestra enseñanza nadie nos habla de las emociones, de cómo gestionarlas, de cómo callar a los pensamientos, de cómo aprender a vivir en el ahora, ya que es el único momento que existe...solo nos forman para servir a un sistema económico mundial.

Y el resultado es el que tenemos: un alto porcentaje de la población que se pasan la vida intentado ser felices de fuera hacia dentro, que no se conocen, que no se escuchan, que no se valoran y sobretodo que no se aceptan desde el amor.

El sistema económico funciona. Con sus crisis y sus ciclos. Pero funciona. ¿Pero a qué precio? Pues a cambio del vacío interior de un alto porcentaje de su población. Pero el dinero y el mundo interior no van de la mano, por mucho que me intenten hacer ver que sí.

Voy a intentar explicarme...

Ahora las profesiones deseadas son ser Youtuber, Instagramer, bloguera o bloguero, escritor o escritora, coach...se ha creado una idealización de trabajos que hacen ganar dinero disfrutando a la vez y sin demasiado esfuerzo o sacrificio. Es la misma imagen que años atrás se tenía del mundo de la aviación. Ser azafata, azafato o piloto era un ideal de un trabajo donde ganabas buen sueldo y encima viajabas...pero esa imagen se ha esfumado, ya ha pasado de moda...como todo al final. Todo son productos que interesan y se adornan...pero una vez pasa su tiempo...se les quita el lazo y pasan a la realidad. Ahora son camareras o camareros en el aire y los pilotos chóferes del cielo. Ya no les acompaña la imagen del glamour que le crearon antiguamente.

Así que tengas el trabajo que tengas lo importante es tu actitud.

Da lo mismo ser camarera o camarero que Instagramer, ser cajero o cajera que Youtuber, trabajar en una fábrica que ser escritor...¿qué más da? No son mejores los unos que los otros, y mucho menos son más felices.

Puedes ser escritor, que ahora está muy de moda, y trabajar en lo que te gusta, pero no olvides que lo harás por dinero, ese es el fin de trabajar. Tendrás tiempos de entrega. Te saldrán oportunidades que no querrás dejar escapar. La editorial te marcará días y horas para realizar firmas porque es una herramienta muy buena de marketing. Llegará otro libro. Luego el siguiente. Y volverás a estar enredado en la misma rueda. Vives sin tiempo. Vives para trabajar porque necesitas dinero, y cuanto más ganas, más consumes, más alto es tu nivel económico, y más entras en la rueda de tener, consumir, alcanzar...y si no hay ningún tiempo dedicado al mundo interior, cada vez te desconectas más de ti mismo y el vacío interior crece y crece y crece...

Suele suceder que cuando a una persona la vida le hace ver la muerte de cerca, es decir, le hace consciente de que se le acaba el tiempo, despierta de todo lo que le han enseñado y sale su verdadera necesidad, el amor. Sus prioridades pasan a ser abrazar a los suyos, disfrutar del ahora porque saben que es lo único real, saborear cada instante como único, irreemplazable y especial...y sobretodo a vivir cada día como si fuese el último. La forma de vivir y las prioridades cambian.

Pero cada vez somos más los que no necesitamos de esas experiencias para vivir de esa forma. Y eso, para mí, es un regalo de la vida.

Estamos en un sistema de educación donde nos hacen competir desde el principio. Las notas ya son una competición entre alumnos. Nos hacen creer que alcanzar lo más alto es lo que hay que celebrar. Celebras un excelente, un insuficiente es pésimo. Y encima pasamos años estudiando materias que luego en el día a día todavía no sé para qué me han servido...pero no nos enseñan que es necesario y vital dedicar tiempo a conocerse, a aprender a gestionar tus emociones, a recordar de dónde venimos y a dónde vamos, a darle la naturalidad que le corresponde a la muerte...

Pero todo tiene una explicación, que ya la dejé antes reflejada, el dinero y el mundo interior no van de la mano. Al sistema no le interesamos como personas, solo como productos.

Cuando dedicas tiempo a conocerte; a recordar de dónde venimos y hacia dónde vamos; cuando aprendes que la depresión va de la mano de los pensamientos enfocados en el pasado; que la ansiedad va de la mano de los pensamientos enfocados en el futuro; que enfocamos nuestra atención al "ahora" escasos minutos al día, porque no sabemos controlar nuestra mente; que el trabajo es intercambio de tiempo por dinero, vivir para consumir, hoy, es una elección, ya que para vivir en la austeridad no se necesita tanto; que la felicidad es un estado innato que no depende para nada del exterior, jamás conseguirás ser feliz con una meta, ya que luego necesitarás otra, y más tarde otra, y así siempre; que hemos nacido con unos dones y talentos todos, y descubrirlos te hace poder gozar y disfrutar cada vez que los lleves a cabo, y es gratis; que la vida es vivir aquello que nos sucede y la actitud es nuestra mejor herramienta; que el tiempo es nuestra riqueza y no el euro; una vez que llegas a este estado...todo lo que te han enseñado deja de tener sentido.

No sé dónde llevará todo este movimiento de personas que nos hemos desconectado de trabajar para consumir, sino que trabajamos para vivir en la austeridad porque el tiempo es nuestra riqueza...pero cualquier cambio, al fin y al cabo es movimiento y a mí me gusta ver cómo todo fluye.

Pero no os preocupéis que los que dirigen este sistema económico ya inventarán algo para volvernos a entretener y volvernos a convertir en productos para seguir generándoles riqueza.


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